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Mundo

23 de Diciembre de 2014

La historia de amor que facilitó el acuerdo entre EE.UU. y Cuba

Estados Unidos autorizó al espía cubano Gerardo Hernández, que cumplía condena en California hasta que fue liberado la semana pasada, a enviar esperma a su mujer, Adriana Pérez, para que fuera inseminada artificialmente. Las mutuas gestiones en torno al bienestar de prisioneros como él ayudaron a crear un clima propicio para la iniciativa que apunta a restablecer las relaciones entre Washington y La Habana.

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gerardo hernandez efe

Llevar unos espermas congelados hasta Panamá para lograr el embarazo por inseminación artifical de la esposa de uno de los espías cubanos presos en Estados Unidos fue uno de los elementos que terminó facilitando las negociaciones dirigidas a “normalizar” las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

Según un artículo publicado el lunes por el diario estadounidense The New York Times, ésta fue una de las más altas prioridades durante las conversaciones entre altos funcionarios de Washington y La Habana.

Y tramitar la obtención de los espermas, y la logística de llevarlos congelados hasta Panamá donde la esposa de Gerardo Hernández, un espía cubano preso en California, aguardaba desesperada por tener un bebé, estuvo en manos del senador Patrick Leahy, demócrata que jugó un papel importante en las negociaciones.

Según el artículo firmado por Ernesto Londoño y publicado en la sección de opinión del diario, funcionarios cubanos comenzaron a presionar a Estados Unidos para que gestionara el embarazo en 2010, cuando un diplomático cubano planteó el tema en una reunión de alto nivel.

Hernández, de 49 años, y su esposa, Adriana Pérez, de 44 años, llevaban separados desde que éste quedó preso en EE.UU. hace 16 años.

Cuando Patrick Leahy visitó La Habana en 2013, el gobierno cubano le pidió que se reuniera con Pérez.

Así lo hizo y según dijo al diario The New York Times, a su regreso a Washington se convenció de que ayudar a la pareja era lo correcto no sólo en términos humanitarios, sino también para promover un acercamiento diplomático con Cuba.

“Fue una reunión muy emotiva”, dijo Leahy, “Ella quería tener un bebé antes de quedar muy mayor para ello. Dijo que estaba profundamente enamorada de su marido”.

Sin embargo, la Agencia Federal de Prisiones estadounidense (BOP, por sus siglas en inglés) no permite las visitas conyugales y mucho menos de Pérez, pues funcionarios sospechaban que ella también había sido entrenada como espía, indicó The New York Times.

Entonces, de común acuerdo con las autoridades estadounidenses, funcionarios cubanos recolectaron una muestra del esperma de Hernández y lo transportaron a Panamá para realizar un procedimiento de inseminación artificial.

El diario asegura que las gestiones para ayudar a Hernández también fueron parte de un esfuerzo diplomático que buscaba la liberación de Alan Gross, el contratista estadounidense preso en Cuba luego de ser condenado por haber realizado actividades subversivas.

Las mutuas gestiones en torno al bienestar del prisionero cubano y el estadounidense ayudaron a crear un clima propicio para la iniciativa que apunta a restablecer las relaciones entre Washington y La Habana.

Y además lograron convertir en realidad el sueño de Adriana Pérez, quien dentro de poco se convertirá en la madre de una niña, que según la prensa oficial cubana se llamará Gema.

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#bbc#cuba#inseminación

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