Reporteros sin fronteras: 65 periodistas han sido asesinados durante este año

En lo que va de este año, 65 periodistas han sido asesinados, 326 se encuentran detenidos y 54 están secuestrados. Los crímenes se realizaron mientras los profesionales realizaban su trabajo, en bombardeos o simplemente porque sus investigaciones incomodaban.

Las mujeres han sido particularmente afectadas, a la fecha van 10 reporteras muertas, la cifra duplica a las víctimas de 2016. La mayoría de ellas eran experimentadas periodistas de investigación. A pesar de las amenazas que habían recibido, muchas de seguían investigando y revelando casos de corrupción, como Daphne Caruana Galizia en Malta, Gauri Lankesh en India y Miroslava Breach Velducea en México.

Si bien los periodistas han huido de los países que se han vuelto muy peligrosos, como Siria, Yemen o Libia; una cosa preocupante es que es que ciertos países en paz fueron casi tan peligrosos para los periodistas como algunos que se encuentran en guerra: 46% de los reporteros fueron asesinados en países donde no existen conflictos armados declarados, mientras que en 2016 se trató de 30%.  Así, en México se registró casi el mismo número de periodistas asesinados (11) que en Siria, el país más mortífero para los reporteros (12 asesinados).

Actualmente, en el mundo hay 54 periodistas que se encuentran en manos de grupos armados o criminales (que no pertenecen al Estado), como el grupo Estado Islámico o los Hutíes en Yemen. Cerca de tres cuartas partes de los reporteros secuestrados son periodistas locales, que a menudo trabajan en condiciones precarias que implican grandes riesgos. Todos los casos de periodistas extranjeros secuestrados se registraron en Siria; hasta ahora no se ha podido precisar el lugar donde se hallan.

Christophe Deloire, secretario general de RSF, lamenta que “los periodistas de investigación que trabajan sobre temas importantes como la corrupción o los escándalos ambientales, y quienes juegan un papel fundamental de contrapoder, sean convertidos en blanco de aquellos a quienes estas investigaciones incomodan. Esta alarmante situación nos recuerda la necesidad de proteger aún más a los periodistas, en un período de globalización de los desafíos de la información y de la internacionalización de la amenaza”.