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2 de Junio de 2013

Vargas Llosa atacó duramente a la derecha ultramontana por salida de Arturo Fontaine de la jefatura del CEP

El escritor, que coincidió en que no debe existir lucro en las universidades, fue preciso: "Nada puede perjudicar más a la derecha, en esta circunstancia, que oponer a esta radicalización de la izquierda un extremismo paralelo, atrincherándose en la intolerancia de las verdades únicas y dogmáticas y purgando de sus filas a todos quienes osan discrepar. Nada daría más razón a quienes sostienen, desde el bando opuesto, que la derecha es egoísta, intolerante y autoritaria, que su adhesión a los valores democráticos es superficial y de coyuntura, que detrás de la propiedad privada, el mercado libre y la democracia burguesa hay siempre un Pinochet. Chile parecía haber dejado atrás esa visión pequeñita y mezquina que, por desgracia, todavía alienta en la derecha iliberal de América Latina".

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El destacado escrito y premio nobel peruano M;ario Vargas Llosa hizo pico a la derecha ultramontana. Y lo hizo criticando duramente la salida de Arturo Fontaine de la jefatura del Centro de Estudios Públicos ocurrida hace un par de semanas, nada menos que en la principal columna de opinión del diario El País de España.

En su artículo Vargas Llosa llenó de elogios a Fontaine, no sólo por sus altas luces intelectuales, sino además -y en esto puso énfasis- en el alcance político, histórico y cultural que tuvo el académico e investigador en el Chile actual.

Las críticas de Fontaine al lucro en la educación las hizo suyas Vargas Llosa, exponiéndolas así: “La crítica que hace Fontaine a la situación universitaria chilena es la siguiente: que, en un país donde las leyes prohíben explícitamente que haya universidades privadas con ánimo de lucro, muchas instituciones hayan encontrado la manera de burlar la ley haciendo pingües negocios en este dominio. ¿Cómo? Muy sencillamente: alquilando terrenos o vendiéndolos a la Universidad o construyendo los campus universitarios a través de empresas que hacen las veces de testaferros de los mismos propietarios. Las sumas que Fontaine señala que se habrían ganado en los últimos años mediante esta burla de la legalidad (la de la “universidad fabril” la llama) son astronómicas”.

A juicio del escritor, la derecha chilena sacó a Fontaine de su cargo porque no le gusta la libertad y teme que en las próximas elecciones, gane de nuevo Michelle Bachelet y que la Concertación que suba con ella al poder sea mucho más radical de lo que lo fue en su anterior gobierno, como deja suponer cierto extremismo retórico de sus últimos pronunciamientos”.

E insiste: “Desde luego que si Chile retrocede hacia alguna forma de chavismo sería una catástrofe no solo para los chilenos sino para toda América Latina. Pero nada puede perjudicar más a la derecha, en esta circunstancia, que oponer a esta radicalización de la izquierda un extremismo paralelo, atrincherándose en la intolerancia de las verdades únicas y dogmáticas y purgando de sus filas a todos quienes osan discrepar. Nada daría más razón a quienes sostienen, desde el bando opuesto, que la derecha es egoísta, intolerante y autoritaria, que su adhesión a los valores democráticos es superficial y de coyuntura, que detrás de la propiedad privada, el mercado libre y la democracia burguesa hay siempre un Pinochet. Chile parecía haber dejado atrás esa visión pequeñita y mezquina que, por desgracia, todavía alienta en la derecha iliberal de América Latina”, insistió.

Por último, escribió Vargas Llosa lamentándose, Fontaine a la derecha, pese a sus esfuerzos, “no la modernizó ni civilizó lo bastante, por desgracia”

 

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#artu#El País#Vargas Llosa

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