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Poder

12 de Febrero de 2017

Carlos Peña lanzó un misil naval a Gabriel Boric por el viaje con su familia en un barco de la Armada

El columnista de El Mercurio y académico se pregunta en su espacio dominical si cualquier vecino podría convencer a la Armada de trasladar a su familia a una conmemoración privada. En este sentido explica que lo relevante en este caso es si se hizo uso de una posición de poder para tomar ventaja de un bien estatal.

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En su tradicional columna dominical de El Mercurio, el abogado y rector de la UDP, Carlos Peña, apuntó contra del diputado por Magallanes Gabriel Boric, por su comentado viaje junto a su familia en un barco de la Armada hacia la Isla Lenox para homenajear a sus antepasados.

Peña comienza el texto señalando que “la más vieja e intuitiva regla del comportamiento correcto es la conocida como regla de oro: trata a los demás como quisieras que te trataran a ti, o al revés, espera que los demás te traten como tú los tratas a ellos”.

Según el académico, mencionar esta regla viene al caso “a propósito del viaje familiar del diputado Gabriel Boric. El diputado Boric -con toda razón en la mayoría de los casos- ha criticado a sus pares cada vez que advierte en ellos un aprovechamiento de su propia posición institucional, un conflicto de interés o un abandono, siquiera leve, de sus deberes”.

En este sentido la autoridad universitaria señala que “la regla de oro indica que él no debe sorprenderse, ni molestarse, cuando sus colegas o la opinión pública hacen lo mismo con él. Es lo que ocurrió esta semana”.

Para Peña el viaje “no tiene, en sí mismo, nada de reprochable, y por el contrario, es encomiable: un sentido de la pertenencia y gratitud familiar tan extendido y tan antiguo, es hoy por hoy más bien escaso. El problema es que el diputado Boric y su familia hicieron el viaje en una embarcación de la Armada de Chile entre cuyos deberes y funciones no se encuentra, por supuesto, la celebración de actividades familiares”.

Según el juicio del columnista del diario de Edwards “la Armada, por su parte, con calculada ambigüedad, dijo que el buque no había sido puesto ‘exclusivamente a disposición de la familia'”, añadiendo que “salta a la vista lo inadecuado de esas explicaciones. Tanto la del diputado, como la de la Armada”.

Respecto a las justificaciones entregadas por Gabriel Boric, Carlos Peña manifiesta que lo relevante en este caso es “si en este caso se hizo uso de una posición de poder (de la familia o del diputado, poco importa) para tomar ventaja de un bien estatal. ¿O acaso cualquier vecino podría convencer a la Armada de trasladar a su familia a una conmemoración privada? Tampoco es relevante si la familia hubiera pagado por el viaje. El diputado sabe que pagar por un bien, al que la generalidad no tendría acceso, no anula un privilegio, sino que lo confirma. (¿No es eso lo que se alega en educación?)”.

Los cañones de Peña también apuntan a la Armada por la justificación de la situación señalando que el viaje de Boric “no es de aquellos incluidos en los deberes de esa institución (como alguna vez lo declaró de manera explícita e inequívoca la Contraloría General de la República en el dictamen 062512N08). La Armada, sencillamente, violó ese dictamen”.

El rector dio como ejemplo para justificar su punto, el caso de la subsecretaria Elinett Wolff, quien debió renunciar en el año 2008 tras ser descubierta usando un auto fiscal para vender frambuesas.

Finalmente la autoridad académica manifiesta que “En presencia de esos casos (y recordando el rigor que a ellos se aplicó), la explicación de la Armada y la del diputado Boric son pueriles y eluden el verdadero problema; un problema del que tanto se ha quejado la sociedad chilena el último tiempo (alentada, entre otros, por el propio diputado Boric): el privilegio, la preferencia para el empleo de bienes públicos, la ventaja inmerecida, la explicación vaga”.

Peña cierra el texto señalando que “y la regla de oro (haz lo que esperarías que los demás hicieran) obliga ahora al diputado Boric a reconocer el error que cometió o en el que el entusiasmo de su familia por homenajear a un ancestro, sumado a la increíble liviandad de la Armada, lo envolvió”.

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