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LA CARNE

9 de Febrero de 2014

El eterno renacer del porno chileno: Sueños húmedos de una mesera

Marlen Doll -una chilena maestra del triple x, escort pornostar y experta en sexo en vivo- pretende resucitar el cine porno de la mano de un director principiante y dos actores novatos. Una tarde de fines de diciembre nos invitaron a presenciar algunas escenas en vivo en el puerto de San Antonio. Esto fue lo que vimos.

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Imágenes: Alejandro Olivares

Marlen Doll mira coquetamente a dos clientes que están sentados en una mesa de un bar. Ambos responden con un “uuuyyy, guaaachíiitaaa, tenís las medias gooomas”. Ella les guiña el ojo y sonríe. Corte. La escena se repite tres veces. Pequeños errores de continuidad no dejan conforme al director de la cinta.

Toma siguiente: Marlen les sirve dos copas con mango sour a los dos clientes que, a estas alturas, están más calientes que tetera de campo. Nadie, sin embargo, dice nada. Ninguno de los tres habla. Sólo se miran. Marlen Doll toma la iniciativa y se sienta al lado de ellos. A pedido del director, se abre la blusa y deja al descubierto sus enormes pechugas siliconadas. Luego juguetea con ellas, se pasa los dedos por los pezones y se lame los pechos.

A continuación -también a pedido del director- se baja la falda suavemente. Los parroquianos se incorporan al juego y comienzan a correrle mano. Mientras uno lo hace en la vagina, el otro se concentra en las tetas. Marlen Doll hace lo suyo: baja el cierre del bluyin de uno y comienza a acariciarle el pene. En menos de dos minutos, engulle ambos miembros y deja a los hombres sólo con calcetines blancos.

Acto seguido, se masturba y se pone en cuatro patas. Uno se la mete por la boca, mientras el otro la penetra por el ano. Gemidos desenfrenados. Uno de los actores golpea con su pene la cara de la musa triple x, ahora en llamas, que gime como perra en celo. El actor repite los golpecitos con su pene, pero ahora en el poto de la Doll. El otro actor le mete su verga en la boca desatando una bacanal en el suelo. Los actores se dan como caja. Los gemidos se mezclan con el sonido de una motosierra que viene del patio trasero y uno que otro celular que suena en el set.

La escena que se graba es parte de lo que será la película “Sueños Húmedos de una mesera”, que muestra en cuarenta minutos un día en la vida de una garzona promiscua y caliente que termina en una orgía al interior de un pub. El guión de la cinta fue idea de Marlen Doll para cumplir sus fantasías sexuales que alguna vez tuvo cuando trabajaba como garzona en un pub y se quedaba con las ganas de culear con algunos de sus clientes. La cinta pretende poner fin a largos y duros siete años de sequía en los que no se grabó ni siquiera una paja.

Atrás quedaron cintas de culto, como “Hanito, el genio del placer” o “Apelación Sexual”, grabadas por el profeta del cine porno chileno Leonardo Barrera y que protagonizaba junto a la superestrella Reichell, quien después fue candidata a diputada por el partido Radical.

Mientras que en Estados Unidos la industria mueve cerca de 3 billones de dólares al año y se graba una porno cada 34 minutos, acá la realidad sigue siendo deprimente: en toda nuestra historia se han grabado no más de doce filmes que no han alcanzado notoriedad y los directores la mayoría de las veces han terminado endeudados. Pese al negro historial, Marlen Doll cree ciegamente que su película triunfará en los sex shop y en internet donde espera subirla para ser descargada, por una suma aún no definida, para goce de los pajeros de todo el mundo.

No le tiene miedo a que puedan piratear su película. El director Claudio Bravo -un novato en la pornografía que se dedica a la fotografía de modelos en paños menores- tampoco: “Y si lo hacen, lo encuentro maravilloso, el descueve. Nosotros no vemos esta película como para ganar plata. De hecho lo más probable es que no recuperemos lo que hemos invertido… pero las ganas están y todo ha sido por la buena onda. De hecho, a nadie se le paga. A ningún actor se le paga, están acá porque quieren ser actores porno”.

