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Mundo

18 de Diciembre de 2015

La recordada y encendida columna contra Teresa de Calcuta, próxima a ser declarada santa por el Vaticano

"Respecto del milagro que se le atribuye… ¿qué podemos decir? De seguro cualquier católico que se respete se crispa de vergüenza ante la obviedad de esta farsa: Una mujer bengalí llamada Monica Besra aseguró que un rayo de luz salió desde una foto de la Madre Teresa que tenía en su hogar y la curó de un tumor canceroso. Sucede que su médico, el doctor Ranjan Mustafi, asegura que en primer lugar la mujer nunca tuvo un tumor canceroso sino un quiste, y que éste fue curado gracias a los medicamentos que se le prescribieron. ¿Fue entrevistado el médico por los investigadores del Vaticano? No", escribió Christopher Hitchens en 2003 para la revista Slate.

Por

calcuta

Durante esta jornada, el Papa Francisco ratificó el reconocimiento de un supuesto segundo milagro atribuido a Teresa de Calcuta, fallecida en 1997 y beatificada en 2003 por el entonces jefe de la iglesia católica, el polaco Karol Wojtyła, conocido en Roma como Juan Pablo II.

Con el paso dado este viernes por Francisco, se allana el camino para que la mujer de origen macedonio sea convertida por el catolicismo en santa. La proclamación  debería ser el 4 de septiembre del próximo año.

En esa línea, se recuerdan los estudios de las Universidades de Montreal y Ottawa cuyos investigadores, tras revisar concienzudamente 502 documentos, concluyeron que Teresa de Calcuta estaba muy alejada de llevar una vida digna de la santidad.

De estos escépticos, recordada es la columna que escribió el británico Christopher Hitchens en 2003, días después de que Teresa fuese beatificada por Juan Pablo II.

El encendido escrito se publicó el 20 de octubre de 2003 en la revista Slate.

En su oportunidad, Bío-Bío tradujo el polémico texto que dejamos a continuación:

La fanática y fraudulenta Madre Teresa

“Creo que fue Macaulay quien dijo que la Iglesia Católica merecía gran crédito -y le debía su longevidad- a su capacidad para manejar y contener el fanatismo. Este halago bastante torcido pertenece en realidad a una época más seria. Lo que resulta más chocante sobre la “beatificación” de la mujer que se hizo llamar a sí misma “Madre” Teresa es la abyecta rendición por parte de la Iglesia a las fuerzas del espectáculo, la superstición y el populismo”, escribió Hitchens.

Según dijo en aquella oportunidad, “el papa Juan Pablo II nominó a la Madre Teresa apenas un año después de su muerte, en 1997. Hasta hace un tiempo, existía también un procedimiento que incluía el escrutinio de un advocatus diaboli o “abogado del diablo”, que sometía a prueba cualquier afirmación de hechos extraordinarios. El Papa terminó con esta práctica y consagró a más santos instantáneos que todos sus predecesores juntos hasta el siglo XVI”.

“Respecto del milagro que se le atribuye… ¿qué podemos decir? De seguro cualquier católico que se respete se crispa de vergüenza ante la obviedad de esta farsa: Una mujer bengalí llamada Monica Besra aseguró que un rayo de luz salió desde una foto de la Madre Teresa que tenía en su hogar y la curó de un tumor canceroso”, apuntó.

Al respecto agregó que “sucede que su médico, el doctor Ranjan Mustafi, asegura que en primer lugar la mujer nunca tuvo un tumor canceroso sino un quiste, y que éste fue curado gracias a los medicamentos que se le prescribieron. ¿Fue entrevistado el médico por los investigadores del Vaticano? No”.

Además, citó que en “un reporte del diario italiano L’Eco di Bergamo que no ha sido desmentido, el Secretario de Estado Vaticano envió una carta a los cardenales más antiguos en junio, pidiéndoles en nombre del Papa que permitieran santificar de inmediato a la Madre Teresa. La clara intención del pontífice era agilizar el proceso para poder realizar la ceremonia durante su vida. La respuesta de los prelados fue negativa según el padre Brian Kolodiejchuk, sacerdote canadiense que actuó como defensor de la “canonización”, sin embargo el daño a la integridad del proceso ya estaba hecho”.

