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Cultura

7 de Junio de 2013

Exclusivo: la entrevista a Juan Carlos Saffie en el libro “Colo Colo ya no es de Chile”

El síndico de quiebras es uno de los once entrevistados que aparecen en la investigación de los periodistas Dante Faúndez y Richard Sandoval, quienes el miércoles relanzaron la publicación en la Casa de la Cultura de El Bosque. The Clinic OnLine tiene dos ejemplares para regalar. Para participar, debes comentar quién es el peor futbolista que ha pasado por la institución desde que la administra Blanco y Negro.

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El miércoles 5 de junio, en la casa de la cultura de la Municipalidad de El Bosque, fue relanzado el libro “Colo Colo ya no es de Chile”, de los periodistas Dante Faúndez y Richard Sandoval. La publicación, que desde agosto del año pasado se vende en la Feria Chilena del Libro, cuenta la historia de la privatización de Colo Colo y en general, del fútbol chileno, a comienzos de la década pasada.

La investigación periodística, que contiene entrevistas al ex presidente Ricardo Lagos Escobar -quien promulgó la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas-, además de los ex dirigentes Peter Dragicevic o Cristián Varela, llegó hasta el hombre clave en la transferencia de la institución: Juan Carlos Saffie.

El síndico de quiebras, encargado de rematar los bienes del club, dio su primera entrevista en años y contó la historia de su participación en el momento más aciago de la historia alba. A continuación, parte de una de las once entrevistas que aparecen en el libro.

LA ENTREVISTA

¿Cómo fue su primer contacto con Colo Colo?

“Bueno, simplemente cuando me informé que había sido nombrado síndico de la quiebra. Esa fue la primera noticia que tuve. Me informé estando fuera de Chile, llevaba varios días fuera”.

¿La jueza lo llamó?

“No, ella no llama. Ella simplemente ordena notificar de acuerdo a la ley. Como salió en todos los diarios, a mí me llamaron mis hermanos para contarme”.

¿Cuándo llegó a Colo Colo; y con qué situación se encontró?

“Obviamente tuve que adelantar mi regreso y desde ahí empezaron mis penurias con el club. Tuve que adelantar mi regreso y hacer lo que la ley ordena, realizar la incautación. Me encontré con lo que todo el mundo sabe”.

¿Desórdenes financieros?

“Con lo que todo el mundo sabe. Me encontré con los acreedores, me encontré con que no había dinero, con que no había agua, con que no había nada”.

¿Y cuál fue la razón exacta por la que quebró Colo Colo en esa oportunidad?

“Por esto mismo, la insolvencia”.

¿Cuáles fueron sus primeras medidas?

“Las que establece la ley; hacer la incautación, especialmente incautar todo el tema contable. Esa es la primera labor que tiene un síndico, y de ahí viene todo el resto de las cosas”.

¿Fue especialmente difícil esa etapa?

“No, fue una cosa bastante estándar nomás, no recuerdo que la cosa de la incautación haya sido una cosa especial”.

¿Cuándo tomó la decisión de rematar las propiedades del club, como la sede y el teatro?

“Eso es bastante posterior, pasó mucho tiempo para eso. Eso viene mucho tiempo después, de acuerdo a la ley nomás. No hay ningún misterio en eso tampoco. O sea, el objetivo de una quiebra es liquidar los bienes y pagarle a los acreedores, en eso tampoco hay ningún misterio”.

¿Y era necesario deshacerse de esos bienes? ¿Había otra fórmula, como vender jugadores?

“No es un problema de si era necesario o no era necesario, es lo que establece la ley, no hay una decisión. Los bienes se tienen que vender. Es una cuestión totalmente administrativa. Tú no puedes discriminar, ni decir sí o no voy a vender. La ley establece la obligación de vender”.

¿Cómo fue su relación con la gente del club en ese momento?

“Fue una relación curiosa, en la que yo pensé que se podían buscar fórmulas de salida, concordadas, y la verdad es que fuera de perder el tiempo, no pasó absolutamente nada. Hicimos esfuerzos hasta último minuto, y lo único que significaron esos esfuerzos fue dilatar y perder el tiempo”.

¿Estaban muy divididos en la Corporación?

“Todos sabemos que estaban divididos, y además en el fondo lo que querían era mantener el control del club, cosa que ya declarada la quiebra no es posible nomás. Eso lo debieron haber pensado antes de que la quiebra estuviera declarada

Hay dos declaratorias de quiebra. Una que es la que todos conocen y después se produce otra. Nosotros logramos buscar una fórmula para alzar la primera declaratoria de quiebra, obviamente condicionada al cumplimiento del convenio. Esa quiebra se alzó con el convenio. Después los mismos administradores del club en ese momento, que no era el síndico obviamente, volvieron a pedir la quiebra. Fueron ellos los que la pidieron. Y ahí se produce la segunda declaratoria. Ahora eso del pago de la deuda es algo que nunca se produjo.