El director también confía en que su película dará que hablar. “No es lo que se hace en Europa ni en Estados Unidos. Es porno made in Chile. En las películas chilenas que se hacían antes se cometió el error de usar mucho diálogo ridículo. Nosotros no vamos a usar diálogos. Usaremos lenguaje corporal, otro tipo de claves para la comunicación para que sea universal”.

El puerto de San Antonio fue el lugar escogido para revivir el nuevo cine califa. Coincide en que tanto el director como los productores pertenecen a esa ciudad. La película, precisamente, se está filmando en una casa arrendada de dos pisos en una tranquila calle residencial donde es común ver a señoras paseando con sus perritos o bolsas de supermercado. Nadie sabe -salvo los curiosos que han leído la prensa local- que aquí, en esta casa con un lindo antejardín, se graba una de las películas más hardcore del último tiempo que promete sexo duro, hiper explícito, dobles penetraciones, primerísimos primeros planos de coitos y lo que más calienta a Marlen Doll: la lluvia vaginal. La performance consiste en meterse una botella de champaña por la vagina para descorcharla en el rostro de uno de los actores. Una escena que, sin ánimo de pelambre, según afirma la misma protagonista del film, carecía el porno protagonizado por Reichell.

El primer piso de la casa se ambientó para asemejarse a un bar. Se pusieron tres mesas adornadas con manteles rojos y blancos. En una de las paredes, se colgaron tres cuadros: de la película Goodfather, de Marilyn Monroe y de Charles Chaplin. También dispusieron de una pequeña barra de bar con copetes que incluía la famosa botella de champaña que se metería Marlen Doll en su escena más deseada. Hasta una máquina de redcompra había de utilería. Pero el día de la grabación, hubo un pequeño percance: se olvidaron de poner focos para darle un toque de bohemia a la escena.

Esta cinta, además de pretender ser la salvadora del porno local, es la primera en la que participan los actores-clientes que le dan como caja a Marlen Doll en la escena del pub. Ambos sortearon un largo y duro casting, donde llegaron alrededor de 30 sementales, que contempló una entrevista con la actriz porno que les terminó midiendo con la mano el tamaño de sus miembros. Ninguno de los dos resultaron ser trípodes, pero quedaron seleccionados por su desplante frente a las cámaras.

Ángel trabaja en una naviera en San Antonio. Tiene 28 años, pero aparenta menos: tiene cara de niño. Es moreno, delgado y no muy alto. No es el típico actor porno musculoso y con pene gigante. No es un Rocco Siffredi, el famoso semental hardcore italiano, pero le pone empeño cuando alcanza sus 15 centímetros estando erecto. “Es juguetón, lo que es importante”, se excusa.

Ángel siempre quiso ser actor porno desde que empezó a masturbarse sapeando revistas “cochinas” en las que aparecían mujeres voluptuosas entrelazadas con hombres viriles. Por eso cuando se enteró que había un casting en su ciudad para grabar una película triple X, no lo pensó dos veces y se fue a meter. Pese a que Sueños Húmedos de una mesera es su primer largo, ha grabado antes escenas hot con Marlen Doll.

Fue en los días previos a que Chile clasificara al mundial de Brasil. Para calentar a la selección, Marlen Doll grabó un video para la hinchada con Ángel teniendo sexo en una cama y en una ducha. Esta última escena retrata muy bien lo precario del cine porno chileno. Se suponía que se grabaría íntegramente en un jacuzzi. Pero algo falló. El agua caliente nunca funcionó y para no cagarse de frío tuvieron que correr a una ducha pequeña, de esas que no tienen tina. Mientras culeaban, la ducha teléfono golpeaba el cuerpo de Ángel. Pero poco le importó: estaba teniendo sexo con una pornostar y lo vería mucha gente por internet. La fama estaba al otro lado. Ahora, sin embargo, la cosa es distinta: habrá más gente en el set y tendrá que grabar un trío. No se le hará fácil la jornada.

