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Opinión

15 de Diciembre de 2016

Rubén Escudero, miembro de Quilapayún y ex rostro del retail: “Nunca oculté mi pasado en Sodimac”

Rubén Escudero, conocido integrante de Quilapayún, también fue rostro de una campaña publicitaria de Sodimac, empresa en la que trabajó como gerente corporativo, y donde representó en un comercial al personaje ícono de la compañía: “El palabra de hombre”. Durante la huelga de los trabajadores muchos se acordaron de él, llamándolo a pronunciarse al respecto. Fuimos en su búsqueda y aceptó hablar con este pasquín. “Sodimac es una empresa especial, distinta a lo que te imaginas, esto porque tuvo su origen en una cooperativa con una actitud de respeto por el ser humano”, dice.

Dominique Soriagalvarro Neira
Dominique Soriagalvarro Neira
Por

Rubén-Escudero

En las redes sociales dijeron que eras doble estándar, por estar en Quilapayún y en la gerencia de Sodimac. Pedían que te pronunciaras.
No uso redes sociales, me enteré por un hijo. Pero como estoy alejado de la empresa desde el 2011 no es algo por lo que me deba pronunciar. En este caso hay un tema de desinformación, me acusaban de trabajar de lunes a viernes para los Solari y el fin de semana cantar El pueblo unido, que no es exactamente la realidad.

Pero lo fue un tiempo…
Mientras yo estuve en Sodimac, claro que sí. Recién el 2003 se reunió Quilapayún. Pero los ideales no han cambiado, la sensibilidad social, el respeto por la persona, todas esas cosas a través de la gestión profesional siempre han estado presentes. Entonces no es que de lunes a viernes le defienda los intereses a los Solari, sino que de lunes a viernes me desempeñaba en mi capacidad profesional. Tengo que trabajar con la mejor de mis habilidades y plasmar los ideales que me han acompañado desde cabro.

¿Cómo se compatibiliza eso?
Nunca oculté mi pasado en Sodimac, siembre tuve el respeto de los dueños. Jamás sentí presión y eso que cuando entré era un bastión de la oposición a Pinochet. Pero en democracia pasó a ser parte del paisaje y entró gente con otras posiciones y compartíamos sin la dimensión política tan presente. Tampoco tuve presión para excluirme de actividades de la empresa por pertenecer al grupo. El Quila no es un partido político, es un grupo de personas que le gusta lo artístico. Opinamos con una perspectiva de izquierda y con respeto a los derechos humanos.

¿Cómo te vinculas a Sodimac?
Sodimac fue uno de los pocos lugares que, a la vuelta de la democracia, contrataba gente que había estado en el exilio. Los dueños, la familia Del Río, eran demócratas cristianos y por eso eran abiertos a tomar gente de oposición a Pinochet. Así entré en el 88 y estuve hasta que me jubilé en 2011.

¿Siempre como gerente?
Llegué como ingeniero. En Sodimac me pidieron que les hiciera un estudio y me ofrecieron quedarme. Entré a trabajar a una de las gerencias regionales que tenía Sodimac, nunca había dirigido gente, ni vendido nada, me da vergüenza vender. Me topé con un mundo distinto, donde se trabaja muy duro y había que preocuparse por el elemento humano, que la gente pudiese hacer ese trabajo sin dañarse y que se pudieran sentir orgullosos. Eso funcionó y me fui haciendo cargo de los locales de Chile, Perú, Colombia y Argentina, hasta que en el 2003, la administración lanzó una campaña para potenciar estos locales.

Ahí llegaste al “palabra de hombre”.
Para que un cliente tome un producto y lo eche a la camioneta tiene que saber cuánto va a pagar y debe ser barato. Entonces yo siempre peleaba por los precios bajos. El gerente general sabía que yo encabezaba estos locales y los había formado, entonces dijo “este tipo se cree el cuento”. Así, la publicidad circulaba en torno a eso: “más barato imposible… Palabra de hombre”. Y pegó, fue creíble y quedé como el palabra de hombre.

