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Poder

10 de Septiembre de 2015

La historia de tensión de Ezzati con los jesuitas y el veto a Berríos

Cuando asumió, Ezzati, pese a las discrepancias entre salesianos y jesuitas, era más cercano a este universo que al Schoenstattiano de Errázuriz, su antecesor, pero como Errázuriz continuó cogobernando, el Arzobispo rápidamente empezó a tornarse más conservador y a heredar los enemigos de su nuevo aliado: Berríos y los jesuítas.

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A mediados de 2014, y tal como le había advertido el Cardenal Arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, en sus correos electrónicos al cardenal Francisco Javier Errázuriz, el Gobierno tenía entre sus planes que el padre Felipe Berríos asumiera como capellán de La Moneda.

Así lo confirman altas fuentes de Gobierno que estuvieron al tanto de esta intención que se reflejó en un hecho: Desde la Secretaría General de la Presidencia se envió a Ezzati una terna para que él eligiera entre tres jesuítas al nuevo capellán. Uno de los personeros que aparecían en esa nómina era Berríos; otro Antonio Delfau. “Pero Ezzati no aceptó esos nombres”, apunta una de las personas consultadas. El rechazo fue categórico, al punto de que en una segunda oportunidad sólo se mandó una propuesta, que ya contaba con la venia de la jerarquía católica: el Padre Fernando Vives Fernández, de los Sagrados Corazones, quien asumió en noviembre de 2014 por todo el periodo presidencial.

El episodio obedece no sólo la animadversión de Ezzati hacia Berríos, a quien acusa, en un correo electrónico fechado el 28 de junio de 2014 que envió a Errázuriz -y que reveló ayer El Mostrador- de haber dado “una hora de entrevista llena de soberbia y de afirmaciones contrarias al Magisterio de la Iglesia, utilizando al Santo Padre, en tono de profeta que denuncia la corrupción y la incoherencia de la Iglesia”. Es también reflejo de la mala relación del Obispo Salesiano con los jesuitas.

“Es un tema de órdenes religiosas donde siempre ha existido tensión, pero con Berríos en particular hay un problema de dos personalidades fuertes. Ezzati tiene un mando solitario, sin redes, y Berríos siempre ha hecho ruido”, sostiene una autoridad de la Iglesia.

En esta línea apunta a que cuando asumió, Ezzati, pese a las discrepancias entre salesianos y jesuitas, era más cercano a este universo que al Schoenstattiano de Errázuriz, su antecesor, pero como Errázuriz continuó cogobernando, rápidamente empezó a tornarse más conservador. Y acaparó todos los espacios de poder.

“Es Arzobispo de Santiago, Gran Canciller UC y hasta presidente de la Conferencia Episcopal”, recalca.

Y que el lobbista Enrique Correa, experto precisamente en el poder y que aparece mencionado en los correos electrónicos para vetar a Berríos, sea hoy cercano a Ezzati, no es extraño.

Desde el entorno de Imaginacción, explicaron a The Clinic Online que la relación de Correa con el clero chileno es histórica. Hay que recordar que el dueño de la agencia de comunicaciones fue seminarista y su trato ha sido directo con obispos, el Arzobispado y la Iglesia en general. Nunca ha habido un trabajo coordinado por estos asuntos desde su empresa. Es algo personal.

HISTORIAL
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Un ejemplo de cómo ha operado Ezzati respecto de los jesuitas es lo que ocurrió en marzo de este año con el sacerdote Jorge Costadoat de la Facultad de Teología en la Universidad Católica. Él enseñaba “Cristología” hasta que Ezzati adoptó la decisión de no renovar la misión canónica del profesor, lo que generó malestar entre los alumnos y también en la Iglesia.

En la ocasión, Costadoat planteó que “las reacciones ante la decisión del cardenal Ezzati de no renovar mi misión canónica demuestran que los académicos perciben que se sienta un precedente de censura que hace mal a la universidad. Confirman que en la universidad hay miedo (…) me consta que hay profesores que se sienten vigilados por su vida o modo de pensar. Hay temas censurados. Hay gente que suele escribir cartas a las congregaciones romanas de la Educación y de la Fe, y entre los de aquí y los de allá atenazan a la universidad”.

Y el sacerdote y rector de la Universidad Alberto Hurtado, Fernando Montes, afirmó que es “inaceptable que a alguien se le despida sin que sepa objetivamente cuál es el motivo”. Respecto de si sentía una persecución de Ezzati recalcó que “habría que preguntárselo a él”,

Otro hecho que involucró a Berríos y a otro jesuita ocurrió el 12 de octubre del año pasado cuando La Tercera reveló que el Arzobispado de Santiago había enviado a través de la Nunciatura Apostólica un dossier con las declaraciones de Berríos y José Aldunate, además del presbítero Mariano Puga.

Según la información de ese medio, el cardenal Ezzati recopiló información durante cinco meses de los curas antes mencionados, en los que cada uno de forma separada realizó sendas apariciones públicas en las que rechazaban la postura de la Iglesia frente a varios temas complejos a nivel nacional: desde la postura frente a la reforma educacional, el debate por el aborto, el conflicto con el pueblo mapuche y el matrimonio homosexual hasta los privilegios de las clases más acomodadas.

En esa oportunidad, Muga sacó una declaración pública señalando que tras una reunión con el obispo Auxiliar y Vicario General, Monseñor Fernando Ramos, había quedado claro que la acusación era mentira de “cierta prensa”. “Cuando he tenido expresiones que no le parecen a don Ricardo, siempre me ha llamado, hemos dialogado. ¡Es la legítima y difícil libertad de opinión en la Iglesia!”, dijo.

