Este es el nuevo perfil de los barrasbrava del fútbol chileno

Un nuevo perfil de los barristas que se asisten al estadio, no todos por supuesto, advierte La Tercera en un reportaje que publica tras los últimos incidentes acaecidos en el fútbol chileno, luego de que se suspendiera el duelo entre Universidad de Chile y Rangers de Talca, fruto de desmanes en las gradas.

 

Según la publicación, lo evidente de las últimas imágenes de violencia en lo estadios reflejan la irrupción de un hincha dispuestos a todo por erigirse en “líderes” de un piño.

De acuerdo a La Tercera se trata personas que pertenecen a un rango etario que varía entre los 16 y 25 años, actúan en pequeños grupos  y se identifican con su comuna o ciudad en la que residen. Son anárquicos y no le temen a nada, ni a nadie.

Jorge Valdés, quien trabajó con fuerzas especiales de carabineros, asegura: “Estamos ante la presencia de una nueva corriente de individuos a las que se les debe frenar. Son personas que se sienten rechazadas y buscan manifestar su molestia a toda costa”. “Son tipos anárquicos. Pasan semanas con la camiseta puesta de su elenco, y también son los que asisten a las barricadas. Son resistidos por la sociedad, tienen mala formación en el hogar y no se les presentan oportunidades para progresar. Sólo buscan rebelarse ante la autoridad y, para eso, siempre intentarán romper el orden. Este tipo de hinchas, generalmente, poseen armas blancas y/o de fuego. Están preparados para todo”, dice Jorge Valdés, quien trabajó con fuerzas especiales de Carabineros.

“Son delincuentes. El nuevo delincuente que se está presentando busca dónde hacer vandalismo, dónde hay poca seguridad para actuar; uno de esos lugares es el estadio”, asegura David Rozowski, ex coordinador del plan Estadio Seguro durante el gobierno de Piñera.

Desde Carabineros,  el general Christian Fuenzalida explica que  “el anonimato y masividad del evento permite que descarguen toda la odiosiodad y actos reñidos contra la autoridad y el orden establecido. Eso se da también en recitales, en marchas”.

Así, parece haber quedado en el olvido el barrista nacido hacia fines de los ochenta, quien, pese a pelearse incluso con sus propios compañeros de bando, guardaba un respeto sagrado por la camiseta y por los jugadores del club.