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Cultura

28 de Mayo de 2014

Paulina García, actriz: “En los 80 cuando no mataron a Pinochet, pegué patadas en las paredes de rabia”

Luego de ganar el Oso de Plata como mejor actriz en el Festival de Cine de Berlín, Paulina García pasó gran parte del 2013 presentando la película “Gloria” en distintos países. Este año distintos proyectos la tienen en Chile. “La Anarquista”, obra donde interpreta a una activista recluida en la cárcel, está actualmente en cartelera, está en televisión con la segunda temporada de “Los Archivos del Cardenal” y en cine desde este semana con el estreno de “Las Analfabetas”. Con la misma intensidad que trabaja, analiza sin complejos el contexto político, social y cultural del país. “Yo siempre participo de la agenda, siempre hay que estar participando”, dice.

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foto: alejandro olivares

-Hace unas semanas se estrenó “I am from Chile” y este jueves “Las Analfabetas”, ambas óperas primas. ¿Buscas este tipo de proyectos o los jóvenes te buscan a ti?
Los cabros ven muchas cosas, sobre todo las series. Yo he participado en varias y como no he hecho cositas livianas, probablemente por eso me buscan. Me encanta trabajar con gente nueva, pero no me da tanto el tiempo. Esas dos películas las hice un año y medio antes de “Gloria” y se demoraron porque fueron hechas con las patas y el buche. De hecho con “Las Analfabetas” nos asociamos, hubo una paga simbólica.

-También estás en teatro con “La Anarquista” que aborda temas políticos y sociales bien ad hoc al escenario actual. Llega en un buen momento para participar de la agenda social.
Yo siempre participo de la agenda, siempre hay que estar participando. Es cierto que la obra no pudo llegar en mejor momento. Que la gente la vea significa que instalas temas en un cotidiano relajado, pero también estás imponiendo una categoría del lenguaje y se puede producir un espacio de aprendizaje que es más instantáneo que en cualquier escuela.

-En Chile la visión que hay del anarquismo está muy asociada al encapuchado. 

Sí, pero no se sabe nada. La verdad es que hay incultura al respecto. Pero bueno, los medios de comunicación se dedican básicamente a desinformar y reducen las ideologías a estas expresiones como extremas.


-¿Encontraste algo en el anarquismo que te llamara la atención?


No sabía nada del anarquismo antes de la obra, pero me sorprendió para bien. Te diría que lo más interesante, aunque me parece utópico, es la volá de pensar una sociedad sin gobernantes y que las personas serían capaces de balancear sus deseos y sus frustraciones en el sentido de pertenencia. Aunque no estoy tan segura de que eso pueda suceder.

-¿Te generó simpatía el anarquismo?


Sí y no. Me genera simpatía como la posibilidad filosófica. No me genera simpatía que para lograr un objetivo voy a tener que pasar por sobre ti porque tengo un objetivo mayor. Ya no estoy ni ahí con la muerte de nadie, creo que ahí envejecí. En los 80 cuando no mataron a Pinochet, pegué patadas en las paredes de rabia. Un mes después ya fue menos malo, pero me costó digerirlo, me lo explicaron 20 veces y no lo podía creer porque yo quería que el hueón se fuera. Pero bueno, menos mal, habría sido una guerra sangrienta donde qué se yo qué hubiera pasado.

-Eres parte del elenco de la serie “Los Archivos del Cardenal”. ¿Cómo viviste el proceso de la dictadura y cómo eso te ayudó para trabajar a tu personaje?


Mi personaje está basado en la periodista Mónica González y todo sirve en la representación. En general intento que el trabajo tenga que ver un poco con el temperamento mío, tengo que tener alguna sintonía. Eso no siempre resulta, a veces uno trabaja porque pagan bien y hay que hacerlo. Pero en “Los Archivos del Cardenal” tenía toda la sintonía del mundo. En ese período nosotros estábamos en la calle, al menos todo lo que podíamos estar en la calle. Más aperrados que ahora, más censurados, más reprimidos.

-Existían riesgos reales


No era que nos podían agarrar en una protesta, nos podían agarrar en nuestra casa, entraban hasta la universidad buscando gente. Entonces no se podía huevear, todo lo que hacíamos tenía un nivel de seriedad. Es lo que me tocó vivir, pero también me habría gustado otra cosa. Me costó mucho reconocer o poder sentir la liviandad. Teníamos 20 años y estábamos súper amargados. Patear piedras era un concepto cotidiano. Cuando aparecía el hippie buena onda, lo miraba y decía: ¡sale maricón culiao!

