Lo que le espera a Martín Larraín en el nuevo juicio por la muerte de Hernán Canales

Ironías del destino, el 12 de septiembre pasado, a pocos días de que comiencen las Fiestas Patrias, la Corte de Apelaciones de Talca anuló el juicio en contra de Martín Larraín Hurtado. En otras palabras, a sólo 6 días de que se cumpla un año, cuando la madrugada del 18 de septiembre de 2013 atropellara a Hernán Canales, huyera del lugar, evitara tomarse alcoholemia e incluso intentara abandonar la zona de Cauquenes con destino a Santiago.

Esta coincidencia negra alcanza también a Sebastián Edwards y Sofía Gaete, quienes lo acompañaban ese día fatídico en su jeep Toyota 4×4. En corto: los tres deberán enfrentar a un tribunal oral en lo penal con jueces distintos a los anteriores.

La historia de esta anulación de juicio y sentencia, comenzó para los tres actores de este caso el 18 de julio pasado. En la oportunidad, Larraín Hurtado fue condenado por cuasidelito de homicidio a 540 días con pena remitida y dos años de suspensión de licencia. Es decir, el tribunal desechó la acusación de la fiscalía que buscaba una sanción de cuatro años por “manejo en estado de ebriedad causando la muerte” y que nunca más pudiera conducir. En tanto, Edwards y Gaete fueron absueltos del delito de obstrucción a la investigación, pese a que le mintieron a Carabineros sobre el autor del accidente.

El fiscal Juan Pablo Pereira valoró la decisión del tribunal de alzada y explicó que en el próximo juicio “deberemos probar nuestra tesis”.

Dijo: “Martín Larraín manejaba en estado de ebriedad y Sebastián Edwards y Sofía Gaete obstruyeron la investigación. Esto lo haremos con nuevos jueces, pero con las mismas pruebas. De hecho la acusación que presentamos inicialmente no varía. Pedimos 4 años de pena, más la suspensión de por vida de la licencia y 300 días para sus acompañantes”.

Así las cosas, los magistrados valorarán los mismos elementos para determinar si efectivamente Larraín Hurtado llevaba alcohol en el cuerpo al momento en que atropelló a Hernán Canales. Deberán hacerlo sin que exista un examen de sangre, por lo que usarán hechos anexos al atropello, como declaraciones, pericias en el sitio del suceso y la propia conducta del acusado de no enfrentar la justicia en aquella oportunidad.

Por esta razón, la cronología de hechos será vital para la fiscalía para demostrar la conducta dolosa de Larraín Hurtado, hijo del ex presidente de RN Carlos Larraín.

El bidón con pisco

Lo que el Ministerio Público logró acreditar es que Larraín junior viajó el 13 de septiembre desde Punta Arenas, pasó por las Torres del Paine, cruzó hacia Argentina y el 16 del mismo mes llegó a Chile por el paso Cardenal Samoré, en Osorno. Luego llegó a Temuco y siguió a Curanipe, VII Región. Sin embargo, antes de llegar fue fiscalizado por Carabineros. Los documentos estaban en regla, salvo el permiso de circulación. No fue multado.

En la zona más de un centenar de jóvenes ABC1, varios provenientes de Santiago, quienes se conocían entre sí por la universidad, aprovechaban las Fiestas Patrias para hacer asados, beber y participar de las fondas. Larraín, Gaete y Edwards, no eran la excepción.

El 17 de septiembre, Larraín Hurtado llegó a la casa que había arrendado su amigo Matías Villela. Este último comenzó bebiendo Vodka, después piscola y cuando llegó la noche para ir a las fondas llenó un bidón con 6 litros de pisco y se subió al jeep de Larraín Hurtado.

Una vez en las ramadas, Villela repartía alcohol a quien se le cruzara. Llegó la hora de ir a dormir y en el trayecto se produce el accidente que costó la vida a Canales. De ahí en adelante, la reconstrucción que ha hecho la fiscalía será la materia prima para los jueces.

Hecho 1: Cuando se produce el atropello, cerca de las 05.00 am, Martín Larraín se bajó del auto, vio el cuerpo de canales ensangrentado a la orilla de la berma, volvió al vehículo, intentó hacerlo partir y no pudo. Con las luces de los celulares de Gaete y Edward que lo alumbraban, logró arreglar el desperfecto.

Hecho 2: Edwards y Gaete contactaron a emergencias con llamados que no superaron el minuto. Según declararon nadie contestó, pero la autoridad indicó que nunca entraron al sistema.

Hecho 3: Larraín Hurtado huyó del lugar y fue a dejar al resto de los ocupantes del vehículo, mientras Edwards y Gaete, después de varias horas, concurrieron a la comisaría y le mintieron a Carabineros, señalando que una camioneta blanca había sido la responsable del accidente. A pocos metros de la unidad policial, Martín Larraín los esperaba. Hernán Canales aún yacía en el berma del camino… agonizando

La reconstrucción

Esos datos primarios del caso deberán ser entrecruzados por los jueces con hechos posteriores. Por ejemplo: el 19 de septiembre Martín Larraín fue detenido por Carabineros cuando trataba de tomar el camino a Santiago. Fue puesto a disposición de la fiscalía, donde reconoció haber bebido “unos vasos de ponche” antes del accidente y después de nuevo “unos ponches y unas piscolas” .
Fue detenido y se le realizó el control de detención el día 20 de septiembre quedando en libertad. La alcoholemia que le practicaron, por cierto arrojó cero.

Días más tarde volvió a declarar sobre el consumo de copete, cambiando su versión del cielo a la tierra: “No sé por qué declaré haber tomado unas piscolas y unos ponches”

La fiscalía siguió tomando declaraciones, hasta que Edwards reconoció, el 15 de octubre de 2013 que tanto él como Sofía Gaete mintieron en su testimonio a Carabineros porque “queríamos proteger a Martín Larraín”.

En tanto, Gaete fue quien le indicó a Larraín, al momento del atropello, que se retirara del lugar, que “metería en un lío público a su familia”, según reconoció este último en una declaración. La joven, en cambio, aseguró no recordar qué palabra había utilizado.

En suma, las distintas situaciones acreditadas por la fiscalía, deberán ser conectadas por los jueces para determinar si la huida, el repentino cambio de declaración y el intento de abandonar la zona, son suficientes para condenar a Larraín hijo por manejo en estado de ebriedad causando la muerte. Y quitarle la licencia para siempre. Y a sus acompañantes, sancionarlos por mentir tratando así de salvar a su amigo del brazo de la ley, sin que les importara que un hombre había sido atropellado y emitía “sonidos guturales de dolor”, como se lee en la carpeta de investigación.

En cualquier caso, los tres no conocerán los barrotes de una cárcel, ya que de ser condenados cumplirán la pena en libertad, debido a que les beneficia como atenuante la “irreprochable conducta anterior”.

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