Nacional
28 de Septiembre de 2016El inserto antiaborto que sólo podría publicar el diario de Agustín: Se hacen cremas de belleza con los fetos
"La mujer es dueña sólo del 50% del hijo que crece en su viente, el 50% es de responsabilidad del varón que plantó la semilla", afirma Ema Levet Torres en espacio pagado en El Mercurio.
“Honorables senadores” se titula el inserto que publica El Mercurio, espacio pagado en donde Ema Levet Torres se dirige a los parlamentarios para exponer sus reparos frente al proyecto que despenaliza el aborto bajo las causales de violación, riesgo de la vida de la madre e inviabilidad fetal.
“Considero que esta causal es la más injusta porque aquí se decide eliminar a un inocente, producto de toda la injusticia social que existe”, se queja la mujer respecto de la causal que considera la violación.
La mayoría de los violadores son familiares o cercanos, afirma, y luego exclama: “¿cómo no van a existir degeneraciones sexuales con el hacinamiento de las familias?”
Respecto de que en un embarazo esté en riesgo la vida de la madre, Levet apunta a que “he escuchado en debates y entrevistas a distintos profesionales de la salud que, si a raíz de un tratamiento por una grave enfermedad de la madre, muere el feto, se le denomina “interrupción del embarazo” y de que a ese profesional no se le acusa de que haya practicado un aborto”.
Sobre el feto inviable, sostiene que “si hay riesgo por malformaciones, de que el niño no viva mucho, y la familia no puede o no quiere cuidarlo, le informo que se lo pueden entregar a las monjitas de la congregación de sor Teresa de Calcuta”.
Como resumen, Ema Levet dice estar indignada de que como país nos sumemos a “otros gobernantes del mundo que, cual Herodes, dirijan su pulga hacia arriba o hacia abajo, para decretar quién vive o quién muere”.
Para cerrar su reflexión, afirma que: “sabía usted que la industria cosmética elabora cremas de belleza con los niños que son abortados”, y que “la mujer es dueña sólo del 50% del hijo que crece en su viente, el 50% es de responsabilidad del varón que plantó la semilla”.