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Cultura

27 de Mayo de 2016

Beethoven resucita a Jorge Peña Hen en Valparaíso

Un documental titulado “Love and Justice”, que trata sobre el legado musical y político de Ludwig van Beethoven, se rueda por estos días en el Parque Cultural de Valparaíso y sus alrededores. ¿Por qué? Una coincidencia inspiró al director del filme para crear una alegoría entre Florestán, protagonista de la única ópera de Beethoven, y el gran músico nacional Jorge Peña Hen, asesinado por la Caravana de la Muerte en 1973. La producción dejará otro legado inesperado: una orquesta de cámara para la ciudad puerto.

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Kerry Candaele, director estadounidense, se encuentra desde el 20 de mayo en Valparaíso filmando escenas para la segunda parte de su trilogía documental sobre Beethoven, a quien aborda desde un ángulo original: su legado político alrededor del mundo, que Candaele identifica “más allá de lo dogmático: en el espíritu profundo, humano en el más amplio sentido, que irradia su música”. Aquello que otros han definido como la “nostalgia de libertad” que transmite Beethoven en sus obras.

La primera película, “Following the Ninth” (2013), recoge huellas de la Novena Sinfonía en distintas regiones del planeta. La segunda, “Love and Justice; in the footsteps of rebel Beethoven’s Opera” (“Amor y justicia; tras los pasos de la ópera rebelde de Beethoven”), se basa en Fidelio, la única ópera de Beethoven y de la cual Candaele encontró un inesperado eco en Chile.

El argumento de Fidelio cuenta la historia de Florestán, un hombre que lleva tres años encarcelado cerca de Sevilla por razones políticas. Leonora, su mujer, se disfraza de hombre y así consigue un puesto de trabajo en la prisión, con el plan de liberarlo. Un pasaje destacado de la ópera, por ejemplo, es el “Coro de prisioneros”, una oda a la libertad cantada por prisioneros políticos. Así lo explica Candaele en conversación con The Clinic: “Cuando fue la Revolución francesa, Beethoven tenía 18 años y esos ideales de libertad, igualdad y fraternidad lo impresionaron. Por eso la ópera tiene a este hombre encarcelado injustamente. Y que su mujer se disfrace de hombre para salvarlo de la tiranía es un mensaje muy potente por parte de Beethoven. Es su idea de justicia mano a mano con la del amor, algo que él buscó durante toda su vida y nunca encontró”.

Sigue Candaele: “Lo extraordinario es que Beethoven compone Fidelio entre 1804 y 1805, justo cuando se entera de que va a quedar totalmente sordo. Él quiso suicidarse cuando supo esto. Finalmente dijo ‘bueno, el arte me va a salvar’. Y de esa crisis, de ese estado de desesperación, salen Fidelio, su tremenda Tercera Sinfonía, dos magníficas sonatas para piano y la Quinta Sinfonía, una obra cumbre. Extraordinario”.

¿Qué tiene que ver todo esto con Valparaíso y la música chilena? Candaele culpa a “un hermoso accidente”. Cierto día, mientras trabajaba en el guión, una chilena le habló de Jorge Peña Hen, director de orquesta que había sido encarcelado y luego asesinado en 1973. “Me interesé de inmediato, porque la tiranía que siguió en Chile al golpe de Estado siempre me produjo un sentimiento especial hacia este país”. Entonces se contactó con el productor chileno Daniel Olmos Müller, a quien le encargó dos cosas: recopilar todo el material posible acerca de Peña Hen y formar una orquesta para interpretar Fidelio en Chile. Su idea era crear una alegoría audiovisual entre el cautiverio de Florestán y los últimos días del chileno.

