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Opinión

7 de Noviembre de 2013

Nuevo desastre en el Registro Civil: Sistema confunde huellas dactilares y fotos del carnet de identidad

El nuevo sistema que entró en operación seis meses antes de lo presupuestado y con una marcha blanca sólo teórica de tres semanas, ha sido un desastre. Los escáners deben ser limpiados entre cada cliente para que no se superpongan huellas dactilares, aunque ya se han emitido grupos de carnets con la misma huella para distintas personas. Además, los peritos alertan que ante los requerimientos de la Reforma Procesal Penal, la PDI o Carabineros, no están respondiendo “con certeza”. Todo a menos de dos meses de la entrada del cuestionado nuevo software encargado de resguardar la identidad de todos los chilenos.

Ricardo Ahumada
Ricardo Ahumada
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Huellas dactilares repetidas, superpuestas sobre las de otras personas o duplicadas, confusión en la verificación de identidad a través del sistema fotográfico y hasta una persona que aparecía fumando en la foto de su cédula, son sólo algunos de los graves problemas que ha revelado los primeros dos meses de funcionamiento de la nueva plataforma del Registro Civil. El software comenzó a operar seis meses antes de lo presupuestado, según explican funcionarios de la entidad, a cargo de la cuestionada empresa Morphos. El resultado es que hoy las oficinas del Registro están con filas que llegan a la calle y superan las horas de espera normales con personas en busca de renovar o sacar por primera vez documentos.

Pero eso no es lo peor: el mecanismo que prometía prevenir la falsificación y la adulteración de documentos y facilitar la verificación de identidad del titular, no funciona y comete errores garrafales. Por ejemplo, si Juan Pérez llega a sacar su carnet y se le toma el registro dactilar, el escáner se queda “pegado” con esa impresión y le asigna ese mismo registro al siguiente en la fila, Alonso Soto. Si Pérez delinque y la policía pide al Registro identificar las huellas, podría pasar que la institución responda que las huellas detectadas corresponden a Soto. En suma, una real crisis de identidad en el país.

Herramientas chinas

“No tenemos certeza de lo que estamos haciendo”, afirman, desconcertados, funcionarios del Registro Civil que fueron contactados por The Clinic Online. Afirman que todo lo que alertaron durante los días de paro en septiembre se ha ido cumpliendo durante estos días y advierten que han tenido que aprender sobre la marcha a operar los equipos y el software nuevo y que están respondiendo como pueden a los requerimientos del público.

El sistema entró en vigencia seis meses antes de lo presupuestado por orden de La Moneda. En un principio, iba a haber marcha blanca desde septiembre de 2013 hasta enero del próximo año, para entrar con un 100% de funcionamiento en marzo de 2014.

Sin embargo, por razones que se desconocen entre los trabajadores del servicio, el nuevo software entró en vigencia inmediatamente después de los 17 días de paro del servicio, con una marcha blanca de apenas dos semanas y con una capacitación que sólo incluyó instrucción teórica “porque cuando se hizo la plataforma aún no estaba lista, no estaban todas las aplicaciones”.

“Los instructores de Morphos nos dijeron que el gobierno pidió adelantar la entrada del sistema para que estuviera operando antes de las elecciones (del 17 de noviembre). No sabemos por qué razón”, dice un funcionario.

Según autoridades del propio Registro Civil, consultadas por The Clinic Online, la marcha blanca se realizó en los tiempos que correspondía, ya que las bases indicaban un plazo mínimo de 10 días y un máximo de 60 días, “en conformidad con las bases técnicas”.

Estas bases técnicas son, precisamente, la que están fallando según lo demuestra el material al que tuvo acceso este medio. Los escáners nuevos para captar las huellas dactilares “graban” las huellas de las personas a las que atendieron anteriormente y muchas veces se registran bajo las de otras.

Alertados por el problema, el Registro optó por una solución “casera”: mandó a comprar un líquido y paños para limpiar los visores y se instauró la instrucción a los funcionarios de limpiar el escáner después de cada atención, pero aún así los problemas persisten. “Las pistolas para leer los códigos parecen traídas de China. Se echan a perder rápido, se pegan y a veces ni funcionan. Uno tiene que repetir varias veces la lectura para que ‘pesque’”, dicen.

