Secciones

Más en The Clinic

The Clinic Newsletters
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Uncategorized

19 de Enero de 2015

Lo que dijo hace unos días el fiscal argentino fallecido de un balazo: “Yo puedo salir muerto de esto”

Nisman no vaciló en denunciar penalmente a la presidenta Fernández y al canciller, Héctor Timerman, por presuntamente "fabricar la inocencia" de los presuntos terroristas iraníes que perpetraron el ataque terrorista contra la mutual judía en 1994, caso que investigaba.

Por

nisman cuerpo efe

El fiscal argentino Natalio Alberto Nisman, hallado muerto hoy en su domicilio de Buenos Aires, dedicó los últimos once años de su vida a investigar el atentado contra la mutual judía AMIA y la semana pasada denunció a la presidenta, Cristina Fernández, por presunto encubrimiento de a Irán en el ataque.

Nisman, de 51 años, adquirió experiencia como fiscal en los tribunales de la localidad bonaerense de Morón (unos 22 kilómetros al oeste de la capital) y participó entre 2001 y 2003 en el primer juicio de la causa por el ataque terrorista contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que causó la muerte de 85 personas en 1994.

Profesor universitario de Derecho Penal y Procesal, Nisman se especializó como fiscal en terrorismo internacional, narcotráfico, lavado de dinero, fraudes al Estado, tráfico de armas y explosivos.

Pocos meses después de asumir el poder, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) le designó para investigar de forma exclusiva el atentado contra la AMIA, causa a la que se dedicó desde entonces.

En 2008, en el marco de la causa, solicitó la detención del expresidente Carlos Menem y del exjuez de la causa Juan José Galeano por presuntamente “alterar, obstruir e intentar neutralizar la investigación del atentado”.

Su alejamiento del Gobierno comenzó al trascender a raíz del polémico Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán para el esclarecimiento del atentado, que fue planeado a sus espaldas y firmado por autoridades de ambos países en enero de 2013.

Dos años después, Nisman no vaciló en denunciar penalmente a Fernández y al canciller, Héctor Timerman, por presuntamente “fabricar la inocencia” de los presuntos terroristas iraníes que perpetraron el ataque terrorista.

Consciente de la gravedad de su acusación, el fiscal contaba con una custodia policial de diez hombres y había denunciado en los últimos días haber recibido amenazas contra su persona.

Poco después de interponer la presentación judicial, Nisman compareció ante un grupo de periodistas visiblemente nervioso y afirmó que había advertido a su hija de que en los siguientes días iba a escuchar “cosas tremendas” sobre su persona, asegurando además “yo puedo salir muerto de esto”.

El fiscal fue hallado muerto en su departamento del lujoso barrio porteño de Puerto Madero, horas antes de comparecer, a pedido de la oposición, ante una comisión en el Congreso para dar detalles sobre las presuntas pruebas en su poder contra la mandataria argentina y el canciller.

Notas relacionadas