La ley es clara, no se puede levantar la quiebra pagándole a un acreedor. Hay que pagarles a todos. Eso dice la ley”.

¿En términos jurídicos que implicó el hecho de que se declarara por segunda vez la quiebra?

“Te repito. Esa segunda declaración no tiene nada que ver con el intento que se hizo de levantar la primera declaratoria. Aquí se produjo la quiebra en enero del 2002, después pasó un tiempo y se produjo un convenio que duró, no sé, nada, tres meses. Y aquí se produjo otra quiebra. En eso pasó un año y medio, aproximadamente. Ahí se produjo la segunda quiebra, no tiene nada que ver con la primera, pasó mucho tiempo”

¿Cuánto tiempo permaneció usted como síndico de Colo Colo?

“Como un año y medio, hasta que se produce el convenio, fecha en que yo me retiro”.

¿Usted tuvo participación en el proceso de redacción del contrato de concesión?

“Para nada. Ese lo hizo ‘el fallido’ con Blanco y Negro. Nosotros no participamos en ese proceso”.

¿En su opinión, la concesión fue el camino correcto?

“La verdad es que nadie nos pidió nuestra opinión. Yo creo que había otras alternativas mejores, pero finalmente para evitar mayores dificultades, cooperamos con esta fórmula. Pero creo que podían haberse hecho otras cosas. De hecho, nosotros presentamos otra propuesta, que fue bastante boicoteada por ‘el fallido’, y como a nosotros lo que nos interesaba era buscar una salida razonable, tampoco nos quisimos poner exquisitos, porque nosotros no queríamos se jueces ni nada por el estilo. Mientras se cumpliera la ley, si existía la alternativa de Blanco y Negro, que tanto presionaron ellos para sacar adelante, nosotros no nos opusimos”.

¿En qué consistía su propuesta?

“Básicamente, lo que nosotros pretendíamos era vender el estadio y con eso pagar a los acreedores, con lo cual quedaba Colo Colo sin deuda y quedaba plata para construir otro estadio. Esa era la fórmula que nosotros habíamos planteado, fórmula que en definitiva no prosperó”.

Claro, porque paralelamente se tramitaba en el Congreso la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas ¿Eso generó una orientación a los clubes que estaban en malas condiciones económicas?

“No, porque Colo Colo fue precursor, fue mucho antes. O sea Colo Colo no necesariamente estaba afectado por esa ley. Esa ley tampoco era obligatoria. O sea, no hay ningún efecto especial, creo yo, que impidiera que se acordara una cosa distinta”.

¿Tiene relación el poder político con el camino que tomó Colo Colo?

“No logro entender, ¿en qué sentido?”

Que si hubo una orquestación política desde la década de los ’90, cuando se gesta la ley, hasta su promulgación justo cuando los clubes están quebrados…

“Yo lo único que veo es que hasta ese momento Colo Colo era un tema político, esa es la verdad. Se manejaba políticamente, con todo tipo de conciliábulos y situaciones. Es cuestión de mirar la historia. No hay que olvidarse que hasta el gobierno militar participó en eso. Así que no me vengan a hablar a mí de política. De qué política estamos hablando si en definitiva el club se vendió en un proceso en el cual los políticos no tienen nada que ver. Entonces es otro más de los tantos cuentos que han existido, porque aquí hay un millón doscientos mil cuentos. Pero yo no veo por dónde se puede argumentar algo político. Que yo sepa, yo no veo a los políticos metidos en Colo Colo. Lo que sí veo, es que antes estaban metidos y bastante”.

¿Y el caso del Presidente Piñera, que después participa en la propiedad de Blanco y Negro?

“No, es al revés. Él compra acciones de Blanco y Negro como las puede comprar usted o yo. No tiene nada que ver el hecho de que se haya convertido en Sociedad Anónima con que él sea accionista. Y además hay que recordar que fueron los propios ‘fallidos’ los que facilitaron la llegada de Piñera al club. El club se convirtió en sociedad anónima, pero Piñera pudo o no pudo ser accionista. No tiene nada que ver una cosa con la otra”.

¿A quién se refiere usted cuando dice “Los fallidos”?

“A los que manejaban Colo Colo”.

¿Hay mitos en torno a la venta de Colo Colo?

“Por supuesto. Siempre va a haber gente tratando de obtener el control del club. Hay enfermos, enfermos de la facha, enfermos de la participación, enfermos de figurar, enfermos de mil cosas. Todo eso va a ser parte de la orquesta siempre, es inevitable. Colo Colo despierta mucha pasión y despierta mucha ambición”.

