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Opinión

27 de Enero de 2016

Juan Patricio Beroiza, doble oficial de Sampaoli: “Jorge se fue, pero quedará un recuerdo. Y ese recuerdo soy yo”

Bajó 12 kilos, se compró el buzo del cuerpo técnico de la Selección, habla como argentino y dirige un equipo de fútbol en Pirque. Es la vida del doble del recién renunciado entrenador nacional. Aunque ha tenido que lidiar con las consecuencias del desprestigio del estratega –le han llegado insultos y amenazas- pone las manos al fuego por el casildense y quiere seguirlo donde él vaya. Hasta se cambiará el nombre en honor a su ídolo.

Javier Faúndez Tordecilla
Javier Faúndez Tordecilla
Por

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¿Qué te parece la forma en que se fue Sampaoli?
Lo encuentro feo, porque él nos dio la Copa América y fue elegido uno de los tres mejores técnicos del mundo. Cuando vi en la televisión como lo trataban, me dio mucha pena. Los periodistas mandan a la gente para que le grite cosas. Para mí es una tristeza inmensa que él se vaya, se me han caído las lágrimas. Me hubiese gustado estar ahí con él.
Pero es real que tenía dineros depositados en las Islas Vírgenes, y que gracias a ello podía pagar menos impuestos.

¿Es una decepción para ti?

No creo que lo haya hecho a sabiendas, porque cuando uno tiene un jefe no hay ningún engaño en pedir un sueldo y ciertas condiciones. El problema es que la directiva apoyó todo eso. Hay un directorio que sabía lo que estaba pasando. Pero yo siempre voy a decir que es inocente en todo, porque es mi ídolo, es todo para mí.

¿Ahora cómo te tratan en la calle?
La gente me quiere muchísimo, hasta ahora nunca me han insultado. Eso sí, en Pirque, un día me fui a comprar una bebida y me preguntaron si la estaba comprando con la plata de la ANFP. Respondí: “¿Qué te está pasando, viste? Estás hablando puras cabezas de pescao”.

Pero yo vi que en unos tuits te estaban ofreciendo unas patás en la raja…
Sí, y lo encuentro feo. También cuando Chile empató con México a 3 en la Copa América, fui al estadio y a la salida me gritaban: “viejo culiao, erí ratón pa hacer los cambios”. Yo les respondí: “calláte, te vamos a taparte la boca cuando termine la Copa, vamos a ser campeones”. Fui bien duro, incluso se me escapó un hijo e’ puta. Igual la vi pelúa porque me empezaron a empujar, por eso siempre voy con gente al estadio. Siempre pongo el pecho por mi hermano Jorge. Eso él no lo sabe, que uno también sufre en su papel. Tal como él ahora lo sufrió en el aeropuerto, yo sufrí esa vez en el estadio.

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¿Qué vas a hacer ahora? Quizás ya no te van a saludar tanto, tal como le pasó al doble de Marcelo Bielsa, que no lo llamaron más…
En mi comuna no va a pasar nunca eso, porque ya he dejado mi legado como Sampaoli. En nuestro lugar de entrenamiento, todos me dicen Sampa. No existe Juan Patricio, y eso me hace sentir feliz. Jorge se va, pero quedará un recuerdo y ese recuerdo soy yo.

¿No te sientes rehén del personaje?

Sí, puede ser, pero yo me siento feliz. Si no me pareciera a él no sería conocido en este país, ni en el extranjero. Todas esas cosas lindas uno las agradece.

¿Te has encontrado con él?
Tuve el orgullo de conocerlo en el Hotel Intercontinental en 2011, cuando salió campeón de la Sudamericana con la U. Le pregunté: ¿Qué le parece que me hayan encontrado parecido a usted? Él me dijo: “Te pareces bastante, pero no quiero que salgas más en estos diarios de farándula, quiero que tengas un equipo de fútbol, ahí te voy a felicitar”. Cuando terminamos de conversar no me dejaba de mirar, de pies a cabeza. Después llegaron Pepe Rojas, Charles Aránguiz, Johnny Herrera y me pegaban pata’s en el traste, diciendo: “¡Acá está el profe de verdad, el otro es el falso!”.

