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Nacional

26 de Enero de 2016

El relato del no vidente que redujo a un lanza que intentó robarle la mercadería de su carrito

''Estaba vendiendo cuando un tipo me pidió un Kilate y me pagó, según él, con una moneda de $500. Cuando la tomé la encontré extraña y le pregunté a un cliente, quien se percató que este compadre me había engañado, pues era una moneda de 25 centavos'', detalló Carlos Maldonado. Aquí la historia completa.

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ciego-a1

Carlos Maldonado trabaja hace diez años vendiendo golosinas en un carrito en Barros Arana, Concepción.

En todos estos años jamás había tenido que verse en la obligación de usar su fuerza tal como lo tuvo que hacer durante estos días, cuando un lanza quiso estafarlo tratando de comprarle dulces con una moneda chanta que intentó hacerla pasar por una de quinientos pesos.

”Estaba vendiendo cuando un tipo me pidió un Kilate y me pagó, según él, con una moneda de $500. Cuando la tomé la encontré extraña y le pregunté a un cliente, quien se percató que este compadre me había engañado, pues era una moneda de 25 centavos”, detalló el hombre al diario La Cuarta.

Ante la situación, cuenta Maldonado, no la pensó dos veces y actuó con todo: Le tomó el brazo firme y le agarró la chaqueta para que no escapara. Luego, dijo, “lo mandé contra un ventanal del banco que estaba a mis espaldas y luego lo tiré hacia el lado contrario, donde logré botarlo. Ahí lo reduje y me puse encima de él hasta que llegó Carabineros como a los 20 minutos después”.

Agregó que “el compadre se estaba cargando hace rato. Cuando lo agarré se le abrió la chaqueta y comenzaron a caer más dulces y hasta unas gafas. Quizás cuánto rato llevaba acá sacándome las cosas y de ahí le dio por simular una compra para pasar piola… pero jodió”.

Cuando ya tenía al ladrón reducido, Maldonado sostuvo que “la gente se aglomeró para que el tipo no escapara. Pero el hombre ni puso resistencia”.

Pese a todo, Carlos aseguró que no puede dejar este negocio pase lo que pase: “Con mi señora siempre hemos trabajado en esto. Con la calle hemos educado a un hijo que este año entra a estudiar ingeniería en la universidad. No podemos dejarlo”.

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