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Nacional

29 de Septiembre de 2016

Cuando Garay habló de su infancia en una pobla, sus amigos, la lealtad, y la “mancha rara” en la cabeza

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garayrafa

El pasado 3 de agosto fue una de las últimas oportunidades en que Rafael Garay concedió una entrevista a un medio de comunicación. Ese día, el ingeniero comercial, por entonces economista, habló con Ignacio Franzani en el programa “Mentiras verdaderas” de La Red. Contó cómo fue su infancia en una pobla, y cómo le descubrieron el supuesto tumor que tiene alojado cerca del cerebelo.

“Más que viviendo (en la octava región), estuve criándome en un entorno de amigos de ahí. Cuando yo era adolescente era una población (La Candelaria) bastante brava y los amigos que tenía ahí no tenían profundos intereses intelectuales, éramos de calle”, recuerda.

“Nuestro carrete era ir donde un tipo que todavía existe, que le dicen “El lento” porque sufrió daño cerebral por alta ingesta alcohólica, y comprar alcohol ilegal en un estacionamiento de la casa por 100 pesos en una botella de coca cola y nos sentábamos a tomar eso, era nuestra entretención”, revela.

Sobre esa etapa de la vida, dice que “ahí se forjan lazos y en esta suerte de comportamiento tribal aprendí valores también, aprendí la lealtad y el respeto por los amigos y eso hace que los que son verdaderamente amigos míos sepan que no importa cuál sea el problema, no importa dónde sea el problema, yo voy a estar ahí, dentro de Chile o fuera de Chile”.

El cáncer

Fue en Japón, tras exámenes de rutina propios del kudo, las artes marciales en las que se ha especializado, cuando Garay dice que sospechó que tenía algo extraño en la cabeza.

“En los exámenes de rutina que te obligan a hacerte post competir me dijeron que estaba perfecto respecto a la lesión que se produce por los traumatismos, pero ‘acá hay una macha rara’, me dijo un médico en Japón. Y no es que en el momento haya decidido quedarme callado, la verdad es que viajé de vuelta y olvidé la cuestión”, sostiene.

Luego, cuenta que inició un “tratamiento sin decirle nada a nadie, pero cuando fui a Japón hace ocho semanas (junio de 2016), y revisé nuevamente los exámenes, había fallado el tratamiento y falló significa que el tumor creció mucho más y comenzó a hacer daño y empecé a sentir síntomas”.

“Siempre reflexioné sobre este tema y significaba que si comenzaba a sentir síntomas tenía que dejar las actividades laborales y deportivas, por un tema de responsabilidad y respeto hacia los demás. Y fue lo que hice, de una manera un poco bruta (…) Sé que hay una chance de tratamiento de que todo esto es una pesadilla, pero también tengo que explicar que existe la opción de que eso no sea así”,dice.

“No sentí un golpe tan fuerte, pero sí me di cuenta que podía estar enfrentando un proceso terminal y te comienzas a preguntar cómo fuiste y yo siempre digo que soy un gallo lleno de errores, siempre digo en broma y en serio que el gallo que comete más errores en Chile debo ser yo. Pero me di cuenta que estaba tranquilo porque tengo el convencimiento de que me haya esquivado montones de veces en la vida siempre intenté hacer las cosas bien”, cierra.

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