A medida que le llegaba información, Candaele fue descubriendo que Jorge Washington Peña Hen (1928-1973), hijo de un inquieto alcalde que fundó el Partido Socialista en la región de Coquimbo, fue mucho más que un versátil compositor de conciertos, música para películas y para niños; fue, sobre todo, un visionario difusor de la cultura entre quienes no tenían acceso a ella. Solamente en La Serena creó una serie de orquestas, coros y grupos de cámara que revolucionaron el desarrollo musical de la ciudad, además de un Conservatorio de la U. de Chile. En todo el norte organizó conciertos –tanto en teatros como en colegios y lugares públicos–, armó festivales sinfónicos y encuentros docentes latinoamericanos. Y su herencia más entrañable: la creación, en 1964, de la primera Orquesta Sinfónica Infantil que haya existido en Sudamérica –precursora directa de las actuales–, integrada mayormente por alumnos de colegios pobres de La Serena y para la cual ideó un Plan Docente que la Unicef reconoce hoy como un método eficaz de erradicación de la pobreza El mismo año creó además una Escuela Experimental de Música, también dependiente de la U. de Chile, donde se enseñaba el currículum oficial con un fuerte énfasis en las artes musicales y escénicas. Miguel Castillo Didier, en su libro “Jorge Peña Hen: músico, maestro y humanista mártir” (LOM, 2015), afirma que “por primera vez la Casa de Bello, desde su fundación en 1843, extendía sus tareas más allá de las regiones de Santiago y Valparaíso”. “Podemos decir que Jorge Peña es el precursor de la Universidad de Chile en provincia”, había dicho ya el historiador Jaime Eyzaguirre.

Días después del Golpe, Peña Hen cayó preso en la cárcel de La Serena, ridículamente acusado de internar armas de guerra al regresar de Cuba junto a su orquesta infantil. Allí, incomunicado, compuso a pocos días de morir su última melodía, cuya partitura escribió con palos de fósforo quemados.

El 16 de octubre de 1973, una patrulla militar a cargo de Marcelo Moren Brito lo trasladó junto a otros detenidos al Regimiento Arica de La Serena, supuestamente para interrogarlo por última vez y liberarlo. Esa tarde, sin embargo, fue largamente torturado y luego muerto a balazos por oficiales de la Caravana de la Muerte, junto a otras 14 personas que corrieron la misma suerte.

Esta historia decidió a Kerry Candaele a rodar en Chile las escenas musicales de su documental. Por su parte, Olmos Müller e Irene Yáñez, los productores de Belcanto Chile que coordinaron la operación, eligieron como locación las instalaciones del Parque Cultural de Valparaíso (PCdV) y prepararon una orquesta formada sólo por músicos del puerto.

La ópera de Beethoven tiene un final feliz: Leonora, disfrazada de Fidelio, consigue rescatar vivo a Florestán. No fue así para Jorge Peña Hen, pero “Love and Justice” intentará hacerle justicia con una escena particular, protagonizada por la actriz y bailarina Belén Espinosa Peña, su nieta. “Ya no se trata de res≠catarlo de la cárcel, pero sí de cualquier olvido –cuenta Candaele–. Belén hace toda una escena de teatro Butoh en la que se transforma en el personaje de su abuelo y recreamos la melodía que él compuso en la cárcel antes de morir, además de su rol importantísimo en la historia musical de Chile. Lo que intentamos no es salvar a esta gente porque sean héroes, sino porque son humanos, porque se enfrentan a la realidad. Eso es lo que representa Peña Hen para mí”, concluye.

Candaele y su equipo ya filmaron en Valparaíso durante el verano, pero decidieron volver por más. Desde el 20 y hasta el 29 de mayo, con una orquesta ampliada de quince músicos y cuatro cantantes líricos de Santiago, estarán rodando escenas en el PCdV –ex cárcel, por lo demás– y en las caballerizas adyacentes al Cementerio N° 2 de la ciudad, ambientadas para la ocasión en los años 70. La fecha de estreno aún es incierta –entre 2017 y 2018, estiman los productores– pero se planea que la difusión llegue a los cinco continentes.

LA ORQUESTA SE QUEDA

“Lo que ha hecho Inti Illimani en el mundo, como representantes también de ese período, es muy significativo para mí”, comenta Kerry Candaele, feliz de estar rodando en un centro cultural –el PCdV– cuyo director es Jorge Coulon. El músico tiene sus propios motivos para compartir el entusiasmo. Al asistir a los ensayos y ver la orquesta porteña que se había formado, se deslumbró. Cuento corto, se realizaron las gestiones del caso y se creó oficialmente la Orquesta de Cámara del Parque Cultural de Valparaíso, que ya tuvo su estreno como tal el pasado 8 mayo en el cerro Concepción y se apronta para una intensa itinerancia por toda la Quinta Región. Agenda que, “si todo resulta”, también podría proyectarse fuera del país. Chilenos y gringos coinciden en que no cabe sorprenderse demasiado. Donde el maestro Peña Hen anda metido, siempre nace una orquesta.

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