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18 de Junio de 2013

Entrevista a Axel Kaiser, el columnista que dice que “la educación no es un derecho”: “Falta coraje para defender estas ideas”

El abogado fue uno de los personajes noticiosos de la jornada de ayer, con su texto publicado en El Mercurio donde aseguró que la educación es un bien de consumo y que su concepción como derecho es un "dogma de moda". En entrevista desde Alemania con The Clinic OnLine, Kaiser señala que no está de acuerdo por ningún motivo con la educación superior gratuita; y que si tuviera que elegir un candidato presidencial se inclinaría por Andrés Velasco o Andrés Allamand.

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La columna titulada “La educación no es un derecho”, escrita por el abogado Axel Kaiser en el diario El Mercurio, fue uno de los temas más comentados de ayer en las redes sociales. Incluso el nombre del director ejecutivo de la Fundación para el Progreso fue por varias horas Trending Topic en Twitter.

El tema de la educación es sensible y el que va contra la corriente paga los platos rotos, por lo menos así lo sintió Kaiser, quien desde Heidelberg, Alemania -donde cursa un doctorado en Filosofía-, conversó con The Clinic OnLine sobre los efectos de su poco popular sentencia. En sus declaraciones, el jurista ratifica sus dichos y reclama falta de valentía para decir lo que dijo en el diario de Agustín.

-¿Esperabas esta reacción de la gente?

“Sí, la verdad es que no lo descartaba, porque este es un tema que está en el centro de la discusión pública y evidentemente cuando uno plantea una opinión divergente, que cuestiona uno de los fundamentos de las premisas centrales que están ya aceptadas por todos, obviamente que genera reacciones y un impacto, porque las personas ya dan por obvio muchas cosas. Lamentablemente, eso sí, hubo muy pocos que trataron de entrar en una discusión de fondo. El resto fueron las descalificaciones de siempre, lo que tampoco me sorprende porque estamos en un período de ánimos demasiado alterados, demasiado caldeados y no hay tranquilidad ni mesura en las discusiones”

-¿Echaste de menos un apoyo en la defensa de tu idea?

“Lo que a veces me sorprende es que sé que hay muchas personas que están de acuerdo con lo que yo digo, y simplemente por temor o por no incomodarse no toman parte de la discusión pública. Yo creo que falta coraje, y en definitiva es una discusión de fondo. No se trata de descalificar a los demás. Yo no descalifico a los que creen que la educación tiene que ser gratuita. Yo ceo que están equivocados. Pero podemos discutirlo de fondo, enfrentar los distintos puntos de vista en una relación de cordialidad. No tiene por qué ser algo tan agresivo, violento e insultante como se está viendo”.

-Tú te refieres a un “dogma” que estaría de moda, ¿por qué dices que está de moda ahora, si antes de la privatización de la educación superior en dictadura, era un derecho?

“Esa es una buena pregunta. Yo creo que efectivamente estuvo de moda también en los 50 y en los 60. Y luego, en los 70-80 y en los 90 salió de la discusión en la manera en como se está planteando hoy. Entonces, como se está planteando hoy es básicamente la misma forma en como se planteó efectivamente en los 50-60 en que este tipo de “derecho social” tenían la máxima prioridad y llevaron a la expansión enorme del Estado, que todos conocemos en lo que terminó. Entonces, tú tienes razón en eso. Es ahora que está de moda si uno lo compara con las décadas anteriores, pero no con un pasado un poco más lejano de Chile”.

-Tú haces la diferencia entre dos tipos de derecho, los “sociales” y los “negativos”, entre los que clasificas a los de la vida y la libertad de expresión. ¿Por qué esa diferencias está marcada por las condiciones económicas?