¿Cómo era el trato de la gerencia con los trabajadores?
Sodimac es una empresa especial, distinta a lo que te imaginas. Esto porque tuvo su origen en una cooperativa con una actitud de respeto por el ser humano. Por ejemplo, el jefe de sindicato llegó a ser el gerente de recursos humanos de Sodimac. La relación entre empresa y trabajadores era bastante fluida, cuando estaba a cargo de los locales, me tocaba trabajar con los sindicatos, teníamos reuniones mensuales con la gerencia, que era yo, y la parte de recursos humanos.

¿Ya estaba José Luis Ortega, el presidente del sindicato que encabezó la última huelga?
No, José Luis Ortega era de Homecenter, en Sodimac los presidentes del sindicato rotaban bastante. Ortega ha permanecido desde que lo eligieron y eso tiene que ver con lo que ha pasado. Me cuenta la gente de Sodimac que en 2011 se produjo una serie de descuelgues, gente que buscaba una dirección distinta a la de José Luis, así se formaron 11 sindicatos. Parte del problema actual es que los nuevos dirigentes están descontentos con la directiva anterior, por eso toman una posición más dura y el sindicato anterior empieza a decir “chuta se me está descolgando gente, yo también tendré esa actitud”.

¿Crees que Ortega es el responsable de esta huelga?
No tengo la suficiente información como para atribuir responsabilidades, pero antes había en los Homecenter un solo sindicato, actualmente hay 3 con cierta importancia y 6 más de menor peso. Lo peor que le puede ocurrir a los trabajadores es que se armen sindicatos muy atomizados, porque el poder de representación es prácticamente nulo y desde la empresa se han endurecido las posiciones a raíz de esta proliferación de grupos.

Ha sido la movilización más grande que ha enfrentado la empresa en casi 30 años…
Es la tercera huelga. En el 2012 hubo una de esos sindicatos pequeños. El 2014 de un sindicato nuevo de la bodega; eso fue largo pero tuvo menos repercusión porque era menos gente. Esta huelga representaba al 50% de la gente, fue duro. La empresa tomó una posición cauta. Por lo que he sabido el acuerdo final es inferior, en cuanto a beneficio, al que la empresa había presentado como última oferta antes de la huelga y eso casi como un mensaje “con huelga no van a conseguir más”.

Los trabajadores se quejaban que el ajuste no era proporcional a las ganancias de la empresa y, en paralelo a la huelga, el grupo Solari compraba una minera. Entonces, ¿hay plata o no para negociar?
El grupo Solari tiene mucha riqueza. Pero yo creo que los trabajadores deben aspirar a crecer en la medida que la productividad de la empresa aumenta. Si eres capaz de vender más con la misma capacidad instalada, eso debería ir en beneficio de todos los que aportaron. El problema está en que estas negociaciones se hacen cada cierto tiempo y que las peticiones son extremas. Inicialmente era IPC más 18%, eso es brutal, no hay empresa que lo sostenga.

¿Fueron mano de guagua los gerentes?
Yo creo que la oferta inicial de la empresa era razonable, el IPC + 5% y con bonos de 350 hasta 500. La productividad de las empresas no crece más allá de un 1 o 2% por año.

Pero según el informe de la empresa fue casi un 8%…
El crecimiento de las ventas y el de las utilidades no necesariamente van a la par… estos reajustes no arreglan el problema del sueldo bajo. Los beneficios debieran responder a la realidad económica de la empresa y si ésta es capaz de generar mayor productividad. Pero no puede ser desbalanceado, porque para que una empresa funcione bien no es necesario que haya sindicatos. Los sindicatos se forman porque las cosas no funcionan bien.

PALABRA DE HAMBRE

Rubén-Escudero2

¿Qué te pareció el video de los gerentes?
Un error. Debes analizar muy bien lo que haces porque todo tiene una repercusión gigante, la cosa se viraliza. Antes pasabas piola, nadie sabía. Un día quería comprar una lámpara para la casa y no estaba en Sodimac pero la vi en Easy. Si la compro y alguien me toma una foto, se cae la campaña: “oye, el palabra de hombre compra en Easy porque es más barato”. Ahí me di cuenta que la conducta de quien está expuesto a los medios debe ser muy cuidadosa. La comunicación de Sodimac durante la huelga no llegó bien a la gente.

