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Poder

1 de Agosto de 2016

Esta es la acta secreta del día en que la Junta Militar debatió sobre el modelo de la AFP

"Estoy actuando como abogado del diablo en esto, porque quiero que mi conciencia quede tranquila sobre lo que se va a hacer. Hay que estar tan seguro, que cuando uno coloque la firma no quede después sin poder dormir", le dijo Pinochet al entonces ministro del Trabajo y Previsión Social, José Piñera. El dictador desconfiaba de quienes iban a administrar las platas

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acta

El 16 de septiembre de 1980 se realizó una Sesión Secreta Legislativa de la Junta Militar que presidía Augusto Pinochet, cuyo fondo fue el modelo de las AFP que a posteriori implementó la Dictadura. Tal como se puede leer en el documento, mientras exponía el entonces ministro del Trabajo y Previsión Social, José Piñera, el propio Pinochet mostraba sus reparos y desconfianzas, esto por la cantidad de recursos que a futuro manejarían las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). “Me choca por estimar que los señores empresarios no están en capacidad para administrar 97 millones de dólares mensuales. Eso es lo que me produce angustia, porque día a día veo diversas cosas que suceden, y no vaya a ocurrir que de repente alguien parta con los 97 millones para el extranjero. Eso es lo que me causa cierta preocupación”, le dijo Pinochet a su ministro. Acá, un resumen del acta donde se urdió el hoy cuestionado sistema.

“Como se acaba de expresar, yo también estoy de acuerdo con el sistema en cuanto a que debe modificarse la Ley de la Previsión. Eso lo he manifestado constantemente. Pero también he dicho que no estoy de acuerdo en el problema ése de que los capitales vayan a la parte privada. En realidad, no discrepo de ello, sino que me choca por estimar que los señores empresarios no están en capacidad para administrar 97 millones de dólares mensuales”, planteó Pinochet durante la apertura de la exposición general de la reforma al sistema previsional.

Junto con admitir que desconfiaba de que el día de mañana alguien agarra el bolso con la plata y se mandara a cambiar al extranjero ( como se lee en la introducción de la nota), el dictador sostiene: “El sistema lo encuentro maravilloso; opino que es necesario implantarlo y que urge hacerlo pues hay que cambiar todo esto, pero siempre he manifestado lo siguiente, y creo que me lo han escuchado varias veces: ¿quién administrará la plata? Eso me produce alergia, porque también sé que hay varios señores, que se están haciendo millonarios en este país, que han enviado gente a estudiar el sistema porque desean operar en él. También estoy consciente de eso. Por lo tanto, Ministro, todo está bien, pero cuando llegamos al aspecto de la administración de los fondos ahí es donde se me produce una detención”.

“Si fuera posible, que un organismo nuestro, del Estado, con responsabilidad, sin que creciera, vale decir el Banco Central, que él tuviera las platas y las entregara a los bancos, a las cajas, no sé, no se me ocurre en este momento. Pero, reitero: que fuera un organismo nuestro el que tuviera la tuición”, complementa Pinochet.

Tras esa intervención , José Piñera le responde: “Considero absolutamente legítima esa inquietud que usted nos planteó desde el primer momento, y por eso el proyecto ha sido construido para responder a esa inquietud y, precisamente, para tratar de dar el margen de seguridad más grande que se puede dar dentro de un sistema económico, cualquiera que él sea”.

Agrega el secretario de Estado, para avalar su propuesta, que “por ello, la iniciativa tiene al menos diez elementos para contrarrestar justamente esa preocupación. En primer lugar, respecto del monto de los fondos, el total de remuneraciones imponibles en Chile son aproximadamente 4.400 millones de dólares. Si todos se cambian al nuevo sistema, lo cual es prácticamente imposible; nosotros lo estimamos en 50%, son 440 millones de dólares al año. Si la mitad opta por él son 220 millones de dólares anuales. De tal manera que de lo que estaríamos hablando, en términos del 10% de ahorro voluntario”.

Con esa explicación, Piñera refuta a Pinochet la cifra respecto de su temor de que alguien agarrara los 97 millones de dólares mensuales que habría en el sistema para irse del país.

Luego, el tema sigue centrado en la diferencia entre el monto del que habla Pinochet y la cifra de Piñera. Para ello, el entonces ministro afirma: “deseo advertir que ese cácul0, a mi juicio, excede en cinco veces el monto total. Estamos dispuestos a demostrarlo”.

“De todas maneras, aunque sean 100 millones de dólares al año”, insiste Pinochet, ante lo que Piñera responde  “es diferente que sean mil millones de dólares al año, que 200 millones”.

Hecha la aclaración, Piñera precisa que “en primer término, Presidente, se creó este sistema en que hay una separación entre quien administra la institución y el fondo de pensiones. Eso es totalmente crucial, por cuanto aquí hay un fondo de pensiones que es propiedad de los imponentes y cuya rentabilidad va a ellos. Solamente la administradora maneja la inversión de los recursos, cobrando una comisión para financiar sus gastos. Pero los papeles, la cartera, los fondos son propiedad de los imponentes a través de un fondo”.

