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Nacional

3 de Marzo de 2016

La columna de Warnken donde desnuda a la izquierda “rapiña de poca monta” y a la derecha “vacía e ignorante”

"Los corruptos de la izquierda son más bien rapiñeros de poca monta, más cercanos al "robo hormiga" de sobrevivencia que al desfalco de gran proporción", dice el académico, mientras que de la oposición acusa "que ignora y desprecia la cultura y el pensamiento, los que le interesan solo como maquillaje u adorno". "No se ve mucho de valor, nada que lo haga a uno levantarse en una mañana de un día de elecciones a ir a votar", exclama.

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warnken

El conductor de programas de cultura, académico y poeta, Cristián Warnken, ya nos viene acostumbrando en sus columnas en El Mercurio a sesudos  análisis de la realidad chilena, esa realidad que muchas veces parece obtusa y alejada de los valores más trascendentes del espíritu por una subordinación enfermiza por el consumo, por la superficialidad.

En esta oportunidad, y bajo el título “Con todo respeto”, Warnken desmenuza el devenir de la actividad política nacional, que a su juicio hoy no nos lleva a ninguna parte.

En el texto, parte su reflexión desnudando a la izquierda.

Dice que “la izquierda ha demostrado en estos meses de gobierno una incompetencia rayana en un gag de los “Tres Chiflados”. No vale la pena ahondar en ello, se ha vertido suficiente tinta y los humoristas han recibido material gratis para elaborar chistes hasta el 2050. La izquierda, que se arroga a sí misma -y en algunos aspectos tiene- una autoridad moral e intelectual mayor que la de la derecha, es mala para administrar, desprolija, despelotada. Siempre lo ha sido”.

Agrega que “en términos de robo, claro está, no alcanza la dimensión del descaro kirchnerista en Argentina. Los corruptos de la izquierda son más bien rapiñeros de poca monta, más cercanos al “robo hormiga” de sobrevivencia que al desfalco de gran proporción. Pero habrá que esperar los resultados de investigaciones judiciales en curso para saber el tamaño de la avidez inédita de algunos de los líderes “jóvenes” de ese sector. Pero igual muchos sacan su “tajadita” y no es inusual ver a militantes de partidos asumiendo cargos en los que no tienen competencias necesarias. Son los “chantas “con los que el país se ha acostumbrado a convivir y a los que en reiteradas ocasiones les hemos dado el voto con la esperanza. También, por supuesto, hay militantes y funcionarios de gobierno de izquierda de sobrados méritos, técnicos idealistas y muy competentes, pero su aporte se ve ensombrecido por la tendencia atávica de la mayoría.

De la derecha, sostiene que “es más prolija”, pues “viene desde el mundo de la empresa”, hecho que “le ha dado una mejor capacidad para encarnar sus “ideas” (las pocas que tiene)”.

En ese sentido, advierte que el gran problema, el problema de fondo de ese sector es que “su alma más profunda ha sido cooptada por el amor al dinero, el lucro, el dogmatismo economicista. E ignora y desprecia la cultura y el pensamiento, los que le interesan solo como maquillaje u adorno”.

“Esta derecha del siglo XXI es ignorante como no lo había sido la élite del siglo XIX. No tiene visión, sueños ni valores, aunque cacaree sobre ellos. Su beatería patológica no tiene nada que ver con una verdadera búsqueda espiritual. Ellos no creen en Dios, creen en los curas -como Portales-. Siéntese en un matrimonio cualquiera a conversar con ellos y sentirá el vacío, la falta de profundidad, la ramplonería de sus conspicuos líderes. Y sus varas morales han descendido al mínimo de la colusión miserable y el robo al fisco. Su último presidente en ejercicio fue el que dijo que la “educación era un bien de consumo”. Un hombre sagaz para la especulación financiera, pero no para la especulación política ni menos intelectual”.

En ese escenario, y agregando que para qué hablar de la DC, que hoy no pesa nada, “con esta izquierda y derecha no llegamos a ninguna parte. Y en los márgenes del espectro político (salvo muy contadas excepciones) no se ve mucho de valor, nada que lo haga a uno levantarse en una mañana de un día de elecciones a ir a votar”.

Cierra Warnken expresando que “hoy día me levanté con ganas de gritar. Quizás porque estoy leyendo demasiado los diarios. Pido disculpas si ofendí gratuitamente a alguien que se sintiera aludido por estas divagaciones. Fueron dichas “con todo respeto”, como dicen en el campo”.

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