¿Conocías a las personas del video?
Por lo menos a la mitad, de Eduardo Mizón pa’ delante. A Mizón lo conocí cuando la gente en Sodimac partía cargando material de construcción. Eduardo, que hoy es el Gerente general, acababa de ingresar a la gerencia de negocios y pasó por eso. Estuvo en Cantagallo trabajando un mes como obrero, sabe lo que es trabajar duro. Pero le tocó representar a la empresa en una situación complicada.

¿Hay presión del grupo Falabella por hacer ese tipo de cosas?
Esos videos no son una decisión solo de Sodimac, pudo haber sido decidido a nivel corporativo, a nivel de la gerencia de Falabella que manda todo el buque. Porque todo esto repercute de un lado en otro. Pero yo creo que fue desafortunado.

Se acusó a la empresa de prácticas antisindicales por cancelar la fiesta de navidad a la familia de los huelguistas.
Eso es una soberana tontera, es meterse en las patas de los caballos por algo que incluso ya debe haber estado pagado, porque la fiesta de navidad no la organizas en diciembre, la tienes reservada de agosto. Ahí perdieron el rumbo, la embarraron, es un horror. Si es que hay ahorro debe ser nimio y una pérdida de cariño gigante, no solo del punto de vista de la empresa, sino del público.

¿Qué te decían los miembros de Quilapayún cuando te veían en la tele?
Me hacen bromas, a veces me dicen el señor gerente. Para ellos nunca fue un problema. Además, la rearticulación del grupo se hizo después de los primeros comerciales, no hubo ninguna crítica por mi función. Eduardo hacía filosofía y yo comerciales.

¿Fue una dicotomía para ti verte en estos afiches gigantes?
Nunca me imaginé que la cosa iba a tener la trascendencia que tuvo. Pero había que tener credibilidad interna y traer a un actor no tenía el mismo peso. A mí me pareció arriesgado.
Me da un poco de vergüenza. No veo los comerciales, ni las actuaciones del Quila, no escucho los discos. Me sentía raro teniendo esta exposición pública.

En la huelga aparecías en la gigantografía y en la calle los trabajadores cantaban El pueblo unido…
Jajaja y escribían carteles con la frase “Palabra de hambre”. Pero esto ya no es mío, le pertenece a los demás. Lo mismo pasa con El pueblo unido, una canción que grabamos una noche como a las dos de la mañana pa’ una marcha que se hacía al día siguiente. Pero agarró tanta difusión que hoy ha sido adoptada por muchos movimientos. Las personas la ocupan como les parezca.

¿Qué tan cierta es la influencia de los Solari en los medios de comunicación?
Deben ser de los avisadores más grandes del periodismo, porque está Falabella, CMR, Sodimac, Tottus, los Mall Plaza, indudablemente que como avisadores tienen influencia.

¿Pesó en la difusión de la huelga?
Sería ingenuo pensar que no. Cada una de estas empresas tienen agencias que se preocupan de que no se tiña indebidamente la imagen de la empresa. Eso está presente todo el tiempo, en el caso de la huelga también.

Los huelguistas pidieron que el grupo Solari transparentara a qué campaña donó 168 millones en 2013.
El grupo Solari es muy cuidadoso, apegado a la ley en todo orden de cosas. Hasta el momento no han salido en estos casos Penta como Ripley o como el caso La Polar.

¿Estás de acuerdo con Von Mühlenbrock cuando dice que parlamentarios no deberían apoyar la huelga de una empresa?
Von Mühlenbrock no fue muy sabio respecto a esas declaraciones. Puede que no sea conveniente, pero es importante que intercedan para acercar a las partes, que una autoridad como él, representante del empresariado diga eso, no ayuda. Podría adoptar una actitud de invitar a los diputados a buscar soluciones. La actitud de Von Mühlenbrock es confrontacional.

