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Poder

6 de Agosto de 2015

Las sospechas en la UDI sobre una operación política tras la investigación al fiscal Ayala

La decisión del fiscal nacional Sabas Chahuán, que se anunció el viernes pasado y se hizo pública este lunes, instaló de inmediato una sospecha entre los parlamentarios de la colectividad: la tesis de que tras la indagatoria está el inminente debate respecto del sucesor de Chahuán y que la investigación -sustentada en la declaración del exsubdirector del SII, Cristián Vargas- sólo busca sacar a Ayala de competencia.

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alberto ayala A1
Aunque el gran golpe para la UDI -y tema obligado entre parlamentarios esta semana- fue el ataque cardiaco que sufrió el senador Jaime Orpis, investigado en el marco del caso Corpesca, en el partido hubo también otro foco de discusión en estos días: la investigación por supuestas filtraciones al fiscal jefe de la zona metropolitana oriente, Alberto Ayala, que sustancia su par Manuel Guerra.

La decisión del fiscal nacional Sabas Chahuán, que se anunció el viernes pasado y se hizo pública este lunes, instaló de inmediato una sospecha entre los parlamentarios de la colectividad: la tesis de que tras la indagatoria está el inminente debate respecto del sucesor de Chahuán y que la investigación -sustentada en la declaración del exsubdirector del SII, Cristián Vargas- sólo busca sacar a Ayala de competencia.

“Es lo que mismo que hicieron hace una semanas con el fiscal (José) Morales al quitarle el caso Cascadas” apunta convencido un diputado que apunta a que Chahuán está despejando el camino para quien aparece como su candidato: Jorge Abbott Charme. Para ello habría usado la imputación de Vargas respecto de que Ayala le advirtió al extitular de Interior, Rodrigo Peñailillo, sobre la querella en el caso SQM relacionada con el exsubsecretario de Minería, Pablo Wagner, y su cuñada María Carolina de la Cerda.

El asunto de la sucesión no es indiferente para el gremialismo que concentra, hasta ahora, la mayoría de las formalizaciones y denuncias por platas políticas tanto en el caso Penta como en Soquimich y que observa con temor que Abbott -que ha llevado otros casos vinculados a parlamentarios, como la indagatoria hace unos años a la diputada Claudia Nogueira- aparece como el favorito de Chahuán.

El fiscal nacional es designado por el Presidente de la República, pero con el acuerdo de los dos tercios de los miembros en ejercicio del Senado. El elegido surge de una quina propuesta por la Corte Suprema.

“Aunque es obvio que hay una operación política aquí contra Morales y Ayala, eso no garantiza que el próximo fiscal nacional vaya a ser el elegido por el actual, porque acá importa lo que diga la Corte Suprema y lo que diga el Senado”, explica un senador UDI.

Otro legislador acota que ni la UDI ni RN van a entregar los votos para Abbott y apunta a que el postulante que más convoca al sector es José Morales, aunque asegura que dado que éste también fue “manchado” desde el Ministerio Público es probable que se opte por otro nombre como el del fiscal de la zona sur Raúl Guzmán Uribe.

En cualquier caso, en la tienda apuntan a que es “impresentable” que se abra una investigación contra Ayala cuando aún no se conoce qué ha pasado con la filtración de “todo el caso Penta” a la prensa, situación que, en todo caso, está siendo indagado.

Ayer Chahuán descartó que tras la decisión que afecta a Ayala exista una pasada de cuentas y arguyó que es “absolutamente falso. No tengo mala relación con él, trabajamos juntos todo el día”.

El fiscal nacional evitó profundizar en el tema en cuestión, pero aseguró que “cualquier fiscal, si es investigado, va a colaborar con el procedimiento”.

Además agregó que “la ley orgánica obliga que se realicen antecedentes en una causa, de que eventualmente pudiera haber delito en que pudiera tener participación el fiscal (Ayala)”.

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