LAS CARTAS DEL CARDENAL
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El tema de los cuestionamientos a la Iglesia comenzaron esta semana luego que The Clinic Online revelara dos cartas en las que se evidenciaba el importante rol que tuvo el cardenal Francisco Javier Errázuriz en el caso del ex párroco del El Bosque, Fernando Karadima, quien fue condenado por el Vaticano por abusos sexuales. En una de las misivas, escritas en computador con el logo del Arzobispado de Santiago y la firma de Errázuriz, entrega instrucciones respecto de las graves acusaciones por abuso sexual que recaían en el entonces vicario Diego Ossa. En otra de las cartas el mismo Errázuriz le recomienda, esta vez a Karadima, cómo presentar ante los feligreses la decisión de traspasar el mando de la Parroquia de El Bosque evitando así reconocer que la determinación se debía a las acusaciones que habían en su contra y que se conocían en la Iglesia hacía más de tres años.

Las críticas y recriminaciones continuaron ayer después de la publicación del portal El Mostrador, donde se reveló las conversaciones vía correo electrónico entre Errázuriz y Ezzati, en donde se refirieron a las declaraciones que había realizado desde África el padre Felipe Berríos, ex capellán de Un Techo para Chile, en el programa El Informante de TVN.

El correo, enviado por Ezzati tiene fecha 28 junio de 2014 y en él señala que acababan de terminar una semana muy dura después de los cuestionamientos a la cúpula de la Iglesia por parte de Berríos. “Una hora de entrevista llena de soberbia y de afirmaciones contrarias al Magisterio de la Iglesia, utilizando al Santo Padre, en tono de profeta que denuncia la corrupción y la incoherencia de la Iglesia”, dice.

El actual jefe de la iglesia católica chilena agrega que está preparando una nota “para evidenciar el Magisterio de la Iglesia acerca de los temas cuestionados por el P. Berríos, consciente que en la ocasión anterior, lastimosamente contó con la justificación de su superior provincial y del Superior General. Le anticipé que sospechaba que el Gobierno lo propondría como candidato a Capellán de La Moneda, cosa que a estas alturas ya es evidente”.

La respuesta de Errázuriz vino un día después, revelando que con motivo de esa información habría conversado Correa para que intercediera y se comunicara con el gobierno para impedir el nombramiento de Berríos en el Ejecutivo.

“Antes de salir de Chile llamé a E.Correa (Enrique Correa) para decirle que si el gobierno nombrara al personaje capellán de La Moneda estaría armando un gran e innecesario conflicto, porque te obligaría a rechazarlo, lo cual crearía serias tensiones entre el gobierno y la Iglesia, y al interior de la Iglesia. Me dijo que lo transmitiría de inmediato”, consigna el correo.

Durante la tarde de ayer el diputado Matías Walker (DC) confirmó el dato a La Tercera señalando que “le consulté a quien fuera ministra Segpres, Ximena Rincón, y la ministra ha sido muy clara; el gobierno presentó una terna de nombres a Ricardo Ezzati, dentro de los cuales estaba el sacerdote Felipe Berríos, y Ezzati los rechazó”.

El parlamentario agregó sobre este punto que “es lamentable la operación de los cardenales Ezzati y Errázuriz, pero deja en claro que este lobby, que se habría intentado hacer a través de Enrique Correa, no tuvo efecto, a grado tal que el gobierno se mantuvo a firme en proponer el nombre de Felipe Berríos”.

Consultado por el supuesto lobby ejercido por el dueño de Imaginacción al Ejecutivo el ministro del Interior, Jorge Burgos, declaró ayer en la casa de Gobierno que “no le podría decir eso, no creo. Enrique Correa es una persona amiga del gobierno, con la que se puede conversar, pero no presiona”.

En efecto, la declaración oficial del Arzobispado de Santiago reconoció y calificó como “grave” la divulgación de correos electrónicos personales, al tiempo de confirmar que la designación del representante de la Iglesia Católica en La Moneda pasa por el escritorio de Ezzati y justificar el segundo veto: a Juan Carlos Cruz, víctima de Karadima, cuyo nombre habría figurado para integrar la Comisión Pontificia de Previsión de abusos sexuales.

“El discernimiento de quiénes podrían ocupar determinados servicios eclesiales, es parte de la responsabilidad de las autoridades de la Iglesia. Sobre el primer tema, es una atribución canónica el nombramiento del capellán por parte del Arzobispo de Santiago, y en el segundo caso (de Cruz), la decisión compete exclusivamente a la Santa Sede ”, señaló el Arzobispo Emérito de Santiago.

Apenas surgida esta noticia, el aludido padre Berríos se refirió a la polémica diciendo que “los cardenales debieron haber esperado, no me interesaba ser capellán de La Moneda porque no tengo dedos para el piano. Yo no entré a cura para estar en estas cuestiones”.

“No me sorprende. No tengo la misma forma de pensar que Ezzati y Errázuriz. Me da lata esta cuestión, cómo secretean. Esta cosa (el secretismo) la metió en la iglesia (Angelo) Sodano, siendo secretario de Estado del Vaticano. Y se ha quedado esta cuestión de secreto y cosas de acusaciones, como que sí como que no”, agregó el sacerdote, hoy en el campamento La Chimba, en Antofagasta.

Por su parte, el provincial de los Jesuitas en Chile, Cristián del Campo, dijo en esa misma línea que “no sé si a Felipe Berríos le hubiese gustado ser capellán de La Moneda”.

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