Gran parte del empresariado es afín a la derecha y lo fue a la dictadura ¿Crees que existe una mirada compartida por el gremio?
Es un tema. Pero hay que vivir en el mismo país y eso significa compartir espacios. Puede que tú no compartas la historia de las personas, pero si estas decidido a rearmar un país en el cual se respeta, tienes que aprender a convivir. ¿Cuál es la alternativa? ¿Que todos los que apoyaron la dictadura desaparezcan?

¿Era difícil eso cuando llegaste a trabajar a la empresa?
Yo creo que me ayudó mucho porque en Sodimac logré, en un ámbito chiquitito, poder hacer cosas que cuadraban con mi forma de pensar y tener un espacio para crear algo bueno. Chile estaba cambiando, cuando sales del país a los 24 y vuelves a los 40, no es fácil.

PIÑERA, GUILLIER Y LAGOS

2016 ha sido un año de fraudes y corruptelas… ¿qué tan fácil es caer en el chanchullo empresarial?
Recontra fácil. Chile es un país donde el nivel de control es muy bajo. Las penas son como: “te pego en las manitos”.

Tenemos un Piñera empresario que decide ser político ¿Cómo se relacionan esos mundos?
Piñera es un caso extremo porque decide usar su influencia para posicionarse en la política. No analiza las cosas con todas las consecuencias que tienen. El mismo fideicomiso ciego voluntario, no dijo nada respecto a las inversiones fuera del país.

En estos casos, como el de Piñera, ¿crees que la ambición termina por romper el saco?
Es más bien poco cuidado o un análisis muy parcial de las cosas y no ver el impacto que las cosas puedan tener. No creo que haya una mala intención, pero sí de frentón, un descuido. En el caso de Piñera está siendo descuidado y poco sincero, porque nunca te muestra la letra chica.

Eso de la letra chica es muy de los empresarios ¿o no?
Pero no debería ser, el empresario tiene que ser respetuoso. Ahora si es Piñera, debes ser muy cuidadoso.

¿Qué te pasa cuando tratan de dinosaurio a figuras como Lagos?
Como presidente dio las bases del socialismo en democracia. El seguro de desempleo no existía en Chile, no existía el Auge. Quedan cosas todavía. Con la reforma educacional trató de hacer algo bueno, pero metió las patas en la parte de financiamiento. Él es un transformador de cosas, en ese sentido le tengo mucho respeto. Ahora, puede que aparezca como una figura del pasado pero, para mí, es una persona que ha hecho un gran aporte a la sociedad chilena y que no cabe duda que lo podría hacer de nuevo.

Qué piensas de las críticas en su contra de la “bancada estudiantil” y de la izquierda en general.
En Jackson y en Boric, particularmente y más que en Vallejo, hay un aire de renovación que remece a todos, izquierda y derecha. Cuestionan cosas que todos daban por aceptadas y eso es sano por el solo hecho de entregar una perspectiva diferente y creativa, con consecuencia. La política lo necesitaba.

¿Y Guillier? ¿Qué piensas de él?
Le tengo mucho respeto porque además es del Colo. Es simpático y sencillo pero eso mismo lo lleva a meter las patas. No sé si pueda ser el conductor que necesitamos, porque dudo si podrá articular un buen equipo.

¿Lo dices porque se cuestiona la convocatoria de los radicales?
El radicalismo desde la vuelta a la democracia siempre ha sido una expresión minoritaria al interior de la Concertación. Se ha mantenido, pero siempre ha sido chiquitito. Ahora surge una figura que no milita en el partido radical pero tiene figuración publica, alta credibilidad como periodista y hoy como político. Es una persona que merece mucho respeto, igual que la presidenta Bachelet, que tenía en su momento un alto nivel de aprobación.

¿Cómo crees que ha sido su gobierno?
El caso Dávalos fue muy dañino, emparejó la cancha pa’ los Penta. El gobierno de Bachelet fue muy ambicioso. Cada reforma propuesta debería tener el respaldo de la mayoría de los chilenos. El problema es que al implementarse se desdibuja y salen efectos no deseados por todas las partes.

Como el hijo…
La nuera le jugó en contra. Pero hay un descuido, igual que con Piñera.

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