Ai Weiwei, el artista víctima de la represión china: “La intimidación es la herramienta más eficaz para los que están en el poder”

Imagen extraída de Youtube.

El artista, diseñador y activista chino Ai Weiwei, conocido por estar con arresto domiciliario en 2011 sin cargos durante 81 días como una forma de censurarlo, y multado por la autoridades chinas por supuestamente haber evadido un pago de la compañía en la que trabajaba -oportunidad en la que compatriotas le donaron dinero para que pagara la deuda-, escribió un ensayo sobre la fuerte auto-censura que se vive en su país, visto desde su posición de artista y ciudadano.

El activista, enemigo de los funcionarios del gobierno, analizó la cultura de la “autocensura” que existe en el mundo del arte de china en un correo electrónico enviado a The Huffington Post, y trazó una línea entre las acciones gubernamentales y lo que el viejo proverbio chino decía: “Mata a la gallina y asusta a los monos”.

El ensayo se titula “On Self-Censorship” y comienza diciendo que “la censura en China se aplica las 24 horas del día, y está presente en todos los canales de comunicación. Su impacto resuena en todas las formas de expresión individual en relación a lo público, ya sea en una publicación, una exposición de arte, o en un sitio web. Durante más de 60 años, las políticas de censura han sido una parte omnipresente de la sociedad en todo el país”.

“Dentro de un mes, mi nombre ha sido omitido en dos exposiciones en China. Más recientemente, el Centro Ullens de Arte Contemporáneo (UCCA por sus siglas en inglés) en Beijing estaba mostrando tres de mis piezas en una exhibición conmemorando a un viejo amigo y colega, pero tuvieron miedo de mencionar mi nombre y mi relación con la institución que mi amigo y yo construimos juntos – la primera institución de arte contemporáneo chino jamás creado”, declaró.

Respecto a esto, el artista dijo que “esta estricta censura de la información y expresión afecta no sólo a mí mismo, sino a la comunidad de artistas y a toda la sociedad. Por diferentes razones, las instituciones se auto-censuran para poder sobrevivir, algunos incluso para cosechar beneficios de esto”.

Agregó que “la intimidación es la herramienta más eficaz para aquellos que están en el poder para ahuyentar el sentido de independencia de las personas. No sólo pueden borrar con éxito las ideas de la esfera pública y purgar a los que se atrevan a expresar estas ideas y actitudes, sino que también pueden lavar el cerebro de cualquier persona que simplemente quiera funcionar como una parte de la sociedad”.

En el ensayo también escribió que “con el fin de obtener seguridad financiera y personal, la gente tiene que ajustarse a las normas de comportamiento, sin hacer ninguna pregunta o tratar de distinguir el bien del mal. La censura es un sistema que crea poder absoluto y paraliza a la sociedad, eliminando el valor de la gente para hacer juicios o cargar con la responsabilidad social”.

“La censura y la autocensura actúan juntas en esta sociedad para asegurarse de que el pensamiento independiente y la creatividad no puedan existir sin una reverencia a la autoridad. La autocensura y las amenazas se basan en una memoria o una vaga sensación de peligro, y no necesariamente en una instrucción directa de los altos funcionarios. Los chinos dicen “ji sha jing hou”: “matar a la gallina para asustar al mono”. O sea castigar a un individuo como un ejemplo para otros, lo que de nuevo incita a que esta política de intimidación pueda resonar durante muchas vidas e incluso generaciones”, aseguró el activista chino.

Por último, Weiwei explicó que “a diferencia de la mayoría de las partes del mundo, el Internet en China se basa en redes de área local (LAN), pero incluso este flujo de información limitada ya está poniendo extremadamente nerviosas a las autoridades. No sólo la censura en línea va en contra de las características esenciales de Internet, que ya ha dado lugar a numerosas detenciones y sentencias en la persecución de la libertad de expresión. Como resultado, la autocensura está en aumento, mientras que la demanda de la libertad crece a un ritmo igualmente rápido. Estos son los desafíos paralelos que nos enfrentamos en el mundo materialista en el que vivimos”.

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