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Mundo

22 de Agosto de 2017

Muere el comediante que ridiculizó el racismo en EEUU: “¿Han oído alguna vez que en un accidente de bus se lesionen los que van al fondo?”

Dice la historia que el humor irónico de Dick Gregory quedaría patente cuando en una parada en un restorán del Sur de Estados Unidos una camarera le espetaría "Aquí no servimos a personas de color". "Está bien, yo no como personas de color. Basta con que me traiga un pollo frito", habría sido su respuesta.

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“El humor puede ser tan útil para solucionar los problemas raciales como para curar el cáncer”, diría alguna vez el comediante Dick Gregory, el hombre que se reiría del racismo en Estados Unidos, algo que padeció en carne propia, y que murió el sábado pasado a los 84 años de edad.

Gregory provenía de una familia muy pobre, cuyo sostén había sido su madre, quien se hizo cargo sola de sus seis hijos durante la Gran Depresión de los años 30.

Dick Gregory, acaso sin sopesarlo en una infancia cargada de privaciones, se convirtió en el primer comediante de origen afro que triunfó en locales reservados para los blancos, cita El País.

El artista tuvo el ingenio y la sutileza de abordar el racismo en su país con frases tipo “la segregación no es tan mala. ¿Han oído alguna vez que en un accidente de bus se lesionen los que van al fondo?”.

Alguna vez llegaría a deslumbrar al público blanco en el Playboy Club de Hugh Hefner, y en momentos en que la cosa racial ebullía en Estados Unidos. Ese año (1961) recibiría las llaves de su ciudad, St. Louis (Misuri), donde sin embargo un hotel le cerraría la puerta. “Me dieron las llaves de la ciudad y después cambiaron todas las cerraduras”, bromearía.

“Un contador de verdades, un cómico que te hacía caer de la risa”, escribe Woophi Goldberg. “Un general de cinco estrellas en la guerra por los derechos humanos”, comenta el actor Samuel L. Jackson: “Me alegro de haber estado en tu mundo”.

Dice la historia que el humor irónico de Dick Gregory quedaría patente cuando en una parada en un restorán del Sur de Estados Unidos una camarera le espetaría “Aquí no servimos a personas de color”. “Está bien, yo no como personas de color. Basta con que me traiga un pollo frito”, habría sido su respuesta.

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