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Cultura

20 de Febrero de 2014

Crítica de cine: George Clooney se mete en una guerra y no sale indemne

Precedida de gran expectación, como todas las películas en las que aparece el nombre de George Clooney, “The Monuments Men” se queda muy lejos de la historia que cuenta y pasa por encima por la tremenda labor de unos hombres que arriesgaron su vida por el arte en plena guerra. Clooney, con la colaboración de […]

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Precedida de gran expectación, como todas las películas en las que aparece el nombre de George Clooney, “The Monuments Men” se queda muy lejos de la historia que cuenta y pasa por encima por la tremenda labor de unos hombres que arriesgaron su vida por el arte en plena guerra.

Clooney, con la colaboración de Grant Heslov, ha introducido un humor en el guión que a veces sobra y ha querido acercar la historia a la heroicidad irónica de películas como “The bridge on the river Kwai”, en la que claramente se ha inspirado.

Pero pese a que ha demostrado buen gusto a la hora de ponerse detrás de la cámara -“Good night, and good luck” o “The Ides of march”-, su talento como director está muy lejos del de David Lean, y en “The Monuments Men” no ha sabido estar a la altura de una historia que merecía más.

Porque las hazañas del grupo de hombres que rescató del expolio nazi millones de obras de arte -entre ellas “La adoración del cordero místico”, de Van Eyck, o “La dama del armiño”, de Leonardo Da Vinci- eran un excelente material para la gran pantalla y el filme de Clooney se deja ver, sin más.

Es entretenido porque la historia lo es. Y se sostiene porque Clooney se ha rodeado de un eficaz plantel de actores que siempre cumplen su cometido: Matt Damon, Cate Blanchett, John Goodman o Bill Murray, entre otros.

Pero pese a su buena ambientación y a que se ha tratado de rodar en los lugares donde sucedieron los hechos, el filme adolece de la fuerza y tensión que sin duda rodearon el trabajo de estos héroes hasta ahora anónimos.

El director y actor se ha perdido en las múltiples ramas que componen la historia y no ha profundizado en ninguna, lo que da como resultado un retrato a pinceladas al que le falta lo principal, el centro de atención.

Tampoco ayuda una música machacona y en exceso ligera de Alexandre Desplat, capaz de partituras mucho más sutiles, como la que le ha hecho merecedor este año de una nominación al Óscar por su trabajo en “Philomena”.

Pese a todo, la película, que llega mañana a las pantallas de medio mundo, es interesante por lo que apenas cuenta y divertida por momentos, si se obvian sus múltiples fallos o los estereotipados malos a los que se enfrentan Clooney y sus muchachos

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