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Cultura

7 de Septiembre de 2017

Muere Kate Millet, la escritora feminista que definió el amor como “el opio de las mujeres”

"Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa", decía hace más de treinta años atrás la mujer que entonces afirmaba que el movimiento feminista "tiene mucho arraigo y perdurará, gústele o no a los medios de comunicación".

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En París, y a punto de cumplir 83 años, es como encontró la muerte a Katherine Murray Millet, quien fuera una de las eximias representantes del movimiento feminista del siglo anterior. Como escritora se le conoció simplemente como Kate Millet. Su tesis se fundamentaba en que el patriarcado es una construcción cultural; no proviene de la esencia del ser humano. “Hay todo tipo de mujeres y de enfoques, pero no gastamos nuestra energía en luchas intestinas. La canalizamos en la lucha por la igualdad de derechos, por el aborto, por el salario igual”, decía a El País 33 años atrás, en una entrevista que rescatamos a continuación.

​”El feminismo se identifica con la izquierda en gran medida. Pero eso también tiene problemas, puesto que dificulta la difusión y el desarrollo del pensamiento feminista, ya que siempre la izquierda le está diciendo lo que tiene que hacer”, planteaba entonces Millet.

“Es una verdadera pena que no tengamos un partido feminista en Estados Unidos, donde el movimiento es una fuerza política independiente y poderosa. Me parece estupendo que fundarais vosotras uno. Aquí haría falta primero establecer a las mujeres como clase política. Ésa sería la toma de posición política más fuerte que ninguna otra que conozca en Estados Unidos”, apuntaba además.

Las palabras de Millet tomarían más fuerza aún con el paso de las décadas, pues ya por esos años preveía que el movimiento feminista “tiene mucho arraigo y perdurará, gústele o no a los medios de comunicación”.

“Como feminista, me siento más optimista que como ciudadana, ya que estoy vinculada a un movimiento internacional. Es consolador el derecho del internacionalismo. Verdaderamente, el nacionalismo es una idea fatal, y en Estados Unidos es una especie de tumor maligno. La internacionalización del feminismo es una gran esperanza para todos, es lo que nos vincula con las mujeres de Nicaragua, de El Salvador, de Francia, de España”, completaba.

En aquella conversación, Kate Millet, lanzaba una de sus afirmaciones que más quedarían dando vueltas, sobre todo cuando este miércoles ha dejado de existir. “Conozco el amor heterosexual y el homosexual, y como lesbiana he conocido la persecución, la maledicencia y el maltrato. El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa”, respondía consultada por el significado del amor.

Sobre el amor homosexual en las mujeres, contestaba que “fue algo tan natural como inevitable. La camaradería que fuimos forjando nos llevó a cruzar la barrera sexual simplemente. Pero sobre todo hay que pensar que el movimiento feminista debe mantenerse unido, y ello exige una redefinición del lesbianismo dentro del feminismo. Crear unanimidad y tolerancia entre homosexuales y heterosexuales y luchar por objetivos comunes. Vivimos una época en que no sólo el patriarcado, sino la heterosexualidad, están en vías de desaparición, por lo menos como los hemos conocido hasta ahora, que son verdaderas monstruosidades”.

 

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