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Nacional

12 de Noviembre de 2017

La radiografía de la “derecha cuica” de Andrés Benítez

"Lo suyo es simplemente el origen social. Para ellos, lo que determina todo es el apellido, el colegio, las costumbres. Es un asunto de clase, algo que no se puede adquirir; solo heredar".

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Dice alguien por ahí que los cuicos cuicos, en su mayoría de derecha, por ningún motivo son esos que se instalaron en La Dehesa. Esos millonarios emergentes, nuevo ricos. Los cuicos de verdad son aquellos que se huelen cuicos. Que no se mezclan. Que habitan sectores de Vitacura, Lo Curro y casi párele de contar. Que estudian en los mismos cinco colegios más cuicos. En fin, a propósito de esa casta, es que el saliente rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, habla en su última columna en La Tercera de la derecha cuica. Así lo dice.

“Mucho se habla de la derecha dura, la que hoy representa José Antonio Kast, esa que se la tilda de pinochetista, de conservadora o simplemente retrógrada. Pero poco se habla de la derecha cuica, un grupo que a veces se confunde con los duros, pero son diferentes”, advierte el ingeniero.

En palabras de quien se propone ser ministro en un eventual gobierno de Piñera, la esencia de esa derecha cuica  “no está anclada en los valores ni la religión, porque aquí hay también liberales y agnósticos. Lo suyo es simplemente el origen social. Para ellos, lo que determina todo es el apellido, el colegio, las costumbres. Es un asunto de clase, algo que no se puede adquirir; solo heredar”.

Por lo anterior -dice Benítez- es que el “sistema de mercado, por ejemplo, ha sido un problema para la derecha cuica. Porque si bien lo reconocen como el modelo adecuado, miran con un cierto desprecio el que sea el mérito lo que determine el estatus de una persona”.

Tal vez sea por ello -agrega- que ellos mismos inventaron el concepto de “nuevo rico”. “Que es la esencia de capitalismo, transformándolo en algo peyorativo, casi de segunda categoría”.

“Llevado al extremo, incluso el desarrollo económico, que es a lo que un país debe aspirar, puede ser finalmente una amenaza, porque es demasiado inclusivo o democrático. Frases como “ahora cualquiera viaja”, “tiene auto” o usa ropa de tal marca, son comunes en este grupo. Y la reacción a todo esto es una: encerrarse en sus clubes, sus colegios, sus veraneos”, describe Benítez.

Para dar aún más peso a su tesis, el rector refiere una anécdota que le tocó presenciar. “El otro día presencié una discusión donde alguien dijo que había ido a esquiar a Valle Nevado -algo sospechoso para este grupo- y destacó la calidad de ese centro frente a La Parva, uno de los reductos clásicos de la derecha cuica. La respuesta fue tajante: lo que pasa es que Valle Nevado es para turistas; si La Parva fuera igual de buena, se llenaría de gente”.

En síntesis -apunta el columnista- “estamos frente a un grupo que, si puede, es capaz de detener el desarrollo -de un centro de ski, un balneario, un barrio-, con tal de que no lleguen otros, para no mezclarse, para no ver amenazado su estilo de vida”.

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