A su lado Marlen Doll tiene a otro actor novato: un stripper de los que llevaba Vicky Barahona para calentar a las vecinas de Renca y que en el circuito de las despedidas de solteras es conocido como el doble del sargento O’Ryan de Pelotón. Se llama Darío, se empina en los cuarenta años, y es un tipo que no tiene empacho en decir que está aquí por califa. Darío, al contrario de Ángel, es más canchero. Y le gusta lucir sus músculos. Usa pantalones apretados para que “se le marque el paquete y el poto”. No por nada, se jacta de tener un pene erecto de 24 centímetros. Darío es el que cobrará protagonismo en la escena del trío.

***
Marlen Doll tiene 30 años, el pelo rubio teñido, los ojos negrísimos y un desplante en la cama que produce envidia. Ella, dice, nació para culear. Es una experta en sexo. Una profesional con vocación al servicio de la manada. A la Doll la calienta estar rodeada de penes que terminen descargando toda su leche en su cuerpo. Y le encanta que todo el mundo lo sepa.

Por eso le encanta ser actriz porno. Si mañana se saca el Loto, dice, seguirá dedicándose a lo mismo: “Realmente es lo que me gusta. Me gusta el sexo y que me miren y sentirme observada”. Pero lo que más le gusta es tener sexo ante miles de personas. En España cumplió su fantasía. En discotecas de Palmas de Mallorca hacía un show que la hizo conocida: se subía al escenario y escogía a los más osados para tener sexo. Una noche podía ser con uno, otra con veinte. O hacían una rifa y el premio era tener sexo arriba del escenario con ella. O a veces no tenía sexo, pero hacía el show de la lluvia vaginal con otras mujeres.

Lograr la fama en un negocio tan competitivo como el español, que mueve alrededor de 400 millones de euros al año, casi la mitad del presupuesto del ministerio de Cultura de ese país, no es fácil. Más aún considerando que hay cientos de actrices que buscan el éxito en la industria del porno. Marlen Doll lo logró cuando tuvo la oportunidad de grabar con Torbe, el ídolo freak de los pajeros españoles, que se jacta de tener la polla más chica del porno mundial.

Él la invitó a participar de sus “Pilladas en la calle”, en las que le ofrece a mujeres desconocidas tener sexo a cambio de dinero. Obviamente, todo es un show. Torbe conoce a las mujeres previamente, pero actúan en cámara como si no se hubieran visto ni en pintura. El video de 34 minutos es uno de los más vistos en la página Puta Locura. Se llama “Carita lefada a cambio de unos euros” y lo grabaron en 2009. La descripción que hace Torbe de Marlén -en el video aparece como Marien- dice así en su página: “Al encontrarme con Marien es inevitable no fijarme en su sonrisa y en sus tetazas… ¡estoy deseando saber cómo son sin ropa! Esta rubia tan simpática termina aceptando tener sexo a cambio de dinero y mostrar sus tetazas amén de sus artes a la hora de mamar pollas y follar”.

Y la descripción que hace Marlén sobre Torbe es: “Tú lo ves feo, pero es buenísimo para la cama: tiene unos movimientos técnicos buenos, buenos, buenos, pero buenos, jajaja. Me gusta, me gusta. En el tamaño, bueno, dicen que hay problemas, pero todo depende de cómo lo manejes, podís hacer hasta milagros. Para mí el tamaño no es importante. He estado con negros, que la tienen así de grande, y no le funciona: tienen eyaculación precoz como los orientales. Las mujeres tanto que fantasean con los negros y resulta que son tan malos en la cama que hay. Son horrible. Lo único que tienen es el tamaño grande, pero no hacen sexo anal, nada. Yo antes miraba los pies de los hombres. De repente, me pasaba rollos y decía “mi amor, usted la debe tener gigante” y después nada qué ver. Era pura publicidad engañosa”.

En tuíter has escrito que te gustaría hacer un trío con Parisi. ¿Quién sería el otro?
-Me encantaría hacer una porno con él y MEO. Con los dos postulantes a presidente, ¿te imaginai? La media fantasía sexual. El Marco me gusta hace tiempo, porque me encantan los hombres morenos. Es rico, atractivo. Y Parisi es irresistible. Y también me gustaría tener sexo con el guatón Salinas. Le mandé un tuit para rodar, pero hasta ahora espero la respuesta. Yo encantada hago un porno con él, pero tendría que ser porno freaky, como de Torbe, chistoso, divertido, interesante.