Piñericosas y Michelle

-¿Qué te pareció el gobierno de Piñera?
Todo el movimiento de las protestas, con la fuerza que se dio y con la necesidad que teníamos de despertar, no habría sucedido en un gobierno de la Concertación. Este movimiento nos levantó, nos puso a todos de patitas en la calle, nos devolvió el interés por la política y nos sacó de esta especie de loop en que nos habíamos metido de trabajo, casa, plata y carrete. Había una cosa hedonista y displicente en la que estábamos metidos, intentando tener cierta profundidad existencial, pero la verdad es que hay momentos en que uno no la tiene nomás. Pero el problema de la derecha chilena -estoy buscando una palabra que no sea tan peyorativa- es que no tiene ninguna identidad reconocible. Muchos de ellos son levantados de cola nomás y con una ideología que se vacía súper rápido, tratan a las otras ideas como utopías. Entonces, ¿cuándo pensamos? Creo que en ese sentido fue bien poco el aporte del gobierno de Piñera. Pero puta que nos reímos. Las piñericosas, escarnio tras escarnio, el porrazo en Bajos de Mena o la foto que se sacó en el asiento de Obama, ¿cómo puede hacer algo así?

-Piñera quizás represente eso que decías: una derecha sin pretensiones intelectuales, con una posición más parecida a la de un gerente que se manda condoros, como las piñericosas, y le da lo mismo.


Al final yo creo que tenían su dirección, iban hacia alguna parte. De repente dijeron hagamos de este problema una oportunidad. Como Kevin Spacey en “House of Cards”, haciendo de todo, la puntada sin hilo no existe. El otro día me subí a un avión que venía de Estados Unidos a Chile y Piñera estaba en primera fila sentado con un libro. Lo que me sorprendió fue ¿por qué él vuela en este avión? Bueno, está haciendo campaña. Él se puede subir en cualquier avión, puede mandar a pedir un avión si quisiera desde Araba Saudita. Me sorprendió fíjate. Venía con la señora al lado además. La otra debe haber estado tostada, que la haya hecho venirse con él, en ese avión lleno hasta arriba.

-Michelle Bachelet realizó un visionado de la película “Gloria” durante su campaña presidencial, una jugada política bien astuta.


Esa fue una decisión que no tomé yo. No sé si un producto artístico tiene que prestarse para eso. Fue una opción de ella.



-¿Te invitaron?


Sí, pero no fui porque tenía otra cosa concreta en mi casa. Tampoco habría ido en ese momento, ella no había dicho nada todavía.



-¿Eras crítica con el silencio de Bachelet?

Más bien estaba esperando escuchar un programa, cuál era la postura real, quería saber qué iba a pasar. No tengo problemas con ella, de hecho después la acompañé una vez que empezó a hablar. Dije: hay que tomar una decisión, mojémonos el potito y ya.

-¿Cómo evalúas sus primeros meses de gobierno?


Me parece que han ido a buen tranco, están haciendo las cosas que tienen que hacer. Me parece bien lo del video de la reforma tributaria y que no hayan reculado. Sabemos que la reforma va a ser algo que va a cambiar la estructura de relaciones y eso cambia un país. Si la logramos hacer ahora, en dos años más nosotros vamos a estar en otra cosa.

-¿Qué te pasa con el tono de la discusión de la reforma tributaria?
Si es que la derecha quiere decir que esto es un recuerdo del año 68 para adelante, reforma agraria incluida, me viene una cosa rebelde que agárrense, que vamos a galopar. Pero siendo sensata, tenemos que seguir conviviendo y tenemos que seguir siendo capaces de comer juntos las familias y los amigos. Pero también, no fueron votados ellos pues, si perdieron por la conchamimare. Sé que Bachelet gobierna para todos los chilenos, pero la derecha perdió porque el 60% de la gente quiere que realmente ocurra otra cosa. La derecha ni siquiera es el 40% restante porque los otros votaron por Marquito, Velasco, Sfeir y el loquillo de los calzoncillos caros, Parisi.

-¿Hay que pasar la aplanadora entonces?


No, no es la aplanadora, pero necesitamos que esto cambie y se votó para que cambiara. Argüir que serán víctimas de la aplanadora me parece politiquería de la peor calaña, ¿qué quieren? ¿que negociemos con ellos? ¡Pero si perdieron! Perdieron porque la Michelle prometió reformas, entonces la gente votó por ella. Que no hueveen.

Cultura y mercado

-Los teatros no se sostienen económicamente con la venta de entradas y tienen que asegurar su financiamiento todos los años mediante postulaciones a fondos públicos y privados. ¿Cómo crees que se puede solucionar ese tema?