“Por eso, en el proyecto se propone partir con instituciones nuevas; decisión muy grave e importante que afecta mucho el aspecto de seguridad. Todo el sistema parte nuevo, empieza de cero; o sea, los grandes bancos, las financieras de mucho volume des compañías de seguros no comienzan con la ventaja por el  hecho de ser grandes”, continúa Piñera.

“No se incluyen acciones”

De acuerdo a lo que se lee en el acta, José Piñera, tras las precisiones en cuanto a los montos y a cómo operará el sistema, sintetiza: “instituciones nuevas, administradoras separadas de fondos de pensiones, todas parten en seis meses. La cartera, en qué invierten estas platas: solamente en instrumentos de bajo riesgo -letras hipotecarias, letras de crédito con garantía hipotecaria para financiar la vivienda; debentures de empresas públicas y privadas, instrumentos fiscales-. No se incluyen acciones, lo que se permite en todos los fondos de pensiones del mundo hasta un cierto porcentaje, aproximadamente 30%. En este caso precisamente no se permiten acciones, sin perjuicio de que, en mi apreciación, en cinco, diez o quince años sería conveniente incluir una fracción para eleva la rentabilidad de la cartera. Pero, repito, no se incluyen lo cual también es otro elemento de gran seguridad”.

“Acá son artistas”

Después del diálogo expuesto antes, se advierte en el documento que Pinochet continúa con sus dudas respecto de algunos puntos del modelo. Dice que quiere ser algo así “como abogado del diablo”. El intercambio verbal es el siguiente:

“¿Quién controlará a todas esas empresas que habrá?” pregunta Pinochet.

“Ese era el séptimo punto: se crea una superintendencia nueva, dependiente del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, que tendrá siempre una preocupación, digamos, especial por los ahorros previsionales de los trabajadores, la que estará dedicada solamente a controlar estas instituciones; o sea, no se la mezcla con la Superintendencia de Bancos, que ya tiene una tarea, o con la de sociedades anónimas”, contesta Piñera.

“¿Se fijan algunas atribuciones especiales a esa superintendencia?” requiere Pinochet; “todas las atribuciones de controlar todo lo que acabo de indicar”, es la contestación que recibe de vuelta.

¿Pueden intervenir una empresa? consulta Pinochet, ante lo que Piñera resuelve: “Evidentemente”.

Posteriormente, Pinochet insiste en sus aprensiones respecto de dónde estará la plata. “Porque pueden dejar quinientos documentos en el Banco Central y arrancarse al exterior con los fondos”, afirma.

“No, Presidente. La plata son los documentos. El 90% de los fondos estará invertida en documentos. Las instituciones no tienen más plata que los documentos, pues ella está en custodia en el Banco Central, lo cual es una medida extrema de seguridad”, asevera Piñera, quien le garantiza a Pinochet que el equipo que ha trabajado en elaborar la propuesta es serio.

“No critico al equipo, sino que estoy actuando como abogado del diablo en esto, porque quiero que mi conciencia quede tranquila sobre lo que se va a hacer. Hay que estar tan seguro, que cuando uno coloque la firma no quede después sin poder dormir”, dice Pinochet.

“Sin duda, Presidente pero, como le digo, se ha buscado todo lo imaginable por parte del equipo para estar seguro en esto”, insiste Piñera.

Los “vivos”

Tras lo relatado, acontece otro diálogo en que se habla de los “vivos” y el manejo político de las platas.

“Presidente, respecto de que algunos son verdaderos “artistas”. Los que son artistas, si es que los hay, son los chilenos, tanto los que están en instituciones privadas como los de las instituciones públicas. O sea, si realmente la gente de este país es artista para sacarles la plata a los demás, lo es también en las instituciones públicas, con mil ventajas adicionales, lo que se prueba todos los días con los fraudes que se están comenzando a descubrir en todas las cajas de previsión, y que continuarán apareciendo. En otros términos, no puedo decirle que en cien años no se perderá un peso. Quisiera que así fuera, pero de lo que sí estoy absolutamente seguro es de que éste es el sistema más perfeccionado que se ha podido diseñar por todas las mentes que han trabajado en la materia, en tanto que el sistema actual es el producto de cuarenta años de demagogia”, se lee en el acta que dice Piñera.

En respuesta, Pinochet prorrumpe: “Partimos de la base de que estamos de acuerdo. Yo considero que es necesario un nuevo sistema, pero me angustio cuando veo que habrá tanta plata y aquí todos los “vivos””.

“Se trata de los fondos que actualmente están en las cajas. O sea, usted cree más en las cajas, que han sido manejadas por cuarenta años de nombramientos politicos”, le debate Piñera.

“Tampoco creo en las cajas, pero preferiría que fuera un organismo, por ejemplo, como el Banco Central el que tuviera los fondos; que él los recibiera y los distribuyera”, insiste Pinochet.
El acta completa que publica el diario El Mostrador acá.

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