Pese a que ha grabado cinco largometrajes, entre ellos tres con la diva del porno Salma de Nora y más de 20 cortos, Marlen Doll es relativamente nueva en el mundo del porno califa. Recién en el 2006, luego de separarse de su marido “cafiche” con el que estuvo ocho años y de dejar un trabajo como mesera en Valparaíso, donde le pagaban una miseria, ingresó a la industria de entretención para adultos.

Partió de anfitriona en clubes nocturnos en la Quinta Región. Se sentaba a conversar con clientes y por cada copete que se servían, Marlen ganaba una comisión. Al poco andar se fue a Punta Arenas a probar suerte a otro local. Fue ahí donde conoció a un “par de argentinas bien feas” que le contaron que estaba todo pasando en España. Juntó plata ocho meses, pescó su maleta y partió a Palmas de Mallorca. Allá encontró pega en un club nocturno donde iban preferentemente alemanes que buscaban aventuras sexuales extremas.

Un día conoció a dos jóvenes que armaban una productora porno que le ofrecieron ser parte de su staff de actrices porno. Y aceptó. “La primera vez que hice un video porno me pagaron 300 lucas. Cuando entré, me dieron nervios porque estaba la cámara. Pero después me relajé y lo hice excelente. Ese día me dijeron “tú naciste para eso, tenís la vocación para el porno”. Y es así: nací para esto. Me encanta que me graben teniendo sexo”. Dejó su pega en el club, y se dedicó a grabar películas caseras y también a trabajar como escort pornostar. Ahora de regreso en Chile, está prendida. Quiere hacer locuras y ya se le ocurrió una para este verano: hacer un masivo bukake en Santiago. Su meta es romper el record guiness de hombres eyaculando en su cuerpo. Tienen que ser a 500. Dice que no tendrá sexo con ellos, pero que promete tratarlos como dioses.

Todos siguen culeando en el suelo. Han pasado veinte minutos y la escena sigue con la misma intensidad. Han llegado un par de curiosos a mirar la grabación. Hay una joven que trabaja en Angels -el club nocturno que la lleva en San Antonio y que produce la película- que le gustaría tambien ser actriz porno como Marlen Doll.

Atrás del set, el ambiente está más distendido. Hay pisco sour y papas fritas para picar. Suena de vez en cuando algún teléfono o tocan el timbre. Pero el trío sigue en la suya y no se inmuta. Más gemidos.

Marlen Doll está con las patas arriba, mientras Darío la penetra analmente. Ángel se va cortado y se arrincona en una esquina para masturbarse, mientras Marlen y Darío dele que suene. La escena es penosa: Ángel, con calcetines blancos relucientes, trata de resucitar su miembro que no le responde. De vez en cuando mira directo a la cámara. El otro par siguen infatigables. Tras largos minutos, Ángel se recupera a medias, sólo a medias, y trata de volver a hacerle empeño metiéndole su pene semierguido por el agujero desocupado de Marlen. Darío está en llamas. Marlen, golosa, le toma el pene y se lo introduce en su boca. Hasta el fondo. Y comienza a hacerle sexo oral de manera tan estridente que comienza a hacer gárgaras con el pene metido hasta la laringe. El sonido es como si alguien sufriera arcadas o se estuviera ahogando. Más orgasmos. Una mosca se posa en el poto de Ángel y otra en la de Darío. Mientras Marlen Doll hace gárgaras con el semen, me sirvo mi vaso de pisco sour. Me estoy acostumbrando a los gemidos.

Luego de cuarenta minutos, con Ángel vencido en un rincón con el condón todavía adherido a su miembro, Darío se va cortado en la cara de Marlen. Grita “¡Oh, conchetumadre, oh, conchetumadre!”. La Doll sonríe mientras el líquido viscoso rueda por su cara. Está feliz, aunque con dolor de rodillas por estar tanto rato en el piso. Se sienta desnuda en la escalera, aprovecha de limpiarse la cara y pide pisco sour. Le sonríe a nuestro fotógrafo y le pide que inmortalice a su “hermoso clítoris”. Marlen Doll aún está en llamas. Marlen Doll aún está en llamas y, con su copa en la mano, le dice a Darío: “¿Cómo estamos pa la otra?”.

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