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Mundo

9 de Agosto de 2013

El polémico caso de “racismo” que denunció la multimillonaria Oprah Winfrey

Foto: Bill Ebbesen “¿Disculpe, podría ver ese bolso justo encima de su cabeza?”. Pregunta Oprah Winfrey. “No, es demasiado caro”, responde la vendedora de la exclusiva tienda Trois Pommes, en Zúrich (Suiza). Habla de un bolso de piel cocodrilo, valuado en US$35.000, que se encuentra detrás de una vitrina blindada. Se dirige a la reconocida […]

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Foto: Bill Ebbesen

“¿Disculpe, podría ver ese bolso justo encima de su cabeza?”. Pregunta Oprah Winfrey.

“No, es demasiado caro”, responde la vendedora de la exclusiva tienda Trois Pommes, en Zúrich (Suiza).

Habla de un bolso de piel cocodrilo, valuado en US$35.000, que se encuentra detrás de una vitrina blindada. Se dirige a la reconocida presentadora de televisión estadounidense, con una fortuna de más de US$2.500 millones. Y le dice: “No, es demasiado caro”.

Winfrey insiste. Y la vendedora también: “No, usted no quiere ver ese bolso, usted quiere ver éste porque aquél cuesta demasiado. No será capaz de pagarlo”.

El incidente ocurrido en julio, y divulgado este jueves por la propia presentadora en una entrevista, causó polémica luego de que Winfrey dijera haber sido “víctima de racismo”.

“Un malentendido”

Esa es la versión de Winfrey. Pero para la dueña de Troiss Pommes se trató “un malentendido”.

Trudie Gotz le dijo a la BBC que Winfrey tenía “absolutamente permitido” mirar el bolso. “Mi vendedora quería dárselo en la mano. Pero ella no quería tomarlo”, afirmó.

Gotz aseguró que la vendedora llevaba algunos años en la tienda, y que se encarga de los clientes “más consentidos del mundo”. “Realmente es una vendedora correcta”, agregó.

Winfrey, cuyo programa “The Oprah Winfrey Show” no es transmitido en Suiza, se encontraba en el país para el casamiento de la cantante Tina Turner.

La estadounidense dijo que dejó la tienda en calma y sin discutir, pero que el incidente era una prueba de que el racismo todavía era un problema.
Gotz no cuestionó la percepción del incidente de Winfrey.

“Estoy segura que se sintió así, pero mi vendedora me prometió que se encargó de ella lo mejor posible. Así que tiene que haber sido un malentendido”, dijo. Y explicó que el inglés de la empleada no es “tan bueno”.

“Le intentó mostrar del mismo estilo pero de otras calidades, porque quizá no entendía lo que quería”, agregó.

Polémica por solicitantes de asilo

Sea como fuere, el daño a la imagen de Suiza estaba hecho.

Hasta Suisse Turisme, un organismo público que promueve el turismo en el país, salió a pedir perdón a Winfrey por el supuesto trato racista.
La vendedora “tuvo un comportamiento “inapropiado” y “lo sentimos”, dijo la organización en su cuenta de Twitter.

Los comentarios de Winfrey llegan en medio de una disputa política por los planes de algunas ciudades ciudades de prohibir la presencia de solicitantes de asilo en algunos lugares públicos, como piscinas, campos de juego y bibliotecas.

La corresponsal de la BBC en Berna, Imogen Foulkes, asegura que grupos de derechos humanos los han comparado con la política de apartheid y agrega que la entrevista de Winfrey resulta un desastre de relaciones públicas para Suiza.

Las autoridades dicen que el plan está dirigido a evitar tensiones con los residentes.

Unas 48.000 personas buscan asilo actualmente en el país, el doble que el promedio europeo.

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