Benedicto XVI profundiza en el hecho puntual por el que renunciar “era un deber”

El Papa Emérito, Benedicto XVI, soltó el motivo por el que renunciar a dicho cargo “era un deber”, una determinación que la concretó en febrero de 2013.

En conversación con el diario italiano, La República, el religioso reconoció que en algún minuto supo que su estado de salud no estaría en las mejores condiciones para realizar el viaje a Brasil para enfrentar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro de 2013.

“Tenía dos convicciones bien precisas: después de la experiencia del viaje a México y Cuba, ya no me sentía con la capacidad de hacer un viaje tan fatigoso”, admitió el antecesor de Jorge Bergoglio.

Agregó que “con la estructura que San Juan Pablo II dio a estas jornadas, la presencia física de un Papa era indispensable. No se podía pensar en una conexión televisiva o en otras formas respaldadas por la tecnología”.

Por lo tanto, dijo el Papa Emérito, no hacer este viaje al país carioca “era una circunstancia por la cual la renuncia era un deber”.