Desde el Gobierno, reconocen que esta situación es cierta y que cuando ocurre alguno de estos casos el conducto regular es rechazar la solicitud y tomar una nueva captura al usuario “en forma gratuita”, lo que atrasa los plazos de entrega: a la persona se le puede comunicar que debe tomar una nueva impresión cuando va a buscar su documento de identificación que no está listo en los tiempos presupuestados por este problema.

Ello a pesar de que el exdirector nacional del Registro Civil, Rodrigo Durán, precisó que el cambio de tecnología significaría “mejorar la atención de los usuarios que visiten a las oficinas de la entidad, ya que se contará con aplicaciones informáticas y dispositivos electrónicos que facilitarán y mejorarán la captura de los datos”. Y agregó: “la fotografía será de alta calidad y dejaremos atrás la tinta para captar las 10 impresiones dactilares a través de un moderno escáner”. La situación es similar a la de “el mejor Censo de la historia”.

La promesa

El seis mayo de este año, la ministra de Justicia, Patricia Pérez, y el ahora renunciado director del Registro Civil e Identificación presentaron con bombos y platillos la nueva cédula de identidad.

“Estamos poniéndonos a tono con un servicio moderno, que no tiene nada que envidiarle a los países más desarrollados, estamos muy contentos de poder entregar una mejor calidad de servicio a los chilenos y chilenas como es el compromiso de nuestro gobierno”, dijo la ministra Pérez ese día.

Sin embargo, el servicio hoy dista mucho de lo anunciado por el gobierno. Los funcionarios reclaman que el trabajo hormiga del Registro Civil, requerido por diversas instituciones para la identificación de personas, está hoy a media máquina.

Según un perito dactilográfico del Registro Civil, el nuevo sistema eliminó la “clave chilena de los 14 valores” con la que se clasificaban las impresiones de huellas de las cédulas -los 14 puntos mínimos que hacen que una huella se considere única- y se reemplazó por uno de minucias que tiene como método de identificación el dactilar digital -más pequeño y menos certero- y ahora también uno por vía facial. Este último, ante las fallas de las huellas, tampoco está operando como se esperaba.

Durante la verificación de identidad de quienes ya tienen su información ingresada al registro, en reiteradas ocasiones el software envía fichas de “candidatos” que no tienen nada que ver con los que están requiriendo nuevos documentos.


(En la foto, Solange pidió renovar su cédula de identidad. El sistema, para verificar su identidad, sólo accedió a una de las diez huellas digitales. Por esta razón, el sistema buscó un candidato vía facial, el que no corresponde a Solange, sino que a Carolina, una mujer diez años mayor que ella.)

O peor aún, en el ingreso de datos las nuevas huellas quedan ingresadas puestas encima de otras y el sistema, sin las aplicaciones correspondientes funcionando, no sabe detectar cuando estas están mal.

“Hoy no puedo informarle a un fiscal si un detenido que no tiene ficha o una persona investigada por la justicia sin antecedentes es quien dice ser si no tengo certeza de poder confirmar su identidad con el sistema antiguo, porque el actual no sirve”, cuenta.

Además, según el experto, el software hoy no cuenta con la base de datos completa a disposición de los funcionarios -porque no fueron traspasados todos los datos desde Sonda- lo que implica que cualquier persona puede aparecer sin un registro anterior -no existir en el sistema- y, por tanto, recibir una nuevo run; es decir, una nueva identidad.

“El sistema muchas veces no arroja que existan tales personas, entonces cuándo nos pregunta alguna de las policías o un fiscal si esa persona tiene antecedentes o detenciones anteriores, simplemente no sabemos si es así o no”, dice el perito.

Lo complejo del asunto, agrega, es que cualquier chileno o extranjero que no haya sido migrado del sistema antiguo al nuevo puede acudir a una de las oficinas del Registro Civil y obtener un nuevo run -impecable- que puede ocupar para lo que sea, “incluso para estafar o suplantar a otra persona”.

