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Cultura

15 de Marzo de 2017

A nuestro abuelo Ángel

A pocos días de la muerte de Ángel Parra, sus nietas Violeta (25) y Emiliana (21) Cereceda le hacen un homenaje a su abuelo en este pasquín. Tipo encantador y divertido, aunque reservado para relatar momentos dolorosos de su vida, una diseñadora y una estudiante de antropología muestran una faceta íntima y familiar de uno de los artistas chilenos inolvidables de nuestro tiempo.

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LOS AMORES

Gran amor su madre, amor que supo transmitir y multiplicar, eliminando las distinciones geográficas y permitiéndonos así reencontrar lo que importa realmente. Creemos que la conciencia del legado que nos dejó Violeta y el Tata es una gran responsabilidad, la más grande de todas. Le hemos tomado el peso a medida que vamos creciendo, y hay que admitir que se siente a veces abrumador, porque es inconmensurable. Hoy, que cada una tiene su oficio, de alguna manera hemos dirigido nuestra profesión hacia el estudio infinito de sus obras, para homenajear a nuestra familia amada.

Gran amor la abuela Marta, su intensidad y alma aventurera. A pesar de que cuando nacimos los abuelos ya estaban separados, crecimos con el recuerdo no vivido de Marta y Ángel enamorados, apasionados como lo fueron siempre. El golpe, el exilio y el desarraigo conllevaron a una identidad perdida que los separó.

Gran amor la Ruth, compañera durante cuarenta años, fiel y leal hasta el último de sus días. Nosotras estuvimos siempre muy tranquilas de que ella estuviera a su lado, lo cuidó como nadie y le dio un espacio en París para que el abuelo pudiera reescribir su historia.

EL GOLPE

Las vivencias que conocemos de nuestro abuelo durante la dictadura, han nacido a partir de historias que nos ha contado nuestro papá, ya que el abuelo no era muy bueno para hablar de temas duros ni para desempolvar recuerdos de dolor, al menos no con sus nietas. Siempre se rió y tiró la talla sobre este y todos los temas, mostrando una cierta frialdad que no era del todo fingida. Quizás, después de todo lo vivido, la capacidad para sufrir o sentir muy fuerte se desgasta.

El abuelo nunca fue militante, si bien tuvo una posición política muy clara, nuestra abuela Marta era mucho más asidua a las marchas y a la lucha directa. Él estaba profundamente involucrado en los procesos que van por el lado de la cultura; cercano a Víctor Jara, Allende y muchos otros. Durante la UP se juntaban personajes de la bohemia a vivir su libertad a través de fiestas y discusiones que pretendían ni más ni menos que construir un Chile más lindo y más del pueblo.

Sin embargo, el golpe llegó duro nuestra familia, allanaron la casa mientras nuestro papá y la Javi jugaban. Buscaron a mi abuelo hasta que lo encontraron, lo llevaron al Estadio Nacional y luego a Chacabuco y lo demás es historia sabida. Pero no fue solo tortura, también hubo música, amistades, creación y muchos cigarros.

EXILIO, PARÍS Y LA COMUNICACIÓN

Luego de Chacabuco, mi abuelo partió a un exilio que nunca tendría un retorno definitivo. Primero a México, luego a París, donde encontró un amor y un hogar en el cual vivió el resto de sus días. Al abuelo lo veíamos una o dos veces por año. Siempre decía que nos traía un regalo, lo que de niñas nos producía cierta ilusión, y al llegar nos entregaba entre risas el antifaz del avión y algún champú de un hotel, esto se volvió una tradición muy esperada.

Cuando no estaba en Chile, la comunicación era complicada, nos parecía muy raro hablar con él a través de una pantalla. Para mi papá y la Javi fue muy distinto. Damos fe de que mi papá en todos estos años no tomó una sola decisión sin consultarle antes a su gurú, la opinión más importante fue siempre la del Tata Ángel.

Cuando venía a Chile era difícil verlo, hacía conciertos y tenía una explosiva vida social, su popularidad era sorprendente, todos querían un minuto de su compañía. Para verlo teníamos que pedir una hora con anticipación; una vez lograda esa misión, juntarnos era siempre muy entretenido, no había más que escuchar sus historias con placer eterno. ¡Qué ganas de haber tenido un cuaderno y un lápiz para registrar todo lo que nos comunicaba! Muy orgulloso de escucharnos, nos hacía las preguntas exactas y nos ponía toda su atención.

EL VINO TINTO

Recuerdo eterno serán los besos morados y con olor a vino tinto. Aunque en el último tiempo tenía que comer liviano, nos escapábamos al Caramaño para que pudiera comer prietas con puré. No olvidaremos los juegos de villanos ni los pellizcos un poco bruscos. Característica principal de nuestro abuelo fue su humor chispeante y pícaro, uno de sus últimos deseos fue que después de cremarlo lo tiráramos al water.

LA MÚSICA

Hace unos días estuvimos escuchando Canción de Amor, nuestra favorita de las canciones del abuelo. Fue grabada hace muchos años, y nos llamó la atención lo mucho que ha cambiado su voz. En aquellos tiempos era una voz más dulce y más pequeña. La última vez que lo escuchamos cantar fue en el museo Violeta Parra con sus dos hijos, para nosotras fue un momento emocionante hasta las lágrimas. Pese al cáncer y la debilidad que se percibía en nuestro abuelo, tan flaquito ahora -tan pequeñas y tiernas se veían sus pantorrillas el último tiempo-, cuánta fuerza existía en esa voz gigante y llena de experiencia. En el público había mucha gente, viejos que lo siguieron a tantas de sus tocatas. Nos dieron ganas de preguntarle a cada uno de los presentes quién era, cuál era su historia, y de agradecerles por estar allí.

EL ÚLTIMO TIEMPO

La última visita que nos hizo el abuelo a Chile terminó triste, se tuvo que volver a París antes de lo previsto porque su enfermedad avanzaba. En esos meses vimos al abuelo por primera vez como un viejito, más pausado y menos enérgico. Nos inundó de ternura verlo así, y aproximarnos para regalonearlo fue más fácil que en otros tiempos.

Para nosotras, acostumbradas a la compañía y a la familiaridad, nos resulta muy raro que haya muerto lejos de aquí. Sin embargo, tiene sentido como una conclusión para su historia, hoy podemos entender que “cuando se muere la carne el alma busca su sitio”. Y ese sitio está por cierto muy cerca de aquí.

Estos días han sido de gran pena, pero también hemos sentido la responsabilidad que nos deja nuestro abuelo. Él dejó la invitación abierta hacia este increíble mundo de inspiraciones. Ojalá todos podamos sentir nuestro este legado y hacer con él todo lo que se nos ocurra. Con humor, picardía y también con un toque de ironía, igual como lo hizo nuestro abuelo Ángel.

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