Hitchens recordó además que “durante las deliberaciones del Concilio Vaticano Segundo, bajo la conducción del Papa Juan XXIII, la Madre Teresa participó en el foro oponiéndose a todas las propuestas de reforma. Según su punto de vista, lo que se requería era más trabajo y más fe, no una revisión doctrinal. Su postura era fundamentalista y ultra reaccionaria, incluso en términos del catolicismo ortodoxo”.

Por ejemplo, agregó,  “a los creyentes se les anima a repudiar el aborto, pero no se les exigen afirmaciones como que el aborto es “la gran fuerza destructora de la paz”, como la Madre Teresa aseguró fantásticamente a una audiencia idiotizada mientras recibía el Premio Nobel de la Paz. De igual forma, a los creyentes se les anima a repudiar el divorcio, pero no se les pide que insistan en que la prohibición del divorcio y las segundas nupcias sean parte de la Constitución del Estado, como demandaba la Madre Teresa durante el referendum de Irlanda (que ella perdió por estrecho margen) en 1996”.

“Poco después, en el mismo año, la Madre Teresa le dijo al Ladies Home Journal que estaba complacida por el divorcio de su amiga la Princesa Diana, porque su matrimonio había sido tan evidentemente infeliz…

Esto nos trae el recuerdo de la corrupción medieval de la Iglesia, que vendía indulgencias a los ricos mientras predicaba la abstención y los castigos del infiero para los pobres. La Madre Teresa no era amiga de los pobres: era amiga de la pobreza, afirmando que el sufrimiento era un regalo de Dios. Pasó su vida entera oponiéndose a la única cura conocida para la pobreza: el empoderamiento y emancipación de la mujer de un rol restringido únicamente a asegurar la reproducción”, apuntó.

Junto con eso, indicó que “ella era amiga de algunos de los peores ricos, recibiendo el dinero mal habido de la repulsiva familia Duvalier en Haití (cuyo régimen ella halagaba en recompensa) y de Charles Keating, protagonista del escándalo de corrupción de Lincoln Savings and Loan. ¿Dónde fueron a parar ese dinero y las otras donaciones? El rústico hospital de Calcuta estaba tan arruinado cuando ella murió como siempre lo estuvo -y consignemos que cuando ella se enfermaba, prefería ir a las clínicas de California- y que su orden siempre rechazó publicar cualquier auditoría de gastos”.

“Eso sí, tenemos su propia versión de que había logrado abrir 500 conventos en más de un centenar de países, todos a nombre de su orden. Discúlpenme, ¿esto es modestia y humildad?”, se preguntó.

“El mundo rico tiene una conciencia pobre, y mucha gente buscaba aliviar sus propias culpas enviando dinero a una mujer que parecía ser una activista en favor de “los más pobres entre los pobres”. A la gente no le gusta admitir que fue engañada, permitiendo que el mito se alzara con mayor fuerza, sin mencionar la dejación de los medios, que nunca se molestaron en indagar un poco más allá”, aseguró.

Al final de su relato, se lee que muchos voluntarios que acudían a Calcuta volvieron abruptamente decepcionados de la estricta ideología y la práctica de amar la pobreza de las “Misioneras de la Caridad”, pero nunca tuvieron audiencia para sus historias. La advertencia de George Orwell en su ensayo sobre Gandhi -respecto de que los santos siempre deben presumirse culpables hasta que se pruebe su inocencia- fue ahogada en una cascada de propaganda dulzona, tonta y sin preguntas”.

“Una de las maldiciones de la India, al igual que de otros países pobres, es la creencia en aquel médico brujo, que engatusa al que sufre ofreciéndole curas milagrosas. El domingo fue un gran día para estos parásitos, quienes vieron sus sucios métodos respaldados por la santidad de la Madre Teresa, junto a una especie de viaje gratis alrededor de la prensa internacional (…) asistimos a la elevación y consagración del dogmatismo extremo, de la fe irracional, y del culto a una personalidad humana mediocre.

“Mucha más gente está pobre y enferma debido a la vida de la Madre Teresa. Aún más lo estarán si se sigue su ejemplo. Ella fue una fanática, una fundamentalista y un fraude. Y una Iglesia que oficialmente protege a aquellos que abusan de los inocentes nos ha dado otra clara señal de dónde prefiere ubicarse cuando se trata de cuestionamientos éticos y morales”.

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