El teatro no puede funcionar con las leyes del mercado. No hay ningún gobierno que desconozca esta realidad. En París el Estado entrega subsidio a las salas con condiciones. Salas con contenidos específicos, que tienen que ver con la educación y obras que son de la volá experimental que querai, en fin. La idea es que no hagan una y otra vez “La Pérgola de las Flores”. Si la cultura logra estar en el centro del gobierno, irradia muchos otros ámbitos. Cuando vas a ver una exposición, deja algo en el ojo que no se puede olvidar. La expansión que tiene tu mundo interno -llámese mente o llámese alma- es inolvidable. Has extralimitado tus posibilidades de comprensión y eso es algo que no va a volver atrás.

-Para eso hay que abrir las puertas de las salas y centros culturales. ¿Crees que existe ese ánimo en este gobierno?
No creo que en cultura sean muy innovadores y no sé si hay políticas claras, además de la finalización del edificio del GAM, que lo han tratado de desprestigiar. Mira lo que ha significado ese edificio en la ciudad, las actividades que tiene. En Matucana se intentó hacer algo así con la Biblioteca de Santiago, pero somos tan clasistas que no bajamos para allá.

-Tampoco, por ejemplo, se ha aprovechado la discusión de la reforma tributaria para quitarle el impuesto al libro.


La eliminación del IVA al libro es una política pública que hace una diferencia enorme. Cuando yo era chica todo se leía en Quimantú, no conocía las grandes editoriales. Ahora hay muchas editoriales chicas, pero no sé cómo sobreviven, deben tener la misma realidad que las salas de teatro. Ya que no queremos proteger más a los poderosos, liberemos po hueón. A los poderosos no les va a significar nada quitarle el impuesto al libro, les importa un bledo. Van a ganar igual, probablemente ni siquiera van a bajar los libros de ellos. Lo que sí va a significar es que las editoriales pequeñas puedan publicar otras cosas.

La oportunidad de TVN

-El cine chileno con fondos estatales enfrenta a la dicotomía de ganar muchos premios en el extranjero, pero en nuestro país no es capaz de llevar gente. Las más vistas en cambio son las películas sin financiamiento estatal como las de Kramer, Sebastián Badilla y Nicolás López. “Gloria” fue una excepción a ese fenómeno.
¡Ah! quieres que despotrique contra el público. Vamos a ver tele al cine ¿es eso? Con todo, “Gloria” no es que haya arrasado en público, le fue bastante bien, pero no fue un blockbuster. Creo que esa dicotomía es un tema de difusión, son lucas, hartas lucas. La proporción es que si metes 10 para hacer una película, debes meter 30 en difusión. Tengo entendido que las películas chilenas no alcanzan esa cifra. Kramer hizo la ecuación exacta.

-El cine premiado tiene un lenguaje que no es tan simple como el televisivo ¿Quizás falta formación de audiencias?
No es que quiera un Estado benefactor, pero si quiero que sea más activo en ese tipo de cosas. No podemos pretender que no haya Kramer o no haya “Las Analfabetas”, son películas distintas y ambas tienen que convivir. Lo que no está haciendo el gobierno y que debería atinar es que si ve que nosotros logramos llegar a los festivales clase A, si tenemos el profesionalismo para producir, para generar opinión pública y para instalarnos en los palmarés de todo el planeta, quiere decir que ya aprendimos una manera de hacerlo. Y ya que tenemos mercado y además tenemos el think thank, ¡come on baby!: Tómenlo. Esto es una imagen país. Películas como “No”, “Matar a un Hombre”, “Carne de Perro” o “Crystal Fairy”, son muy distintas. Qué es lo que más me preguntan afuera: ¿Qué es esa producción cinematográfica tan estrambótica? Cuando hay un incentivo, cuando se abren canales nuevos, se traducen en producción concreta. Cuando no las hay pasa lo contrario. Fíjate que este año no hay una serie realmente activa en televisión, “Los Archivos del Cardenal” tiene un pésimo horario, eso es política, son gestiones.

-¿Crees que es una buena oportunidad para TVN de generar audiencias?
TVN ahora tiene un Presidente del Directorio de la calaña de Ricardo Solari. Si ese espesor intelectual no se traduce en una producción concreta, en una formación de audiencias, sería un fracaso. Esta es la oportunidad. TVN tiene que hacerlo, es el deber de la televisión pública. El gobierno tiene que sumar todo esto y decir: ¿qué hacemos?

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