Nacional
28 de Agosto de 2017Caso Haeger: Comienza juicio oral por asesinato de la contadora hallada en el ático de su casa
Al Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puerto Montt concurren el viudo de Haeger, Jaime Anguita, y el carpintero José Pérez, presunto homicida. Al primero se le acusa de parricidio (actual femicidio), mientras que al segundo, de homicidio calificado.
Este lunes parte el juicio oral por el crimen de la contadora Viviana Haeger, quien desapareció en Puerto Varas el 29 de junio de 2010, siendo hallada muerta 42 días después en el ático de su propia casa.
Al Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puerto Montt concurren el viudo de Haeger, Jaime Anguita, y el carpintero José Pérez, presunto homicida.
Al primero se le acusa de parricidio (actual femicidio), mientras que al segundo, de homicidio calificado.
En la trama de este crimen a Anguita se le apunta por haber pagado a Pérez para ultimar a su mujer. De esa manera, José Pérez habría actuado como sicario. Desde el inicio de la investigación, Anguita ha insistido en su inocencia.
El año pasado, Informe Especial transmitió un programa en el que Pérez relata los hechos.
“Puse las manos así, y la seguí tirando, la levanto hacia arriba y la seguí tirando (…)”, narraba Pérez.
En el relato, el carpintero cuenta además que Anguita lo llamó y le dijo que “le tenía una peguita”. “Pensé que era una broma, y (Anguita) me respondió que me pagaba cinco millones”.
“Aquí golpeo la puerta y ella (Viviana Haeger) me dice: “Heriberto que andas haciendo, justo voy de salida” (…) Yo le dije que estaba realizando una peguita aquí al frente, en otra parcela, y que necesitaba unas herramientas que yo sabía que ellos tenían aquí. Me respondió que la esperara un poquito, cierra la puerta y da la vuelta por el otro lado”, agrega.
Adentro de la casa, se produce un forcejeo, recuerda Pérez.
“Me intenta morder, entonces yo saco la mano y hago esto y me pongo aquí (ejemplificando que la reduce dejándola con sus dos brazos atrás)”.
“¿Por qué lo haces Heriberto? Si es por plata puedo llamar a mi hermano”,dice que le pregunta Haeger.
“Ella estaba intimidada en ese momento, iba llorando (…) y por aquí más o menos (indicando una puerta que era para ingresar a la casa), me pregunta y me dice ¿por qué lo haces Heriberto? ¿quién te mandó?… Usted sabe le dije yo”, cuenta.
Ya en el cuarto matrimonial la hace arrodillar frente a su cama boca abajo con los brazos atrás. “Ahí vacié una bolsa, siempre afirmándola y le coloqué la bolsa dentro de la boca y la asfixié. Descansó su cabeza y se orinó”, narró.