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Opinión

4 de Noviembre de 2016

Las definiciones presidenciales de Huenchumilla: “No creo en los llaneros solitarios ni en las aventuras personales”

El exintendente dice que le gustaría llegar a la papeleta presidencial con el ánimo de escandalizar a los poderosos con un apellido mapuche en la lista y señala respecto a las carreras presidenciales actuales que tienen un gran problema para ratificar el apoyo ciudadano. "El problema es que si esas 'sandías caladas' (Lagos y Piñera) van a tener la credibilidad de la gente. Ese es el problema que tiene Lagos y todos", dice.

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El exintendente de la Araucanía, Francisco Huenchumilla, se refirió al momento político general que atraviesa el Gobierno y la Nueva Mayoría, además de referirse a sus posibilidades de ser candidato presidencial.

A pesar de decir que para emprender esa carrera requiere e un mínimo de adhesión al interior de los partidos y parlamentarios, el también exministro dice que la única cosa que lo atrae de ir a la papeleta es escandalizar a la elite.

“A mí me gusta la ética del cristianismo de escandalizar a los poderosos. Yo sé que si un nombre como Huenchumilla, de origen mapuche, está en la lista de los candidatos presidenciales, probablemente provocaría un remezón cultural y político fuerte. No sé si culturalmente el país está preparado para una cosa así. Pero ese escándalo y ese remezón cultural sería una cosa positiva para el país y para la democracia. Pero no tengo ninguna decisión tomada, francamente”, dice.

El militante DC también señala el problema actual para las coaliciones más grandes es si las “sandías caladas” (Lagos y Piñera) van a tener la credibilidad de la gente. “¿Por qué muchos dicen que tienen que ir Lagos y Piñera? Porque no quieren hacer apuestas nuevamente. No quieren hacer un salto al vacío. El problema es que si esas ‘sandías caladas’ (Lagos y Piñera) van a tener la credibilidad de la gente. Ese es el problema que tiene Lagos y todos”, dice.

Y sobre Lagos, el exalumno y exministro del expresidente PS dice que “tiene todas las calificaciones intelectuales, de estadista, de conocimiento, de formación, pero la pregunta es si eso basta o la gente exige otras cosas. ¿Le va a creer la gente con todas las credenciales que pueda tener o no? Ese es el problema”.

Sobre Guillier, Huenchumilla dice que la gran ventaja que tiene es que es una persona creíble y que viene con viento de cola. “A él le creen por lo que fue. Por el periodista que fue y cómo se manejó. Era una persona creíble y eso se le traspasa a su condición de senador, pero, probablemente, la gente desconoce cuál ha sido su trabajo como senador. Entonces él tiene un prestigio que ganó desde mucho antes. También la pregunta es si será suficiente. Creo que nadie tiene una bola de cristal para saber si es suficiente o no”, explica.

Y sobre el problema con la DC en las últimas semanas, el abogado dice que el problema no es de Carolina Goic, sino que del modo de relacionarse de los partidos con el gobierno y con la presidenta, aunque no cree que su partido se vaya del gobierno.

“Aquí lo que hay que hacer es ver lo que vamos a hacer en el futuro, pero hay que tener un mínimo de lealtad contigo mismo, con lo que fuiste, con cómo comenzaste a apoyar a Bachelet cuando estaba en las alturas. Entonces, no porque ahora esté mal, hay que arrancarse. No procede”, señala.

Para el exintendente el error del gobierno es haber hecho las cosas mal y no haber hecho política. “Mire, en tiempos del presidente Lagos, cuando yo fui ministro, siempre se habló del Segundo Piso. El Segundo Piso con Ernesto Ottone y compañía hacía una tremenda tarea, porque ayudaban al presidente en la coyuntura en la toma de decisiones, y en las relaciones con distintos actores del mundo empresarial, político, militar. Pero no se dice nada de lo que nosotros hacíamos en la Segpres. Nosotros en el Ministerio de la Presidencia hacíamos otra tarea, que era una política de anticipación de conflicto. Y la segunda carencia que tiene este gobierno es que hay un problema en la toma de decisiones”, exlica.

Y además, critica el excesivo presidencialismo chileno. “En Chile hay un concepto errado del presidencialismo. Se ve al presidente como un monarca. Un monarca y su corte. Y eso es falso, si en Chile no hay ni una reina ni un rey”, agregando que “la presidenta no puede hablar con el diputado, tiene que hablar con el presidente, y el diputado tiene que hablar con el subsecretario o con el ministro, pero no puede llegar al altar, al sacrosanto altar”.

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