“A ver, son temas distintos. El dueño de un medio de comunicación en el sentido estricto no tiene mayor libertad de expresión que un tipo común y corriente que puede expresar su opinión sin que lo amordacen. Lo que sí tiene ese dueño es obviamente medios para dar a conocer sus ideas de manera más difundida -si uno creyera eso, además, porque los dueños de medios de comunicación no se meten mucho en eso-. Pero desde un punto de vista estrictamente de principios, lo que importa y la diferecnia esencial, básicamente, es que cuando yo tengo libertad de expresión lo que exijo de los demás es que me permitan expresar mi opinión y no me amordacen. Los otros deben abstenerse de realizar una conducta que es, en el fondo, ‘déjenlo hablar’, ‘déjenlo opinar’, en fin”.

En el caso de los derechos sociales, cuando yo digo que tengo derecho a la educación, a la vivienda, la comida, la vestimenta, las vacaciones, en fin; independiente de sí yo doy o no una contraprestación, lo que yo estoy diciendo es que otros tienen que satisfacer mis derechos y por lo tanto, tengo que obligar a esos otros a financiarme. En el caso del dueño de medio de comunicación, por último, si es que pensáramos que tiene más posibilidades de expresar su opinión, por último está utilizando sus propios medios, sus propios recursos para expresar su opinión, pero no está exigiendo que otro le regale a él un medio de comunicación para expresar su opinión. Esa es la diferencia yo diría”.

-¿Y qué pasa con las posibilidadesdes de desarrollarse a través de la educación de alguien que no tiene recursos?

“Bueno, lo que pasa es que yo no estoy discutiendo -ojo con esto, porque la gente está leyendo muy apresurados los temas y no distingue-, que haya buenos argumentos utilitarios -no tanto de principios-, para defender el financiamiento por parte de los contribuyentes -no es el Estado, son siempre los contribuyentes- de por ejemplo la educación escolar y preeescolar. Hay argumentos buenos para defender eso -no tanto para que el Estado administre las escuelas, yo soy partidario de un sistema privatizado financiado públicamente, más o menos como el modelo sueco-, pero ahí hay buenos argumentos. Tú puedes decir okey, ya, con cargo a impuestos podemos hacer eso. Pero también teniendo presente, ojo, que aquí son los contribuyentes a quienes les estamos sacando la plata para financiar esto. Eso también es bueno para que la gente mantenga la prudencia y se tenga un control efectivo. Pero ese es un tema, es distinto decir que existe un derecho por el hecho de existir a que otro me financie. O sea, los hijos de tus vecinos no tienen derecho per sé a que tú le pagues la educación a ellos”

-¿Tú en qué universidad estudiante?

“Bueno, estudié el pregrado en la Portales y ahora estudio acá en Alemania”

-¿Y cómo fue tu financiamiento?

“Totalemente privado. Totalmente familiar, obviamente”

-¿Tienes candidato presidencial?

“No, no me representa ninguno”

-¿Y por cuál te inclinarías?

“Creo que los más sensatos serían Andrés Velasco y Andrés Allamand, y eventualmente también podría ser Pablo Longueira. Pero me inclinaría -si tuviera que pensar en alguien que esté más en la línea y que entienda estos temas- por Andrés Velasco o Andrés Allamand, pero aún no tengo un candidato”.

-¿Y qué te parece la propuesta de educación superior gratuita que propone Michelle Bachelet?

“Desde el punto de vista de los principios a mí no me parece por un lado razonable que se obligue a la población a financiar una inversión -porque en definitiva quien va a la universidad es una inversión en sí mismo, y es el principal beneficiado de esa inversión-; obligar a otros, que no se benefician de la inversión, a financiar la inversión de los estudiantes. Y además, de paso obligar a todos los pobres, a toda la clase media y a quienes no van a la universidad a financiar al 10% de mayores ingresos. No soy partidario de la educación gratuita por ningún motivo. Me parece que tengo un problema con eso. Desde el punto de vista de los principios no la cosnidero correcta y desde el punto de vista económico la considero regresiva, porque se benefician unos pocos con cargo a los muchos. Y por último se genera toda una estructura de incentivos bien perversa, que estaría perjudicando toda la calidad de las instituciones universitarias y de la educación. Creo que es un error, es el mismo sistema que teníamos en Chile antes”.

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