En estos momentos, y mientras el Banco Central propuso sacarlas de circulación, las monedas de uno y cinco pesos se encuentran fácil, no tiene mucho más valor que el nominal ni son coleccionables, pero atención... qué pasará en 10 años más.
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Si usted es de esas personas que olvida puñados de monedas de uno o cinco pesos entre los papeles de un velador, o los guarda para una tarde de póker, o los atesora en la chauchera de una abuelita, ponga ojo a este artículo, pues esos aparentes miserables pedazos de metal podrían transformarse en una pequeña fortuna en unos años más.
Resulta que pocas personas lo saben, pero las monedas tienen un valor numinástico, concepto que tiene que ver con cuánto está dispuesto a pagar un coleccionista una vez que éstas salen de circulación.
En estos momentos, y mientras el Banco Central propuso sacarlas de circulación, las monedas de uno y cinco pesos se encuentran fácil, no tiene mucho más valor que el nominal ni son coleccionables, pero atención… qué pasará en 10 años más.
Según dice a La Segunda el numinástico, Cristián García-Campo, ya hay gente que está comenzando a guardar sacos de estos metales para cuando se acaben, y empiezan a ser escasos.
El experto afirma que si bien es difícil prever cuánto costará una de esas monedas en dos lustros, el ejercicio que se puede hacer es que una moneda de colección cuesta entre 100 a 200 pesos.
“Probablemente esa sea el valor que veremos en el corto plazo para monedas que desaparezcan; es decir, entre 100 y 200 veces su valor”, afirma.
Para dar un referencia, reseña que los desaparecidos billetes de 500 pesos, esos que parecían un fortuna en la mano de un niño en la década de los 80′, hoy se pagan a 20 lucas.
“También está el caso de las monedas de 500 del año 2000 que valen 100 150 mil pesos, que tienen el 2000 en sus dos caras”, recuerda.
Otro ejemplo que pone son las recordadas monedas grandes de 10 pesos que ahora se transan entre tres a cuatro mil pesos.
Entonces, si antes miraba casi con asco aquellos sucios pedazos de metal o los donaba de manera desprendida en los supermercados, vaya sacando la cuenta de cuánto podría estar juntando en sus manos, sin haberlo sabido hasta ahora.