Columna: Desafíos ante el cambio climático

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El aumento de la temperatura en el planeta traerá consigo innumerables consecuencias de distinta índole que en la actualidad aún no se pueden cuantificar.

De conformidad a un informe entregado por el Banco Mundial en los últimos días, denominado “ Bajen el Calor, Enfrentando la Nueva Normalidad Climática”, el planeta se puede dirigir a un alza en las temperaturas de casi 1,5 grados Celsius hacia el año 2050.

En los últimos días hemos sido espectadores de un acuerdo histórico sobre la materia. Estados Unidos y China, que son los países responsables de casi el 45% de las emisiones de dióxido de carbono en el mundo, han firmado un acuerdo referente a que el primero se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 28% para el 2025 y el segundo limitará su aumento en cinco años después, esto es el 2030. Cabe hacer presente que Estados Unidos fue uno de los pocos gobiernos que no ha ratificado el Protocolo de Kioto de 1997.

Asimismo, a comienzos de este mes, se ha desarrollado la cumbre sobre cambio climático en la ciudad de Lima (COP20), con una destacada participación de autoridades, científicos y organizaciones ambientalistas de nuestro país. En este nuevo encuentro anual, los países participantes han acordado algunos compromisos que permiten reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera y con ello mitigar los efectos del cambio climático.

Sin embargo, los resultados no han sido del todo exitosos, debido en gran parte a la resistencia y falta de compromiso de países más industrializados a bajar las emisiones de gases y al hecho de que los países en vías de desarrollo han solicitado mayor ayuda financiera para hacer frente al problema, transformándose en la piedra de tope para tener un acuerdo que cimente un nuevo régimen internacional, de carácter universal y vinculante, facilitador de economías bajas en carbono.

No obstante, lo rescatable del acuerdo logrado en Lima se funda en que los países participantes fijaron los requisitos para que todos ellos presenten sus compromisos individuales para luchar contra el calentamiento global ante la ONU antes del 1 de octubre del próximo año, previo a la convención de Paris del año 2015.

Es indudable que el tema se ha puesto en la agenda mundial, pero al respecto, ¿qué desafíos como país podemos asumir? Cabe recordar que Chile forma parte de aquellos países especialmente vulnerables al cambio climático, debido a que cumple con siete de las nueve características de vulnerabilidad establecidas en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

De acuerdo a un estudio encargado por el Ministerio de Medio Ambiente realizado por la Universidad de Chile durante el 2013, el año 2050 viviremos en un país no sólo más caluroso, menos lluvioso y más propenso a tormentas, sino que también se modificaran una serie de paisajes en razón a la menor disponibilidad de agua. Por ende, se producirá el avance de las zonas áridas, trasladando los cultivos desde la zona central hacia el sur, sin perjuicio de la disminución de las áreas de bosque nativo y el derretimiento de glaciares.

Cabe recordar que con la ratificación de Chile a la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 1994 y el Protocolo de Kioto en 2002, nuestro país se compromete ante la comunidad internacional a hacer frente a este desafío.

Ahora bien, el primer actor dentro de la institucionalidad vigente en nuestro país en esta materia es el Ministerio del Medio Ambiente, que a través de la Oficina de Cambio Climático se hace responsable de dar cumplimiento a lo establecido en el artículo 70.h. de la Ley de Bases del Medio Ambiente ( Ley 19.300 ), que establece que se deben proponer políticas y formular los planes y programas de acción en materia de cambio climático.

En los últimos días, el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y el Cambio Climático, encabezado por el titular de Medio Ambiente, Pablo Badenier, aprobó el nuevo Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, herramienta diseñada para enfrentar los efectos actuales y esperados del calentamiento global. A través de este plan, el Estado busca reducir las vulnerabilidades y amenazas que este fenómeno representa para el desarrollo sustentable de Chile, mediante la implementación y coordinación de políticas que permitan preparar al país para los eventuales efectos del cambio climático y evitar posibles impactos en el bienestar actual y el de las futuras generaciones.

A su vez, la existencia a partir del año 2013 del Comité Asesor sobre Cambio Climático, órgano interministerial, denota el compromiso asumido por nuestro país ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

Es indudable el avance como país que hemos logrado en los últimos años, pero hay temas que no se han tratado de manera suficiente, como lo es el efecto que el cambio climático ha provocado en los océanos. Al respecto, el océano ha absorbido un gran porcentaje de emisiones de CO2, causando la acidificación de sus aguas (proceso en que el dióxido de carbono, procedente de la quema de combustibles fósiles, se acumula en los océanos, cambiando la química del agua), una amenaza para todo el ecosistema marino que a su vez trae implicancias en la biodiversidad de ecosistemas marinos, como también socioeconómicas en el sector acuicultor.

A pesar del desarrollo en la institucionalidad ambiental en los últimos años y en especial a lo referente al cambio climático, debemos ser consientes que aun carecemos de políticas fuertes y claras de largo plazo para enfrentar los problemas que debemos afrontar. Es así como debemos lograr que estas instituciones funcionen dentro de un sistema cohesionado, proactivo y con financiamiento suficiente por parte del estado.

*Senador de la República
Presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado