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Nacional

23 de Agosto de 2016

Del templo a las urnas: Canutos al poder

Rompiendo con su tradicional separación del poder espiritual con el poder temporal, el movimiento evangélico Por un Chile para Cristo surge como reacción a la agenda valórica del gobierno de la Nueva Mayoría. Aseguran que se centrarán en llevar candidatos a las elecciones municipales y llegar al 2017 con al menos un diputado. Con el 18% de los chilenos afines a alguna iglesia evangélica, no descartan llevar, eventualmente, a un candidato presidencial.

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La cita se llevó a cabo a comienzos del mes de abril en el Hotel Fundador, en el centro de Santiago, y asistieron cerca de diez obispos de distintas regiones, entre ellos el anglicano Alfred Cooper y los pentecostalistas José Rivas y Edison Espinoza.

En la reunión, el abogado Eddy Roldán junto con su hermano Alan y el ingeniero Eduardo Durán Salinas, les explicaron a los obispos las características del nuevo sistema electoral que reemplazaría al binominal, planteando que la coyuntura era una gran oportunidad para el mundo evangélico. La propuesta fue ganando rápidamente adeptos entre los líderes de las iglesias evangélicas.

“Este proyecto nace a raíz de la agenda que nosotros llamamos “antivalórica” que se ha empezado a promover, y no solamente en Chile. Esto responde más bien a un programa internacional”, comenta el abogado Eddy Roldán, futuro candidato a diputado por el distrito 9, y uno de los líderes del movimiento evangélico Por un Chile para Cristo.

La misma organización fue invitada, el 2 de julio de este año, al Congreso Reforma Chile, organizado por el evangélico de San Felipe Benjamín Lorca en el Congreso Nacional, donde asistieron abogados, diputados y pastores de Argentina y Uruguay. “Nos dijeron que nos capacitáramos para entrar al parlamento. Que podíamos buscar escaños. Porque esto no es un discurso pastoral, sino un discurso político. Que teníamos que aprender a ser políticos. Que se podía hacer mucho más estando adentro que sólo gritando afuera”, recuerda el obispo Alfred Cooper.

“Vota por valores, no por colores”

El sábado 6 de agosto, cuatro meses después de la reunión, se realizó en el mismo Hotel Fundador el lanzamiento oficial de la plataforma. Al encuentro concurrieron cerca de treinta asistentes. Diecisiete de ellos obispos, y el resto pastores o simplemente “hermanos”. Antes de comenzar, los obispos convocaron a una oración. Mientras Espinoza dirigía la plegaria, donde pedía a Dios que los iluminara en este nuevo camino que iban a emprender, esporádicos “¡alabado sea!” y “¡gloria al padre!” interrumpían su discurso. Tras esto, comenzó la conferencia de prensa.

Convencidos de que el aborto es un crimen de lesa humanidad, incluso en las tres causales que plantea el gobierno, el movimiento reitera que la mejor solución es un programa de acompañamiento a las madres que lo necesiten. Respecto al matrimonio igualitario, insisten en que éste contradice al “diseño original de Dios”, y que este tema ya está resuelto mediante la Ley de Acuerdo de Unión Civil. “No es que estemos llevando a cabo el plan de Dios. Pero sentimos que teniendo un país con un 80% de población cristiana, y 20% evangélica, estos no se sienten representados por esta agenda valórica y los parlamentarios que la apoyan. Entonces, sentimos que estamos en nuestro legítimo derecho de levantar candidatos que den cuenta de esto”, expone Eduardo Durán, uno de los líderes del movimiento.

Cuando Fundación Iguales se reunió con Bachelet para pedirle adelantar la discusión sobre el matrimonio igualitario, el 20 de abril, Por un Chile para Cristo criticó a través de Facebook la medida, alegando que era una muestra más del “nefasto gobierno que tenemos”. “Un cristiano que vive su Fe, siempre antepondrá en primer lugar los principios bíblicos y morales que sus ideologías mundanales arrastradas por el viejo hombre. Dios dejó en nuestras manos las responsabilidades de elegir a nuestros gobernantes, por lo que si elegimos mal somos responsables de lo que sucede en nuestra nación”, escribieron en la red social.

La agrupación afirma no tener ningún programa definido, pero que están discutiendo múltiples propuestas. La más avanzada, dice relación con la rehabilitación de drogadictos y con la crianza de niños vulnerables. Proponen, en colaboración con la fundación Umich (Unidad de Ministerios Infantiles y Adolescentes de Chile), la creación de escuelas integrales u hogares que eduquen tanto a padres como a niños delincuentes como una alternativa al modelo del Sename. “Está comprobado, por estadística, que los centros de rehabilitación cristianos, con línea evangélico-protestante, son mucho más efectivos que cualquier otro (…) Nosotros vemos muchos casos de niños que no los cuida nadie, porque el papá está en la cárcel y la mamá es drogadicta. Luego delinquen o caen en la droga. Nuestra idea es ojalá dar una respuesta integral”, explica su directora Carol Espinaza.

Por un Chile para Cristo también se opone a la adopción de niños para familias homoparentales y a la Ley de Identidad de Género, esta última porque, aseguran, “confunde la crianza y el desarrollo del niño. Además, creemos que siembra la base para muchas otras leyes que diluyen la identidad en el ser humano, creado a semejanza de Dios”.

Atendiendo la agenda valórica del gobierno, sumado al desprestigio de la clase política tradicional, y el fin del sistema binominal, los gestores de la iniciativa consideraron que el mejor momento para entrar en la arena política era precisamente ahora. “Esto es algo transversal al mundo evangélico y nuevo en Chile”, cuenta el obispo chileno de origen británico Alfred Cooper. “Esto es una movilización de los derechos sociales y civiles de quienes son evangélicos. Queremos que los evangélicos entren a ejercer sus derechos no como movimiento religioso, sino por convicción”.

Aunque tengan posturas conservadoras en temas valóricos, y de que Eduardo Durán fue gobernador de la provincia de Ñuble durante el gobierno de Sebastián Piñera, mientras que Alfred Cooper fue capellán en La Moneda durante el mismo gobierno, insisten en que no se trata de un movimiento de derecha ni de izquierda.

Si bien en el pasado ha habido políticos evangélicos, como el exalcalde de Independencia Antonio Garrido y el actual senador por la región de Los Lagos Iván Moreira, desde el movimiento niegan que vayan a hacer campaña con alguno de ellos. En el caso de este último, a raíz del caso Penta, prefieren descartarse. “Con Moreira es complicado. Pesa mucho que él es de derecha, y este es un movimiento apolítico. Tenemos a gente de todos los colores. De hecho, el eslogan que buscamos acuñar es “vota por valores, no por colores”, afirma Eddy Roldán.

Del pandero a la banda presidencial

El movimiento cuenta con una estrategia de mediano plazo, donde esperan instalar a un candidato en cada uno de los veintiocho distritos que surgirán con el nuevo sistema electoral para las legislativas del 2017. Los representantes, aseguran, deben ser profesionales independientes y laicos. La estrategia a corto plazo, en cambio, permite que entre los candidatos a concejales y alcaldes, exista gente respaldada por partidos políticos y alrededor de veinte pastores en ejercicio.

“Nuestras campañas las hacemos de rodillas, como decimos los evangélicos, en oración. La gente nos conoce, en nuestras comunas, en nuestros lugares de trabajo espiritual, y ellos nos apoyarán. Ya tenemos sembrado ese apoyo. Llevamos mínimo 10 años de ejercicio como pastores”, cuenta Jorge Trincado, candidato a concejal por la comuna de Bulnes.

Aunque en la conferencia de prensa destacó la presencia de una sola mujer, Eleonora Espinoza, aseguran que ésta no será la única “valiente” en sumarse a la iniciativa. “Esto también es un paso para que muchas mujeres evangélicas se atrevan a entrar en la esfera política. Yo estudié ciencias políticas y administración pública, por lo tanto conozco bien el tema público”, afirma Espinoza, candidata a concejala por la comuna de El Bosque.

Los representantes de Por un Chile para Cristo esperan que eventuales alcaldes y concejales evangélicos apoyen a sus futuros candidatos a la Cámara baja. Estiman que la población evangélica del país se traduce en un universo potencial de aproximadamente tres millones de votos, cifra similar a la que obtuvo Michelle Bachelet en la primera vuelta del 2013, lo que los hace soñar con llevar, eventualmente, un candidato presidencial evangélico o ser un factor relevante a la hora de la elección.

El único antecedente que existe al respecto fue la fallida candidatura del obispo Salvador Pino Bustos en las elecciones presidenciales de 1999, cuando le faltaron poco más de cinco mil firmas para oficializar su proyecto.

“Yo creo que hice lo que tenía que hacer cuando intenté ser candidato a la presidencia de la república, que solamente fue para abrir la brecha. Y logré abrir esa brecha. Ahora tenemos gente: mi hija, por ejemplo. (Ángela Pino, RN), fue doce años concejala de San Bernardo. Hemos tenido gente que despertó a la política, y no hay ninguna duda que probablemente con esta nueva generación vamos a tener, a lo mejor, un presidente de la república evangélico”, relata el obispo, quien actualmente tiene un programa en Radio Corporación.

No obstante, si bien son cerca de seis mil las iglesias chilenas que respaldan esta iniciativa, no todo el mundo evangélico se ha cuadrado detrás de Por un Chile para Cristo, así al menos lo ha manifestado el obispo Emiliano Soto.

“Nosotros pensamos que política e Iglesia no son compatibles. Sí creemos en la participación cívica. Pero nos preguntamos si es pertinente realizar esto ahora, y si estamos en condiciones de asumir un desafío como ese. Antes es necesario partir por la educación cívica de los fieles, crear la cultura de ir a votar entre las comunidades evangélicas. Piensa tú que la abstención electoral fue el principal problema en las últimas elecciones, votó sólo el 50% del padrón electoral. No queremos entrar en un proceso como ese sin antes tener una preparación real. Como Iglesia no estamos incluidos dentro de esa iniciativa”, contó quien ha sido el representante evangélico en los últimos gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría, además de presidente de la Mesa Ampliada UNE-CHILE, que incluye a cuatro mil iglesias del país.

Un movimiento en expansión

Antes de su desembarco en política, el mundo evangélico ha crecido en influencia social y económica. Según una encuesta realizada por el Centro de Estudios de la UC y Adimark en el 2012, la población católica bajó once puntos desde 2006, ubicándose en 59%. Mientras que la población evangélica total se estima en 18%, concentrándose la mayoría en la Región Metropolitana y en la región del Biobío. En esta última, cuatro de sus comunas, entre ellas Lota y Los Álamos, los evangélicos representan a más de la mitad de la población, superando a los católicos. Sólo en el Gran Concepción los evangélicos tienen una decena de radios AM y FM, además de espacios pagados en canales de televisión abierta (Canal 9 y Canal 8).

A nivel mediático, también está el auge de las producciones brasileñas bíblicas en TVN, provenientes de la cadena Rede Record, ligada a la Iglesia Universal del Reino de Dios. En Brasil, actualmente 75 diputados son evagélicos o afines a su bancada, superando a los 70 diputados del oficialista Partido de los Trabajadores. Pese a ello, 23 se han visto involucrados en casos de corrupción como el caso Petrobras. Experiencia que en Por un Chile para Cristo esperan no repetir. “La semana pasada estuvimos en conversaciones con diputados de Brasil, y ellos nos han estado explicando qué hacen con esta gente. Ellos mismos son los que aíslan a estos personajes. Y aquí vamos a ser claros: No vamos a amparar jamás a alguien que se vea envuelto en casos de corrupción”, sostuvo Eddy Roldán.

Otra de las experiencias internacionales que señalan como modelo a seguir es la bancada evangélica uruguaya, cuyo presidente, Gerardo Amarilla (quien también es presidente de la Cámara baja) también los ha asesorado en este proyecto.

Los representantes del movimiento aseguran que sus candidatos deben ser individuos probos. “Desde hace años la Iglesia Evangélica ha dado muestra de cómo las personas que abrazan esta fe cambian totalmente su forma de ser. Son mejores ciudadanos, tienen una visión más optimista del futuro de nuestro país, y eso queremos llevarlo a la práctica. No como pastores, sino con nuestros hermanos laicos… no solamente en temas valóricos, sino por toda la situación que envuelve a la sociedad”, concluye Eduardo Durán Castro, padre de Eduardo Durán Salinas, y obispo de la Catedral de Jotabeche, la cual ha dado su respaldo al movimiento.

La campaña recién comienza. Eduardo Durán hijo anunció que la primera gran actividad de Por un Chile para Cristo será una marcha en la Alameda el próximo 10 de septiembre, para la cual convocaron a todos los evangélicos del país, quienes ya recibieron la instrucción de no votar por ningún candidato que apoye los proyectos de la agenda valórica del gobierno.

Respecto al financiamiento de sus candidatos y si las campañas recibirán dinero proveniente de las iglesias, Durán fue enfático durante la conferencia de prensa: “Cada candidato verá cómo autofinancia su campaña. Nuestro trabajo es motivar al pueblo evangélico, explicarles que es importante votar. Pero que voten de forma informada, consciente, por candidatos que son de sus filas”.

Tras la alocución de Durán, como si fuese la misma palabra de Dios, se escucha un sonoro “Amén”. La conferencia recién ha concluido.

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