Fiscal mexicano responde por desafortunada frase: “Cuando dije ‘estoy cansado’ es que estoy cansado de una violencia brutal”

El fiscal nacional mexicano, Jesús Murillo, respondió en una entrevista televisiva con el programa Primero Noticias, de Televisa, a la desafortunada frase que dejó indignados a los mexicanos. La semana pasada, y en medio de una conferencia de prensa, Murillo finalizó la instancia diciendo: “Ya me cansé”. La conferencia era particularmente importante porque anunciaba que tres sicarios detenidos habían confesado haber asesinado y quemado a los 43 estudiantes desaparecidos desde el 26 de septiembre.

La desafortunada frase causó indignación entre los familiares de las víctimas y los ciudadanos mexicanos. En la entrevista, sin embargo, Murillo aclaró que: “Cuando dije ‘estoy cansado’ es que estoy cansado de eso: estoy cansado de una violencia brutal. Lo he vivido, lo tengo todos los días. Sí me cimbra. Además de que tenía yo 40 horas sin dormir”. Dijo además que no se arrepentía de lo que dijo y que volvería a hacerlo: “No tengo por qué decir mentiras. Soy tan humano como cualquiera, y también me canso. Llevo 30 días durmiendo cuatro horas, y ese día tenía 40 horas (despierto). Además, venía yo de Chilpancingo, donde la verdad cuando los oyes (a los padres de familia) te estremeces ante la impotencia de no poderles dar una verdad inmediata”.

Además respondió a los cuestionamientos que han hecho los familiares sobre la credibilidad de las instituciones del Estado y el alto nivel de corrupción y asociación con el narcotráfico. Los padres de los jóvenes normalistas, así como muchos mexicanos, han señalado que es improbable que se asesinara y desapareciera a 43 personas sin dejar rastro, ya que las cenizas y restos encontrados en bolsas de basura en un río -gracias al testimonio de los sicarios- serían prácticamente imposible de analizar científicamente. Murillo, sin embargo, dijo: “Yo no puedo especular, tengo que basarme en la evidencia y hay indicios muy fuertes”, señaló refiriéndose a la alta probabilidad de que los jóvenes estén muertos.