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Nacional

18 de Julio de 2013

La noche más larga de la derecha: Longueira se baja por depresión y la Alianza se prepara para carrera a dos bandas

El sábado Longueira recibió el diagnóstico que lo llevó a bajar su candidatura: trastorno depresivo mayor. Este martes con Chadwick, -que también padeció este mal- conversó sobre su situación y ayer, para sorpresa de su partido, su hijo anunció que no seguía en carrera. En la UDI están divididos entre Matthei y Golborne, mientras que en el Gobierno no descartan a Lavín o incluso al canciller Moreno. También se habla de una especie de golpe de timón con Cruz-Coke o Felipe Kast. Lo más probable es, en todo caso, que habrá competencia entre Allamand y quien sea designado por la UDI.

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La tarde del martes, a solas con el ministro de Interior, Andrés Chadwick –su amigo más cercano, uno de los fundadores de la UDI y quien en el pasado también se recluyó por depresión- Pablo Longueira decidió en el fundo de sus padres en Melipilla poner fin a su candidatura de tres semanas y media como abanderado único de la derecha. Lo hizo rodeado de su familia y con el apoyo de su esposa, Cecilia Brinkmann, quien fue clave en la definición de privilegiar la salud mental del emblemático líder gremialista por sobre su carrera política.

La decisión, afirman sus cercanos, no fue sencilla y Longueira la asumió sólo después de que el sábado su siquiatra tratante, Jorge Barros Beck, le diagnosticó trastorno depresivo mayor y le ordenó un mes de tratamiento intensivo fuera de cualquier actividad pública. Ese mismo día. Longueira conversó del tema con su generalísimo, Joaquín Lavín, quien se mostró partidario de esperar unos días antes de definir qué hacer.

En secreto, sostienen quienes fueron parte del comando longueirista, Lavín esperaba que el ex ministro de Economía lograra, de algún modo, salir de su estado. Ya lo había hecho en un episodio similar en el pasado y no había dudas de que tenía la fuerza necesaria, aunque estaba notoriamente cansado y había bajado seis kilos en los 57 días de campaña en las primarias.

El comando, pese a que la semana pasada se comentó que Longueira estaba sobrepasado, seguía trabajando en la publicidad de la campaña. “Por un Chile más feliz” era, irónicamente, el nuevo eslogan y ya estaba siendo sondeado en focus groups.

Longueira estaba ausente de estas instancias. Tras el sorpresivo triunfo en las primarias y luego de las reuniones de coordinación de rigor, había decidido pasar unos días fuera de Santiago. Finalmente se quedó en la capital, encerrado en su casa, y sólo interrumpió su descanso cuando el ex abanderado RN, Andrés Allamand –que retomaría su candidatura-, anunció sorpresivamente que postularía al Senado por Santiago Poniente. Ese día sus amigos lo notaron “lento, ido, demasiado agotado”.

Por lo delicado del tema, la información se manejó con completo hermetismo. En el partido sólo se especuló en la comisión política del lunes que el candidato estaba poco comunicativo, algo melancólico. Nada más. El martes, hubo una reunión para definir pasos estratégicos, como el arribo de los coroneles al comando. Todo indicaba que ayer Longueira regresaría a la vida pública con un almuerzo con los diputados RN. La actividad se suspendió y Lavín, sin saber aún qué mensaje entregar, aseguró que ello se debía a un encuentro, imprevisto, con el Presidente Sebastián Piñera.

Los parlamentarios de RN se quejaron por el maltrato y el día parecía propicio para una nueva crisis en la derecha, una pequeña. Hasta que a las cinco de la tarde, Lavín convocó a una conferencia de prensa y Juan Pablo, el hijo mayor de Longueira, acompañado de dos de sus hermanos, dio cuenta de un hecho que fue notificado, sólo minutos antes de su concreción, a las directivas de la UDI y RN por Lavín.
“Ha tenido toda la atención médica necesaria y oportuna, pero hay momentos en la vida en que uno propone y Dios dispone, frente a ello hay que tener la humildad de corazón para reconocer que hay dificultades que superan nuestras fuerzas, y la responsabilidad y generosidad con el país para entender que, sobre las personas, deben estar los ideales a los cuales queremos servir”.

“Nuestro padre siempre ha actuado así en la vida y eso es lo que hemos aprendido como familia. De esta forma, nos vemos enfrentados a este doloroso e ineludible momento. Por su responsabilidad con Chile, con su Alianza política y su partido, nuestro padre ha presentado hoy su renuncia a su candidatura presidencial”, dijo Juan Pablo.

El año negro de la derecha sumaba un nuevo punto de inflexión. “Sólo el roble se quiebra, las espigas se doblan. Él siempre ha sido un roble”, explicaba un influyente dirigente gremialista, pero más allá de las metáforas, el ánimo en la sede partidaria era de funeral.

En Valparaíso, en tanto, los parlamentarios resentían el golpe y a las 18.00 horas iniciaron una reunión especial para abordar el tema hasta la que llegó incluso el presidente de RN, Carlos Larraín.

El timonel gremialista, Patricio Melero, comenzó la reunión aclarando, tal como lo hizo públicamente, que había libertad de acción para nominar a un candidato y que la versión oficial sobre la caída de Longueira era la única verdadera. No había tras la intempestiva bajada, sostuvo, una recaída en el cáncer que afectó a uno de sus siete hijos en 2011, ni una conspiración por las malas encuestas, ni problemas de financiamiento en la campaña. El feroz líder de la UDI simplemente no estaba facultado para competir por la presidencial. Mientras Hernán Larraín abogaba por respaldar a Allamand, Jovino Novoa apelaba a la serenidad. En pasillos circulaban dos nombres con fuerza: la ministra de Trabajo, Evelyn Matthei, y el otrora candidato que la UDI descartó en abril, Laurence Golborne.

TODOS IBAN A SER CANDIDATOS
En La Moneda, la bajada de Longueira fue comunicada por Chadwick al Presidente durante la mañana y confirmada en la tarde por Lavín al jefe de Estado. Cerca de las 16.40, se oficializó en Palacio en medio del asombro generalizado de las autoridades. Nadie daba crédito a un segundo terremoto en el sector.

De inmediato se comenzó a especular que podría suceder: la tesis más asentada es que es “imposible” que el camino se le despeje a Allamand por tres razones: 1) Lo “mal perdedor” que fue en las primarias, lo que generó aún más encono de la UDI en su contra. 2) La candidatura que levantó, sin previo aviso, por Santiago Poniente y 3) La iniciativa de reforma al binominal que la directiva de RN no comunicó ni al Ejecutivo ni al gremialismo.

Dentro de las probabilidades, aseguran fuentes de Palacio, efectivamente están Golborne y Matthei, aunque con esta última –y con Allamand al frente- la guerra en la derecha sería con exocet. También existe la posibilidad de que Lavín sea “ungido” por Longueira o que se espere al fallo de La Haya para sacar al canciller Alfredo Moreno de debajo del sombrero. La única opción de unidad sería alguien totalmente distinto como nominar a Luciano Cruz-Coke o Felipe Kast. “En suma, todos los escenarios están abiertos”, resume una autoridad.

En RN, desde la directiva aclaran que si no es designado Allamand habrá una competencia a dos bandos y una lista parlamentaria única, mientras que hoy, a las 16.00 horas la comisión política ampliada de la UDI está citada para, otra vez, adoptar medidas de emergencia.

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