¿Cree que Colo Colo hoy está saneado?

“No, no creo, es cuestión de mirar los antecedentes nomás. Aquí no caben las creencias, es cuestión de que mires el balance y mira lo que pasa. Entonces no es un tema que admite discusión ni opinión. Ahí están los datos”.

¿Usted se convirtió en hincha de Colo Colo?

“Por supuesto. Cómo no te vas a convertir en hincha cuando tomas algo que tienes que hacer de nuevo. Y todas las voces que se levantaron y que se levantan no hicieron nunca nada. O sea, hubo muy poca gente que realmente ayudó. Gente que obviamente es totalmente anónima, que no figura en ningún lado. Todos los que dicen que ayudaron y que salvaron Colo Colo yo nunca los vi. Entonces por supuesto que uno se encariña, es inevitable”.

¿Vivió buenos momentos en ese período?

“Sí, por supuesto, muy bonitos momentos. No todo fue soportar mentiras, canalladas, también tuve cosas muy lindas. Es una institución tremendamente valiosa y que el mayor valor que tiene es su hinchada, y eso siempre me significó mucha satisfacción. Yo siempre tomé esto como un trabajo más, nunca dejé que eso me significara condicionarme o si no todavía estaría metido en Colo Colo. Siempre traté de ser totalmente profesional, hacer la pega lo antes posible y dejar al club funcionando, que fue lo que hicimos. En un año y medio ya teníamos al club devuelto, pero fueron totalmente incapaces y volvieron las mismas cosas; las traiciones, las peleas, las torpezas, y el club vuelve a caer en quiebra”.

¿A quién atribuye la mayor responsabilidad en que fallara el acuerdo del que habla?

“Es que no quiero entrar en la odiosidad personal, pero tú puedes perfectamente averiguar quienes tenían la administración del club en ese entonces”.

¿Y como hincha cómo ve a Colo Colo hoy?

“Obviamente no me gustan muchas de las cosas que suceden, pero hay que tener una visión mucho más a largo plazo, porque cuando Colo Colo fue tetracampeón nadie decía nada, todos gozaban de la cosa. El deporte es así, y ese argumento de que Colo Colo siempre tiene que ganar es un engaño. O sea, siempre pasa, se puede ganar o se puede perder. Por supuesto que hay cosas que yo no las hubiera hecho como se hicieron, pero no niega lo que significa la institución hoy día; una institución poderosa, fuerte, sana, y que su administración es totalmente transparente. Si yo quiero voy a la junta de accionistas, pregunto qué se está haciendo, por qué se está haciendo, etc.”.

¿Ha visto cómo está funcionando la Corporación?

“No, para nada. Pero no me cabe la menor duda de cómo está funcionando (ríe)”.

¿Qué piensa de la relación que hay entre Blanco y Negro y la Corporación? ¿Cuál es el rol que le cabe a esta última?

“No, no tengo idea, no sé. Desde que llegó Blanco y Negro a Colo Colo yo ni siquiera he recibido ninguna invitación a ningún partido. No he tenido ningún contacto de ninguna naturaleza”.

Porque el club va a volver a la Corporación cuando se termine la concesión…

“Así es, eso dice el contrato”.

¿Entonces la Corporación debiera tener un rol más importante?

“Está establecido en el acuerdo, nosotros no participamos de ese acuerdo, eso lo acotaron entre ellos. Nosotros no somos parte, nosotros somos administradores, no somos interesados. Yo nunca quise meterme en eso, si no estaría yo de dueño de Colo Colo, y no me parece que eso sea lo que corresponde, ni de acuerdo a la ley, ni de acuerdo a las normas, ni de acuerdo a la ética. Yo me podría haber hecho dueño de Colo Colo sin ninguna duda, pero no es lo que corresponde, además Colo Colo es una institución suficientemente grande como para pretender una cosa semejante. Entonces, como digo, nosotros dimos un proyecto que nos pareció que garantizaba lo más importante, que estaba de acuerdo a la ley, y hasta luego”.

En un momento Colo Colo tuvo problemas con Impuestos Internos ¿Eso incidió en la segunda declaración de quiebra?

“No, para nada. Que yo sepa, para nada”.

Porque según la ley, Impuestos Internos no puede pedir una quiebra ¿es así?

“No, sí puede, pero nunca la pidió. Adivine usted por qué nunca la pidió, haciéndole un tremendo daño a la institución. Claro, porque si se hubiese pedido antes, claramente se hubiese saneado antes. Entonces no hay que ser muy astuto para darse cuenta por qué no la pidió. Cuando hablan de compromisos políticos…”.

