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Poder

27 de Diciembre de 2013

¿Qué rol pretende tener Allamand en el Gobierno de Bachelet?

El ponerse en el foco de las críticas fue un costo que el senador electo por Santiago Poniente, Andrés Allamand, decidió pagar con el objetivo inmediato de instalar el debate respecto de las responsabilidades políticas de la derrota electoral de la derecha y el fin a largo plazo de posicionarse con la voz de su sector durante la administración de Michelle Bachelet donde busca convertirse en el defensor del ideario de la Alianza y el articulador de acuerdos en el Congreso.

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A mediados de la semana pasada, el presidente de RN Carlos Larraín, instó al electo senador por Santiago Oriente, Andrés Allamand, a no intervenir directamente en el debate respecto de las responsabilidades por la derrota electoral. El objetivo de Larraín era evitar que Allamand se pusiera en el foco del contraataque del piñerismo y cuidar así su mermado capital político tras un año en que protagonizó más de una polémica en el marco de la carrera presidencial. Uno de los conflictos más recordados ocurrió cuando fue derrotado en las primarias y no sólo se negó a subir al balcón de la UDI con Pablo Longueira, sino que además se trenzó en una disputa con Joaquín Lavín.

El fin de semana, sin embargo, Allamand echó por tierra la intención de la directiva de Renovación de blindarlo de nuevos cuestionamientos: dio una entrevista al diario La Tercera en que culpó directamente al Presidente Sebastián Piñera de la derrota electoral y abrió un debate respecto de las responsabilidades en el fracaso, situando en primer lugar al jefe de Estado.

Instalar la discusión fue, según el mismo Allamand aseveró, una de las motivaciones de su arremetida. Las otras, explican cercanos al ex ministro y candidato presidencial, se dividen en las de corto y largo plazo.

En lo primero, Allamand apuntó con su embestida contra Piñera directamente a las bases de RN que están descontentas con el Mandatario y quienes son clave como plataforma política ya sea que opte por competir en la interna por la sucesión en la directiva –es lo que Larraín ha esperado durante todo este periodo- o que se proyecte otra vez para abanderado de la colectividad. En ese sentido, el hacer eco del malestar de los militantes que se sintieron abandonados por Piñera durante su gestión -y que se congregarán el 18 de enero en el Consejo Nacional- favorece los planes de Allamand de ser el líder más relevante de la colectividad en el próximo periodo, ya que además, a difrencia de Piñera, “no sólo tendrá voz, sino también voto en la discusión de las principales reformas”, afirma una alta fuente partidaria.

Es precisamente esta posición la que explica el objetivo de largo plazo de Allamand: Según la directiva “Andrés va a jugar un rol clave durante la administración de Michelle Bachelet”, en particular ahora que está legitimado por una elección competitiva, como la de Santiago Poniente, donde triunfó.

Allamand ya ha señalado que va a defender posiciones “impopulares” en el Congreso y que va a encarnar el ideario de la centroderecha. En esa línea, apunta un cercano al personero “él se la va a jugar porque no exista una asamblea constituyente y por la libertad en educación, entendida esta como que no se termine la educación subvencionada, también va a intervenir en cómo se realiza una reforma tributaria sin perjudicar la inversión, esas son las peleas que va a dar a cualquier costo”.

Pero Allamand no pretende limitar su actuación al “no pasarán” que busca promover la UDI, sino que además de poner cortafuegos a la agenda más reformista de Bachelet se potenciará como el articulador en los temas en los que sí puede haber acuerdo. “Andrés siente que se vive un periodo clave y que, para mantener la relevancia del Congreso, es preciso que todos los grandes temas se solucionen ahí, entonces no va a obstruir la agenda de Bachelet, sino que va a buscar que se logren acuerdos que beneficien a nuestro sector, por ejemplo, que si se insiste en una reforma constitucional está no contenga cambios radicales”, apunta un cercano.

Ahora, en su posicionamiento, y tal como ha sucedido otras veces, Allamand ha dejado más de un herido, en primer lugar Piñera y sus seguidores y otros que tienen cuentas pendientes con él –como su ex vocera, Catalina Parot, a quien sacó de la competencia senatorial sin previo aviso-, también han aprovechado de pasar su factura. Son los costos, sostiene RN, de la “sutileza de rugbista” con la que Allamand tiende a actuar en política.

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