La cuestionada política de la UC que impide entregar anticonceptivos en su red de salud

Aunque la atención pública durante los últimos meses haya estado en el rechazo del rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, al proyecto de despenalización del aborto en casos particulares, -asegurando que su red de salud no los aplicaría -, lo cierto es que las políticas de la casa de estudios en relación a temas mucho más simples, como la entrega de anticonceptivos, siguen la misma linea.

Según un reportaje de El Mostrador, en las clínicas, hospital y centros médicos asociados a la Red Salud UC CHRISTUS, -pese a que accede a recursos fiscales por servicios a afiliados de Fonasa-, los pacientes no pueden obtener prescripciones de anticonceptivos para controlar la natalidad, siendo entregados solo para tratamientos como el síndrome del ovario poliquístico.

Lo anterior es rechazado por los trabajadores de la PUC, a quienes, además, les excluyen los anticonceptivos del convenio médico. Así lo indican los miembros del Sindicato de Salud UC. “Tenemos un fondo de salud que nos reembolsa recetas de farmacia, que incluye a todos los medicamentos. Pero deja fuera a los anticonceptivos. Por eso solicitamos que esto cambiara en la negociación colectiva de 2012 y lo hemos solicitado por mucho tiempo, pero la Universidad mete los valores de la Iglesia, lo que no puede ser”, explicó la tesorera del sindicato, Leonor Cerón.

Desde la PUC indicaron que en la red de salud “no se promueven los métodos anticonceptivos artificiales y se prescriben anticonceptivos orales cuando existe indicación médica para ello. Con respecto al reembolso de estos preparados a los trabajadores de la institución, existe un acuerdo firmado con la organización sindical como parte del Reglamento del Fondo de Salud para el periodo 2013-2016, en los cuales se expresan con claridad los beneficios y condiciones en una amplia gama de situaciones médicas, que excluye a estos medicamentos”.

Ante ello, Cerón asegura que “al rector se le olvida que somos seres pensantes, con decisión. Yo soy cristiana pero pienso que Dios nos dio libre albedrío, o sea, yo puedo decidir si quiero tener hijos o no, si tomo anticonceptivos o no”.

Por su parte, el ginecólogo y director del Centro de Bioética de la Universidad Católica, Mauricio Besio, detalla que “lo que pasa es que la Iglesia se opone al uso de métodos anticonceptivos artificiales. Así que tenemos un programa de métodos naturales en los centros médicos de la UC que ofrecemos a pacientes”.

Las excepciones, indica, se hacen con tratamientos hormonales. “A veces usamos anticonceptivos orales para tratar ese tipo de patologías. Pero en general no indicamos métodos anticonceptivos hormonales. Cada ginecólogo tiene la libertad de decidir en su consulta, pero la política de la Universidad es no entregar métodos anticonceptivos artificiales. Eso se extiende a todos los centros de salud (…) y todos los médicos que trabajamos acá respetamos principios y valores de la institución”.

Las únicas instituciones de la red donde se puede optar por tratamientos anticonceptivos “artificiales” son los tres Centros de Salud Familiar (Cesfam) que mantiene en Puente Alto y La Pintana. Sin embargo, sólo las matronas que son pagadas por el Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente entregan los condones o pastillas del día después. “En los Cesfam, como pusimos como requisito al hacer el convenio que tenían que estar todos los programas, desde la UC se las arreglaron para que el que entrega los anticonceptivos sea la matrona que depende del servicio. Es como el Pilatos del siglo XXI”, explicó el director del Servicio de Salud Metropolitano, Antonio Infante.