Se dejó dilatar la situación…

“Hasta cuando ya estaba todo destruido”.

Hubo un período de casi una década en que Impuestos Internos no intervino…

“Después cuando se produjo la quiebra ahí se pusieron activos”.

No hicieron la pega, en el fondo…

“¿Y por qué? Por presiones políticas, si es obvio. Y quienes hicieron esas presiones políticas están a la vista”.

Todo esto va cimentando el camino para que Colo Colo desaparezca ¿le sorprendió otra cosa al llegar a Colo Colo?

“Todas fueron sorpresas (ríe). Fue sorpresa el estado en que estaba, fue sorpresa que estaban todos los ingresos futuros gastados, todo fue sorpresa”.

¿Con qué sensación dejó el club?

“La sensación es doble; por un lado la alegría de dejar la institución funcionando; y por otro lado la frustración de que no fueron capaces de seguir administrándolo sin quiebra”.

¿Fue difícil trabajar con los dirigentes de la Corporación?

“Es que yo no trabajé con ellos. Yo no participé en el período en que hubo convenio, ellos estaban manejando el club”.

¿Cuál es su autocrítica con respecto al período?

“Muchas. La más importante haber perdido tanto el tiempo escuchando a tanta gente que no aportó nada y que cuando le entregamos el club de vuelta fueron incapaces de manejarlo. Eso me significó mucha pérdida de tiempo, mucho desgaste, sin ningún éxito. Pero hay miles de otras cosas. Siempre uno comete errores, somos seres humanos. Pero obviamente que la sensación es de satisfacción y uno lo ve en la calle. Han pasado diez años y yo sigo sintiendo el agradecimiento. La gente está consciente de que fue un período muy duro en mi vida, con mucho desgaste, con mucho trabajo, con mucho aceptar y afrontar cosas provocadas intencionalmente, porque ha quedado claro que manejar Colo Colo no es un tema simple. Eso ha sido claro toda la vida. Y nosotros no manejamos Colo Colo, lo administramos, lo convertimos en un club con la ayuda de mucha gente, sin dudas, pero también con los estorbos y los atentados de mucha otra gente. Entonces tuve mucha satisfacción. Cómo no va a ser lindo salir campeón con un equipo de puros niños chicos en un momento muy difícil, y a pesar de todos los atentados y todas las críticas malintencionadas. Entonces por supuesto que hubo momentos lindos”.

Usted siguió ligado al fútbol después, tuvo participación en Ñublense.

“Tuve participación en Palestino y posteriormente en Ñublense. Todas esas fueron situaciones un poco distintas. En el caso de Palestino, yo soy de origen palestino, entonces el club estaba en una condición muy terminal y sí ayudé a sacarlo adelante”.

(…) imagínate tener la experiencia de trabajar en el primer club del país. Partir como partimos y terminar como terminamos, obviamente te da mucha experiencia. En todo caso el trabajo en Palestino fue bastante acotado. Fuimos a darle una salida a la situación que tenía, lo hicimos y nos fuimos. Ese fue el compromiso, lo hacemos y nos vamos”.

¿Y en Ñublense dejó de participar?

“Sí, hace bastante tiempo. En Ñublense fue un poco distinto porque ahí sí tuve más participación en la gestión. No fue, como en el caso de Palestino, sacarlo del tema e irse. En Ñublense la idea era participar más en la gestión. Y de hecho participé durante algún tiempo en eso, hasta que dejé el tema hace ya bastante tiempo”.

¿Ahora está lejos del fútbol?

“O sea formalmente estoy lejos, pero yo sigo siendo director de Ñublense, a pesar de que no participo para nada, más que lo que es mi obligación como director. Pero obviamente que mi relación con el fútbol cambió totalmente a propósito de mi llegada a Colo Colo. Pero sí ya estoy bastante lejos y paulatinamente he perdido la cercanía, y la he perdido porque es un mundo muy decepcionante. Es un mundo de mucha vanidad, es un mundo muy complicado, de mucho ataque, de no reconocimiento. No hay reconocimiento en el fútbol. Nunca he visto un dirigente que se haga conocido, para qué hablar de los de Colo Colo, que terminan todos en la desgracia. Todos terminan cuestionados, entonces es una actividad que se ha vuelto, y cada día más, muy ingrata. Y para meterse en cosas ingratas hay que tener algún problema en la cabeza”.

CONCURSO

The Clinic OnLine tiene para ti dos ejemplares del libro “Colo Colo ya no es de Chile”. Para participar debes comentar con tu correo electrónico cuál es el peor jugador que ha pasado por Colo Colo en la era de Blanco y Negro (desde 2005 a la fecha). Las mejores respuestas que se reciban hasta el lunes ganarán.

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