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Opinión

12 de Mayo de 2014

Romina Reyes, escritora: “Me carga ese afán de limpiarse en el lenguaje para borrar ciertas marcas de clase”

Romina Reyes (25) ganó su primer premio con Julio, un cuento que escribió mientras terminaba sus estudios de Periodismo. Luego su literatura tomó forma con otras cinco historias y ganó el premio a la mejor obra del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en 2013 con su libro de cuentos Reinos que fue lanzado este mes por la editorial Montacerdos. Aquí habla de la pornografía, de la clase media endeudada y del Chile que quiere ser OCDE, pero que tiene sus plazas repletas de perros quiltros.

Matías Castro
Matías Castro
Por

foto: Alejandro Olivares

En Reinos tus personajes son solitarios en extremo y tienen muchos problemas para conectar. El sexo es rudo, en ocasiones como una violación, de hecho no tiran, sino que culean: “En esos días culeábamos como si nos fuéramos a morir”. ¿Por qué?
-Viéndolo desde un plano artístico, las relaciones sexuales fallidas son la imposibilidad de acceder al amor. En el cuento Julio, cuando el hueón le mete el pico en la boca a la mina, dije: “loco, esta hueá es misógina, ¿yo soy misógina? ¿Yo deseo que me pase eso?”. No sé por qué está en mi cabeza, pero el tema donde abordo el sexo es misterioso y es un conflicto para mí que la mayoría de las escenas sean pseudo violaciones. Me lo he cuestionado caleta. No entiendo por qué escribí esa hueá, si mi vida sexual es lo más normal. A mí no me gusta que me peguen, que me ahoguen, cuando lo he intentado he terminado así como ¡por favor para!

La palabra “culear” la elegiste con pinzas.
-Ni tanto, porque yo ocupo esa palabra. Las otras las encuentro siúticas. Me carga ese afán de limpiarse en el lenguaje para borrar ciertas marcas de clase. Encuentro que culear es súper ordinario, suena feo, te remite al culo. Quizás sea la forma más cochina de decirlo, pero creo que el sexo es cochino. Cuando estai culeando estai sudando, eres como una persona fea. Nadie culea de una forma bonita, eso es efecto del porno. Ahí nadie pone una cara fea, quizás en Brazzers sí, pero en general no. Va por ese afán de decir la hueá como es. Si alguien tiene sexo bonito y limpio, bacán, yo no lo tengo, no lo conozco.

¿Tú culeai?
-Sí, me gusta que me culeen. Nunca he dicho fóllame. Es una palabra española, como de Anagrama. Además que creo que culear es bien chileno. No me interesa escribir en español neutro porque no hablo así. Si me voy a poner a escribir para que me traduzcan al inglés, quizás voy a poner follar, pero creo que la cuestión gana cuando te sitúas en un lugar desde donde hablar. Cuando escribo quiero que se identifique una hueá local.

¿Ves mucho porno?
-Sí, hice mi tesis sobre la producción y el consumo de pornografía desde la post dictadura hasta el 2012. Cuando chica era muy fanática del soft porno, pero después, cuando conocí la pornografía en internet, me fui a la mierda, quedé para la cagá, no podía creer todo lo que había. Ahí me hice fanática del porno.

¿Qué es lo más freak que has visto?
Lo más cuático eran dos minas, una que estaba embarazada, con la guata gigante, y su pareja era una mina bien amachada que la dominaba. La embarazada era preciosa y la otra era un camión. Lo vi y me calenté. Nunca pensé que me iba a pasar con una embarazada culeando.

¿Crees que hay pocas mujeres escritoras en Chile?
Creo que en Chile y en el mundo las mujeres tienen menos figuración pública que los hombres. No creo que sea porque las mujeres escriban mal. En dos ocasiones me gané premios literarios y era la única mujer, es como un poco frustrante porque decís ¿por qué? Quizás el discurso de siempre, que a las mujeres las motivan mucho menos y una está como arrojada a tener que cuidar su aspecto y a ser valorada por eso. Y este tipo de problemas no sé si lo resuelva que tengamos una mujer presidenta, porque hay cosas que son mucho más de la cotidianidad. Recuerdo que en la práctica un camarógrafo me dijo que yo no iba aguantar la pega de periodista porque en algún momento iba a querer ser mamá. No supe qué contestarle y me odié por eso.

¿Qué falta para resolver el problema del machismo?
Falta educación. Me pasa lo mismo que con la ley Zamudio, no hay ninguna institucionalidad que enseñe en los colegios, todavía hay colegios católicos en que los curas persiguen a los homosexuales. Creaste la ley Zamudio, pero el odio sigue existiendo.

Movimiento estudiantil

A pesar de que los protagonistas de los cuentos pertenecen a la generación que ha vivido todo el proceso de marchas estudiantiles, esa problemática no aparece en ningún momento, ni a favor ni en contra. ¿Por qué?
No tengo un interés muy claro, lo que no significa que no me interese la causa. En mi último año de universidad estuve en la toma, fui a todas las marchas, pese a que arrancaba apenas veía un paco. Creo que lo que está en el libro es lo que me sale bien. Una vez quería escribir de unos tipos que conversaban mierda en una marcha y no me salió. Pero tienes razón, en Reinos, que es de la universidad, podría salir un hueón pintando un lienzo, que es una cuestión que en la Chile pasa. No sé por qué no está.

En el cuento Geert Lehmann/Los gringos le dan la bienvenida a Chile a un joven alemán que mira una plaza por la ventana: “una circunferencia que cada cierto tiempo era recorrida por un perro, donde todas las bancas estaban vacías, y un grupo de personas bebía cerveza en lata y lanzaba los cigarros a la tierra”. ¿Chile es eso?
El Chile en el que yo me muevo es eso, un Chile bien de clase media, media pobre, con gente que no tiene mucho qué hacer. Chile es un país bien conchadesumadre. Siempre está a medias, con gente tomando en la plaza que está llena de perros quiltros que quieren estar en la OCDE. Me huevea Lollapalooza que trae las migajas del primer mundo para que Chile, por dos días, se sienta un país mejor. Chile tiene esa necesidad de no ser sudamericano, de no querer ser como uno mismo.

De mostrarse como un país exitoso
Me cae mal el exitismo, creer que el esfuerzo personal te va a llevar arriba, cuando hay muchos factores. He sido súper esforzada, pero no me considero exitosa. Me cambié de colegio al Carmela Carvajal para que me fuera bien y poder entrar a la universidad. Y ahí te dai cuenta que el loco que estuvo en colegio privado se esforzó la mitad que tú y llegó al mismo lado. Chucha, yo me compré el rollo del esfuerzo y ¿dónde estoy? Endeudada hasta el hoyo. Los que tenían más plata que yo, están mejor que yo.

¿Educación gratuita entonces?
Yo necesitaba ayuda del Estado. Por eso este hueón del Pato Navia me hincha las hueas en tuíter cuando pone hueás como “para eso quieren educación gratuita”. Loco, te invito a mi casa. Yo no me gané el CAE, no tuve fondo solidario. Le diría: ¡ven a mi casa y dime en mi cara que soy rica, dime en mi cara que no soy pobre! Me da tanta rabia ese hueón, siempre pone que financiamos la educación a los ricos, ¿por qué chucha no pone que es para el que no puede pagar?

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