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Opinión

24 de Diciembre de 2013

Mi candidatura, por Roxana Miranda

“Este año hago un balance positivo en lo que significan las organizaciones sociales y el grado de madurez política que hemos adquirido. No solamente hemos sido un movimiento social sino que nos hemos transformado también en un movimiento político con liderazgos. Eso lo veo muy positivo. Mi candidatura instaló la realidad de lo que nos […]

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“Este año hago un balance positivo en lo que significan las organizaciones sociales y el grado de madurez política que hemos adquirido. No solamente hemos sido un movimiento social sino que nos hemos transformado también en un movimiento político con liderazgos. Eso lo veo muy positivo.

Mi candidatura instaló la realidad de lo que nos pasa a miles y aterrizamos por primera vez la política en Chile, porque lamentablemente ésta se ha convertido en ofertones, en cuál de los candidatos ofrece más plata o más avances en infraestructura, hospitales. La danza de los millones. Nosotros hablamos de lo que de verdad le interesa al pueblo chileno que es vivir bien, que nos paguen lo que nos corresponde, que nos atiendan como personas, como nos merecemos. Yo creo que eso es: aterrizar la política en palabras simples y sencillas. Creo que eso caló profundamente en la base social.

Cuando hablo de “nosotros”, por ejemplo, me refiero a todos, independiente del lugar. Eso tiene alcances políticos fundamentales, porque quienes sienten el concepto cercano es nuestra gente, la gente más afectada, la gente pisoteada todos los días, yo creo que ellos son los que se sienten representados. Por supuesto no me refiero al 1% privilegiado sino a las personas abandonadas, el 99% de los chilenos. Hay una elite política, sumada a gente acomodada en puestos de poder con trabajos estables, pero la gran mayoría no tenemos eso. No tenemos trabajos estables. Si es que hay posibilidades de trabajar nos tratan mal en los trabajos, nos tratan mal en los sistemas de Salud. Todo lo que significa ser pobre, con esas carencias que tenemos como personas.

En ese sentido mi candidatura tuvo costos positivos, porque yo pasé de ser una dirigente social, que dejó la olla para salir a la calle a ser un sujeto político. Si veo costos creo que son favorables, hubo algunos personales, siempre los van a haber, es obvio. La candidatura siempre fue una candidatura sin recursos, pero eso también permitió que afloraran buenas iniciativas. Empezaron a trabajar las cabezas de muchos y salieron cosas muy entretenidas, con harta creatividad. Por ejemplo, grabamos en una locación en la calle y los chiquillos inventaron una plataforma de madera sobre unos tubos de PVC que permitieron hacer tomas en movimiento con una cámara súper sencilla. Eso que se hace con plumas gigantescas, acá se logró con dos tubos de PVC y unas rueditas.

Todo fue positivo desde el momento que decidimos presentar la candidatura. Haber juntado las firmas, haber inscrito la candidatura después de todas las trabas que nos impusieron. La burocracia es muy grande. Todo estaba hecho para que no avanzáramos y lo hicimos igual. Fuimos capaces de salvar cada obstáculo que nos pusieron.

Aprendí todo. Confirmé lo que siempre he denunciado: esta gente efectivamente es un grupo de sinvergüenzas y el duopolio que nos ha hecho tanto daño está conformado por esos lacayos, lamebotas de los parlamentarios.

Yo traté de convivir lo menos posible con esas personas, lo justo y necesario. Nos cruzamos en algunos eventos pero yo traté de alejarme, de no relacionarme con ninguno de ellos, es un mundo asqueroso. Mientras más los conoces, más te desencantas. Como candidata presidencial me llegaron muchas denuncias de toda índole. Mientras más sabía, más triste fue para mí ver en lo que han transformado este país. Lamentablemente no pude dedicarme a investigar en profundidad la mayoría de esas denuncias.

Con los otros candidatos no tengo ninguna experiencia en común, nada. Con Alfredo Sfeir solo nos saludamos, nada más. Y con el Conde (Marcel Claude) absolutamente nada, es un tipo muy lejano de lo que son las relaciones humanas. Alguna vez discutimos unir nuestras candidaturas pero él no quiso, se retiró, quería correr con sus propios caballos. Yo estaba dispuesta siempre y cuando la gente hubiese apoyado una candidatura única, no era una decisión de cuatro paredes.

La decisión que tomó Sfeir de apoyar la candidatura de Bachelet me deja con la tranquilidad que no fue el candidato del bloque, como tampoco lo fue Marcel. Después salieron a la luz denuncias que no le pagó a los que trabajaron por la franja, denuncias de maltrato intrafamiliar y después de las elecciones andaba pidiendo plata porque había quedado endeudado. Primero hizo un video para marcar AC (Asamblea Constituyente) y después hizo otro para no marcar, es un tipo súper ambiguo. Felizmente ninguno de ellos fue un candidato del bloque, a la primera se bajaron los pantalones.

Yo he cumplido con lo que dije y continúo haciéndolo. A mí, después del 17, me van a encontrar en la calle, organizando a las familias, creando poder popular. Yo partí este 15 dando el puntapié inicial a la Asamblea Constituyente y Social, con soberanía. Hicimos un encuentro acá en Santiago, en la cuarta, la octava región, Arica, Antofagasta, fue un proceso bastante interesante, la gente quiere participar. El primer acuerdo fue que todos nos transformamos hoy en verdaderos evangelistas para salir a predicar lo que significa una Constitución, una asamblea constituyente y por qué es importante cambiar la Constitución impuesta a punta de sangre y de muerte.

Con esa cartilla vamos a salir a la calle a preparar a nuestro pueblo. Primero hay que reeducar al pueblo y luego iniciar el diseño de la nueva Constitución. Creo que mi mapa parte de haber aprendido, en lo social y lo político, lo que es la lucha por la vivienda. Una de las luchas más importantes que hemos tenido fue la toma del río Mapocho y, luego, el atrevimiento de haber legalizado nuestra postura política y ahora tener autonomía política, un paraguas que protege a todos los movimientos que componemos el Partido Igualdad y, con ese mismo atrevimiento, haber presentado nuestra candidatura presidencial siendo un partido tan nuevito.

Lo que hacemos al decir “Nosotros” o “Nosotros los sin dientes”, no son consignas, hablamos así, pasamos la vida con sabiduría popular, no es un discurso, son vivencias diarias”.

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