Debate sobre existencia de universidades privadas con fines de lucro, pero sin aportes del Estado divide a parlamentarios

La opción de que puedan existir universidades privadas con fines de lucro pero sin aportes del Estado, es un alternativa que divide en opiniones a los parlamentarios.

Según consigna La Tercera, el Ministerio de Educación ha entregado una minuta a los distintos rectores señalando que habrá una coexistencia entre recintos estatales, no estatales con vocación pública y las privadas. Sobre este último punto diferentes miembros e la Cámara se han mostrado abiertos a que puedan funcionar universidades privadas que derechamente lucren, pero que no reciben platas del Estado.

La motivación en este sentido sería que hay controladores que sacan utilidades de los recintos a través de distintos mecanismos que no pueden ser sancionados. Por esta razón es que algunos ven con buenos ojos transparentar el lucro.

Desde el Partido Socialista el senador Carlos Montes planteó que “la clave es un gran desarrollo del sector estatal que debería llegar al 50% de la matrícula. No puede ser de golpe, requiere una transición, porque hacerlo de la noche a la mañana sería un desastre”.

Añadió que estas universidades no tendrían tampoco “beneficios tributarios como pagar impuesto a la renta y contribuciones, ganancia de capital sobre los sueldos”. Precisó que el Gobierno en esta materia “observa”.

En tanto, en la Democracia Cristiana Andrés Zaldívar sostuvo que “tiene que haber universidades estatales, no estatales con rol público, como las católicas, de Concepción o Santa María; y luego universidades privadas que no reciban recursos del Estado y que sean de mercado con regulación y supervisión en materia de calidad”.

Agregó que “no me opongo a que haya una universidad que tenga lucro, siempre que no reciba recursos del Estado… hay que ser transparente, porque en Chile hay universidades estatales, hay privadas que tienen rol publico y que no tienen fines de lucro, y pueden haber privadas que tengan fines de lucro derechamente”.

El senador Fulvio Rossi se sumó al debate comentando que “no me molesta que existan universidades con lucro, mientras no reciban un peso del Estado, creo que es más transparente”.

Para el ex timonel de la DC, Ignacio Walker, “es del todo insuficiente distinguir entre universidades estatales y no estatales, o entre públicas y privadas. La clave está en entender que lo público no es sinónimo de lo estatal. De allí que concuerdo en distinguir entre estatales, de vocación pública (sean estatales o no estatales) y privadas propiamente tales… al financiamiento público se debe acceder cumpliendo con ciertos requisitos y estándares, accesible a todas las que cumplan con ellos”.

Desde la otra vereda, el timonel del PPD, Jaime Quintana, aclaró que “no puede existir lucro en la educación superior”. Aceptar esto, dijo, “sería un retroceso, incluso con respecto a lo que existe hoy día. En 1981 se prohibió el lucro en las universidades y no podemos hacer una reforma que termine tolerándolo. Hasta Pinochet quiso terminar con el lucro, al menos en el papel, y por lo tanto ahora no sería aceptable”.

A su vez, el rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, indicó que “el lucro afecta la calidad de la educación, porque si un controlador que retira utilidades debe decidir entre instalar un nuevo laboratorio y tener mayor ganancia, probablemente optará por su propio beneficio”.

En la U. San Sebastián, su rector Hugo Lavados, agregó que “hay bastante consenso social y político en que las universidades no deben ser comerciales y que debieran estar constituidas por corporaciones o fundaciones. Es mal visto y no creo que sea posible aplicar una medida de ese tipo en Chile”.

José Antonio Guzmán, rector de la U. de Los Andes enfatizó que “el país debe enfocarse en mejorar la calidad de la educación superior. Hay que estudiar a fondo la correlación entre lucro y la falta de calidad, viendo lo que ocurre en otros países”.