Tendencias
6 de Febrero de 2024Detenciones ciudadanas con falsas acusaciones en incendios de la Región de Valparaíso: cuando la rabia colectiva cobra vida en momentos de crisis
En crisis, las expresiones de rabia colectiva afloran en la gente. Las detenciones ciudadanas equivocadas, los linchamientos y las intervenciones de precaución sin proporción, comienzan a afectar a inocentes en estos días posteriores a los incendios que han cobrado la vida de más de 120 personas y cuyos autores no han sido identificados. ¿Qué pasa que la rabia cobra vida en la violencia desmedida? “En la teoría de que los humanos somos animales salvajes, la violencia es un método de supervivencia. Pero aquí, la gente se nubla”, afirma Michel Figueroa, director de estudios de Chile Transparente.
Compartir
Al grupo de whatsApp de los vecinos de Villa Rukán llegó una fotografía a las nueve de la noche. En ella, un hombre joven, de pantalones negros y polera verde, miraba a la cámara con decepción mientras estaba sentado al borde de la vereda. Sus pies descalzos y amarrados con huincha aisladora plateada. Las manos también. “Ojo con este angelito que se anda metiendo a las casas en el paradero 5”, escribió un vecino.
No era el primero, dos días antes, otros residentes del mismo grupo habían detenido a un hombre que portaba dos bidones llenos de lo que creían era líquido acelerante para incendios. Aunque finalmente, carabineros confirmó que resultó ser solo agua.
La noche antes de eso, lo mismo: “Desde mi balcón vi como los vecinos corrían por el cerro detrás de esos tipos con bidones, gritando, disparando balazos”, cuenta otra de las vecinas, mientras que uno de los persecutores, explica que “eso también fue un malentendido, eran unos venezolanos que no andaban haciendo nada. Igual que el hombre de los bidones de agua, la detención estuvo muy mal hecha. Él en realidad andaba buscando a los que estaban realizando los incendios, todo fue una falsa alarma”.
En el video que se difundió en redes sociales, ese hombre aparece siendo detenido por carabineros, mostrando su cara a la cámara y asegurando su inocencia. “Mírenme, yo no he hecho nada, me llamo Jean Paul”. Minutos antes, alguien había gritado en la calle que él traía líquido acelerante. Lo redujeron, lo golpearon y le quitaron sus botellas. “En tiempos de crisis, la rabia escala a la violencia en forma de supervivencia”, explica Michel Figueroa, director de estudios de Chile Transparente.
El miedo, la falta de información, de certezas y el abandono, provocan que la rabia colectiva tome forma de violencia. “Las personas tratan de buscar certezas que no hay. Mientras tanto, prolifera el miedo colectivo en base a un dato que alguien escuchó, que no ha podido corroborar y que bien podría ser falso. Es una transmisión descontrolada, que las reglas ya no importen”, continúa Figueroa, para describir el vínculo de las detenciones con la desinformación en crisis. También asegura que “en momentos como éstos, ni los datos son suficientes para contener la rabia”.
Los límites de la expresión de la rabia
Antes de los incendios, la crisis de inseguridad ya llevaba mucho tiempo instalada. “Desde 2012 hay evidencia de que el miedo y el poco acceso a los servicios ha ido acumulando rabia colectiva. Ésta ha creado comportamientos desadaptados. También que se reaccionar de forma exagerada a través de la violencia y de medidas precautorias obsesivas como las detenciones ciudadanas” dice Figueroa.
No existen cifras que muestren la cantidad de detenciones ciudadanas en nuestro país. La estadística no está tipificada en el centro de análisis, según explican desde la Subsecretaría de Prevención del Delito. Pero en 2017, se reveló que el 76% de las chilenas y chilenos aprobaban las detenciones ciudadanas violentas originadas desde la rabia y el miedo.
El estudio —pionero en análisis cuantitativo de este fenómeno—, lo hizo Héctor Carvacho, Investigador Asociado de la línea Interacciones Grupales e Individuales de COES. “Tenemos toneladas de evidencia de que la sensación de inseguridad en los chilenos ha crecido al 2024 —90,6% según la Enusc 2023—. Las personas están menos preocupadas por que los procedimientos sean justos y cuidadosos e incluso. Hay menos respeto por las normas democráticas y el Estado de derecho. La gente quiere que haya castigo inmediato frente a personas que rompen las reglas”, explica hoy.
El peligro de esta expresión de la rabia colectiva producto de la incertidumbre, es que es incontrolable para quien la ejerce. “En la teoría de que los humanos somos animales salvajes, la rabia y la violencia afloran como método de supervivencia. Pero aquí la gente además, se nubla”, dice Figueroa. Es una especie de ‘matar o morir’ que no sabe de consecuencias.
Hace cuatro meses, Matías Vallarino (22) fue asesinado a golpes y patadas en la cabeza mientras dos hombres aplastaban su cuerpo. Se confundieron y pensaron que era un ladrón. Vallarino venía escapando de unos delincuentes y para esconderse, se metió a la propiedad de una de las vecinas. Ella, presa del miedo y sin escucharlo, activó la alarma comunitaria. Después de su muerte, de la declaración de testigos y las imágenes de la cámara de seguridad, se comprobó que él era inocente, y, que estaba siendo víctima de otro crimen. “La Ley no permite que la justicia sea tomada por las propias manos”, dijo el ex fiscal nacional Sabas Chahuán. “Uno, como civil, podría detener a una persona solo cuando se está en presencia de un delito infraganti. La detención debe ser solo para entregar a la persona a la policía”.
¿Hay forma de prevenir que la rabia se convierta en tragedia? “Cuando hay mucha desconfianza, hay que fortalecer las medidas de acceso a la información y transparencia, de forma sencilla y clara. Que las personas puedan tomar decisiones con información concreta, a pesar del alto nivel de incertidumbre, es lo único que puede dar un poco de tranquilidad y contener esta rabia”, concluye Figueroa.