A modo de prueba, incluso, descubrieron que algunos funcionarios que llevan años en el mismo Registro Civil aparecen sin ficha en el nuevo software. La situación toma especial relevancia porque el área de investigación del Registro Civil llegan peticiones de verificación para Carabineros, la PDI, las fiscalías y el SML, entre otras instituciones.

“Acá se preocuparon sólo de las cédulas y pasaportes, pero olvidaron todo lo que está detrás”, alegaron hace algunas semanas en una reunión con los jefes de oficinas.

Desde la Asociación de Funcionarios dicen estar preocupados por los diferentes problemas, que tienen al servicio actualmente con un gran atraso en la entrega de documentos. “La identidad chilena era muy bien valorada y con estos nuevos implementos y sistema lo único que va a pasar es que se desprestigie el registro chileno”, señalan desde la Anercich.

Según explican, hoy existen 18 mil cédulas pendientes -la mayoría de extranjeros- más unas 700 cédulas de la captación que se hicieron en el Estadio Víctor Jara y algunas comisarías durante el paro. De hecho, el 60% de los requerimientos realizados en los puestos de emergencia se tuvieron que volver a hacer.

Además, el tiempo para la atención del público es de al menos tres veces el proyectado. En La Pintana, por ejemplo, la oficina no da para más de 70 atenciones diarias. Según las bases de capacitación del sistema de Morphos, la demora óptima para la captación de una cédula es de 1,5 minutos (90 segundos) pero actualmente, para la cédula de un chileno el trámite dura entre 4 y 5 minutos. Para extranjeros, el doble y hasta el triple, señalan.

Todo esto, además, se da en medio de la polémica por la cuestionada licitación que se le adjudicó a Morphos y que reemplazó a la antigua administración, a cargo de Sonda. Esta última, dada una sentencia del Tribunal de la Libre Competencia sobre las irregularidades en el contrato de la licitación de pasaportes y carnet de identidad que llevó a cabo el Registro Civil en 2008, presentará un recurso a la Corte Suprema para anular licitación adjudicada a Morphos.

A esto se suman las denuncias del perjuicio que le provocó a Casa de Moneda por la fabricación de pasaportes, publicado por Ciper.

Registro: estamos solucionando los problemas

Consultado por estas denuncias realizadas a The Clinic Online, el Registro Civil señaló que la mayoría de los problemas son efectivos, pero se detectan antes de hacer entrega al público de los documentos. En el caso de duplicidad de impresiones dactilares la situación “siempre ha ocurrido” y tal como en la emisión de un grupo de cédulas con las mismas huellas dactilares, situación detectada y alertada por los funcionarios, las revisiones y controles de calidad solucionaron el problema.

“Sobre la aparición de candidatos de verificación que no corresponden o sólo se parecen ‘facialmente’ a quienes están solicitando documentos, son los peritos datiloscópicos los encargados de analizar y seleccionar a la persona buscada entre los candidatos que arroja el software, el que además compara las impresiones dactilares en toda la base de datos, a diferencia del sistema anterior que lo hacía uno a uno”.

Además, el Registro señala que la migración de la base de datos del sistema anterior ya concluyó y en el proceso se encontró una cantidad importante de fichas dactilares inconsistentes o con impresiones de baja calidad, “aproximadamente 250.000 que deben ser depuradas por los peritos del Registro Civil”.

Sin embargo, explican que existen 600 mil fichas en papel que también son fuente de consulta, pero que a pesar de estos problemas los peritos del área de dactiloscopía están respondiendo a los requerimientos de la Reforma Procesal Penal con la base de datos actualizada a julio de 2013. Justamente lo contrario a lo que señalan quienes trabajan en la institución.

En paralelo, el servicio reconoce que las marchas blancas se realizaron en menos de diez oficinas distintas para todos los productos (cédulas, pasaportes y salvoconductos) en un máximo de tres semanas, entre el 29 de julio y el 16 de agosto.

“Se debe considerar que en septiembre hubo un cambio de una gran plataforma tecnológica, y que en el primer tiempo de funcionamiento al 100% en octubre, se detectó la necesidad de actualización del software y de mejoras en las aplicaciones, algunas de las cuales ya están superadas y en otras se está trabajando para superarlas”, reconocen.

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