¿Te gusta sentirte reconocido por la gente?
Me encanta que me digan “grande profe, grande Sampaoli”. Me siento muy orgulloso por hacer el papel de él. Trato de imitarlo hasta en como se viste, con sus jeans apretados.

¿Te apretaste los jeans?
Los compro así, apitillados. Le miro los zapatos, todo lo que usa.

¿Te gusta la imagen de Sampaoli?

Para la edad que tiene, se viste como un lolo. Él se siente joven y para mí es un halago que me encuentren parecido. Más adelante me voy a tatuar los dos brazos para parecerme cada día más.

También Sampaoli es fortachón…

Gracias a Dios, un amigo me regaló una pesa completa, y ahí hago ejercicios para tener un físico más contundente, porque yo era gordito, antes usaba talla 46 de pantalón y ahora uso 40. Bajé 12 kilos para tener su mismo físico. Algunos en mi familia me decían que si estaba loco, que estaba muy flaco.

¿Más allá del aspecto físico, tienes otras similitudes con Sampaoli?

Él es feliz, yo también soy feliz. Los dos somos separados, él hizo su vida, yo también tengo mi polola. Los dos tenemos dos hijos, la parejita. Somos de un pueblo chico. Me enorgullece tener la misma historia de él. Nos parecemos en todo, él también era picarón con las minas. La principal diferencia son las lucas, no hay ninguna otra, pero los dos hemos tenido problemas de plata. Yo estuve complicado por la pensión alimenticia, es mucha la coincidencia.

¿Harías algo más por Sampaoli?
Ahora quiero hacer algo lindo, ir al Registro Civil y cambiarme el nombre de Juan Patricio a Jorge. Es una promesa que tenía conmigo mismo, creo que la próxima semana lo haré. Quiero llamarme Jorge Patricio.

¿Estás seguro? ¿Qué te ha dicho tu familia?

Lo que pasa es que nunca me gustó Juan. Siempre doy mi segundo nombre, Patricio. Pero por todo lo que ha hecho él en Chile, ser campeón de América, sacar campeón a la U, son cosas lindas y por eso quiero darle mi reconocimiento, llevando el nombre de Jorge.

¿Te cambió la vida parecerte a Sampaoli?
Me cambió la vida el cariño de la gente. Me gustan las cámaras, las entrevistas. En mi trabajo todos me dicen “don Sampa”. Hay harta fama con lo de Jorge. En Facebook las mujeres me invitan a salir, me invitan a fiestas y todo eso. Pero todo lo tomo con calma, soy muy humilde.

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¿Qué te proponen?
Que vayamos a pasarlo bien, primero a bailar y después tu sabí dónde tenemos que ir. Ahora tengo una brasileña que me está siguiendo bastante, me dice que soy súper lindo que le gustaría conocerme. Le hablo un poquito de portugués, busco las palabras en Google.

¿Pero te quedas solo en las redes sociales o concretas las propuestas?

Tenía una niña bien enamorada que vivía en Las Torres de Quilín, una veinteañera que era mamá soltera y me hizo hartas propuestas. A ella la invité a almorzar y fuimos al mall. Me puse jeans apretados, polerita negra, zapatitos negros, como se viste él.

Era jovencita…
Yo en ese tiempo tenía 40, a nadie le miento sobre mi edad. Ella me dijo que no le interesaba eso, que podríamos conocernos y que concretáramos algo. Quería algo serio, pero yo me fui corriendo. Prefiero de 30 o 35, más adultas.

¿No te avergüenzas de imitar a alguien que ahora es tan criticado por la sociedad chilena?
No, para nada. Aunque ahora me dicen “déjate crecer el pelo Sampa, aféitate, échate alquitrán en la cara”. Pero yo prefiero afrontarlo como lo ha hecho él. Yo digo que él no está en nada turbio y espero no equivocarme.

¿Y si él estaba al tanto de las irregularidades?
Sería algo muy triste para mí, porque yo siempre he sacado la cara por él, en todos lados.

Ahí ya no te gustaría parecerte tanto a Sampaoli…
Quizás tomaría otra decisión, porque sería desilusionar a los niños. Hay que dar un buen ejemplo. Me afeitaría, me dejaría crecer el pelo, empezaría a engordar, no usaría más el buzo. Cambiaría de imagen, porque no me gustaría que me apuntaran con el dedo. Pero yo sé que él no está metido en esto.

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