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Cultura

21 de Enero de 2016

Lemi Ponifasio, director samoano y obra en Teatro a Mil: “Sin los mapuche no hay historia”

El director proveniente de Samoa trae a Chile su proyecto MAU Mapuche, una ceremonia-performance hablada en mapudungún y español, que incluye danza y actuación, y que instala en la altura del cerro Huelén la problemática del pueblo originario, con énfasis en la colonización, la dictadura, el destierro y la discriminación. Esto, en el marco del Festival Santiago a Mil que se realiza del 3 al 24 de enero en la capital.

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Lemi 2

Lemi Ponifasio es un director, diseñador y coreógrafo de Samoa, un país habitado por aborígenes que se independizaron de Nueva Zelanda en 1962. También es fundador de MAU, una colaboración entre comunidades y artistas de todo el mundo que buscan romper las barreras entre géneros y culturas, transmitiendo el arte a un nivel más universal que regional.

Tras montar “I AM MAPUCHE” en 2014 -una obra de danza creada a partir del viaje que Ponifasio hizo a Temuco durante ese año, donde se insertó en comunidades mapuche-, el samoano vuelve con un nuevo proyecto a Santiago a Mil, el festival que cada verano lleva a los teatros, centros culturales y espacios públicos de la capital obras de teatro, danza, documentales e intervenciones urbanas.

Se trata de MAU Mapuche, una ceremonia-performance que se presentó en el cerro Santa Lucía, o Cerro Huelén, como lo llama Roberto Cayuqueo, un actor mapuche que forma parte de esta iniciativa.

Según Cayuqueo, montar la obra en un “cerro sagrado para nuestra cultura y sitio de la fundación de Santiago, es un acto pacífico de recuperación. Por al menos 40 minutos que dura la performance, el cerro vuelve a recuperar el carácter espiritual que conservó hasta la llegada de la invasión española”.

Ponifasio, en tanto, recalca que la combinación de instrumentos típicos, danza, sangre, piedras y cuerpos descubiertos, posiciona a MAU Mapuche “dentro de una lucha indígena más amplia, porque no queremos seguir encontrándonos en las palabras, filosofías e imágenes de otros. Desafía a las hegemonías dominantes que hoy en día controlan lo mapuche”.

 

MAU Mapuche

¿Por qué creaste el MAU?

Porque hay tanta, tanta gente que ha sido silenciada. Crear MAU es traer a la gente donde está el poder; se trata de justicia, de valor humano, de amor, de cuidarse, de las relaciones.

¿Cuál es el sentido de MAU Mapuche?

MAU significa “tu verdad”. Yo trabajo con gente mapuche, no hablo sobre la gente chilena. Mi pregunta es qué significa ser mapuche. Mapuche no es una etiqueta de moda o esconderse detrás de algo. Necesitamos descomponer estos miedos, el culparse mutuamente, tenemos que iniciar algo. MAU mapuche es un espacio donde recuestionamos, reivinidicamos, reclamamos, generamos, representamos, apropiamos. Y una performance no es un mensaje, es simplemente la activación del espacio, entonces puedes estar silencioso y escuchar a la voz más alta de tu alma.

¿Cuál es tu motivación personal de montar MAU Mapuche?

En todos los países donde hay orden alguien está del otro lado, en el desorden, y yo estoy interesado en el desorden, porque ahí es donde ocurre la cultura y la transformación.

¿Hace cuánto estás trabajando con pueblos originarios?

Toda mi vida, así es como hago teatro. A veces debajo de árboles, a veces en el Opera House. No estoy interesado en trabajar con gente de las escuelas de teatro, de danza; estoy más interesado en trabajar con gente que no es artista profesional, porque los profesionales tienen muy poco que enseñarnos.

¿Cómo fue que decidiste trabajar con mapuche?

Vine cuatro años atrás, para el Festival de Santiago a Mil. En ese momento había muchas manifestaciones en las calles, entonces le pregunté a alguien de qué se trataba y me dijeron que eran los mapuche que protestaban. Así que me comenzó a interesar saber por qué estaban haciendo estos ruidos.

MAU Mapuche2

¿Es un tema complicado ser un extranjero que viene a trabajar con un pueblo originario en Chile?

Es normal cuando en gente que ha vivido muchos abusos que tengan problemas, entonces tomó tiempo que lo aceptaran, por supuesto.

¿No crees que existe el peligro de que se torne algo folclórico o de que haya una apropiación más colonialista cuando alguien viene de afuera a trabajar con un grupo originario?

Te puede parecer extraño, pero no estoy tan interesado en la cultura. Creo que la cultura es nuestra diferencia, y ese es el problema. Necesitamos encontrar nuestra genealogía común. Yo no represento a los mapuche, este no es un grupo cultural. Si los mapuche quieren conocer la cultura, que vayan a las rucas, a las comunidades. Yo no soy un artista, soy un samoano. El marco de las ideas occidentales de los artistas y de la cultura es muy limitado, porque la cultura solamente nos interesa durante cinco minutos; es como un accidente, después de un rato ya no nos interesa.

MAU Mapuche1

¿Qué te parece el conflicto mapuche?

Es un conflicto chileno, no mapuche. Mientras Chile no enfrente realmente el tema mapuche, no va a poder ser Chile, porque sin los mapuche no hay historia. Ahí está la historia de las montañas, de los ríos, de la tierra.

¿Y cuál sería esa forma de enfrentarlo?

Hay muchos temas complejos. Quiero que los mapuche tengan buenas viviendas, buena nutrición, buena educación. La cultura es sólo un tema. La próxima vez que comas piensa en cuál es la justicia de comer, porque seguramente algún niño mapuche no está comiendo bien.

¿Cuál es el panorama en Nueva Zelanda respecto a sus pueblos originarios?

Es como en todas partes. Democracia significa participación, si no participas se convierte en dictadura. Si no participas, sólo te estás quejando y mereces los políticos que tienes.

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