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Nacional

31 de Enero de 2018

La última batalla de Litueche contra el dueño del mall Sport

Jorge Galmez, dueño del mall Sport, compró la hacienda Topocalma, en Litueche, con una veintena de familias que llevaban décadas viviendo adentro. Rápidamente las expulsó. Mientras lo hacía, la Intendencia regional de la sexta región decretó en noviembre de 2013 el cierre del acceso histórico a la playa de Topocalma, que cruza el terreno del empresario, argumentando peligro de incendio forestal. Dos meses después, Galmez ya había vendido el 75% del terreno a varios empresarios y políticos, entre ellos Pablo Longueira, en lotes cuyo valor superaría los 110 millones de pesos. La comunidad de Litueche se organizó, reunió más de cinco mil firmas, y logró en diciembre pasado que se reabriera el portón de la discordia. Hoy el pueblo vuelve a gozar de una de las mejores playas de la sexta región.

Por

Remberto Silva dejó su casa en la hacienda Topocalma para pasar unos días donde un familiar. A pesar de estar enfermo, se impacientaba si dejaba solo su hogar por mucho tiempo. Había nacido ahí, al igual que sus padres, hace sesenta años atrás. Por eso ese caluroso día de verano de principios de 2017, no aguantó más y decidió volver.

El terreno donde vivía –más bien una parte- había sido comprado en 2007 por Jorge Galmez, dueño del mall Sport y ex propietario de Almacenes París, en 27 millones de dólares. Cuando el empresario llegó, el predio de siete mil hectáreas ubicado en la costa de la sexta región, a unos veinte kilómetros de Litueche, estaba habitado por una veintena de familias. Varios aceptaron el acuerdo ofrecido por Galmez para salir del terreno. Otros se negaron, como Remberto.

Ese caluroso día, Silva caminó por el mismo sendero que conocía de niño rumbo a la vieja casa familiar. Cuando le quedaban un par de metros para llegar notó algo raro. Aceleró el paso. Sin entender lo que pasaba, se paró frente al espacio donde vivió por años y encontró sólo un terreno baldío. Su casa había sido arrancada de raíz.

Las tierras de Ponce Lerou

Según varias habitantes históricos de la hacienda Topocalma, Jorge Galmez expulsó a más de diez familias de su nueva propiedad, ofreciéndoles dinero o la compra de un terreno en otro lugar. La mayoría aceptó el acuerdo y otros fueron contratados como inquilinos. Al cabo de unos meses, alegan, las reglas del juego cambiaron drásticamente. De un día para otro les avisaron que se tenían que ir, amenazándolos con quedarse sin trabajo y sin casa.

Tres familias se negaron al desalojo. Remberto Silva era el cuarto, pero el derrumbe con todas sus cosas adentro lo dejó sin fuerzas para quedarse. Las tres familias son los últimos habitantes de un asentamiento de al menos cinco generaciones que han vivido ahí.

Pamela Yañez, presidenta del sindicato de pescadores de Topocalma y una de las que se negó a dejar las tierras, cuenta que su madre de más de setenta años fue demandada en diciembre de 2016 por Galmez para salir de su terreno. “Llevamos toda una vida aquí, ¿por qué vamos a salir? No me importa lo que ofrezcan, aquí vivieron mis abuelos, mi madre y mis hijos y no nos vamos a mover”, asegura Yañez.

Los abuelos de Pamela vivieron en estas tierras cuando el dueño del terreno era la caja de empleados del Banco del Estado (ex Caja Nacional de Ahorros), según consta en la carpeta Informe de Título y Expropiación del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG). Los campesinos que habitaban el terreno trabajaban como inquilinos. Ellos fueron testigos, en la década del 50’, cómo el organismo estatal dueño de la tierra invirtió varios millones de pesos en el perfeccionamiento y pavimentación del camino histórico para llegar a la playa de Topocalma que cruza la hacienda.

En mayo de 1971, la Corporación de Reforma Agraria (CORA), expropió las siete mil hectáreas del terreno para traspasarlas a los inquilinos que la habitaban, entre ellos la familia Yañez. En ese momento había 55 casas y 57 inquilinos junto a sus familias. Como la entrega del título de dominio en esa época se demoraba un par de años, el Golpe Militar cortó el proceso y los campesinos nunca alcanzaron a inscribir los terrenos a su nombre.

La contrarreforma agraria finalmente restituyó las tierras a los latifundistas o las traspasó a organismos estatales. Por eso, en septiembre de 1977, la CORA le cedió la hacienda Topocalma a la Corporación Nacional Forestal (CONAF). La operación la realizaron Hector Hevia, vicepresidente ejecutivo del organismo, y Julio Ponce Lerou, director ejecutivo de Conaf, y ex yerno de Augusto Pinochet.

En 1980, seis patrullas de carabineros llegaron al lugar a expulsar a varios campesinos. “Cargaron los camiones con camas, muebles, ropa y la fueron a dejar a la municipalidad de Litueche. Yo lloraba. Por miedo, nadie de los adultos opuso resistencia. La gente miraba de lejos. Para mis papás, fue lo más cruel que le hicieron en la vida”, recuerda Maribel Silva, que vivía en el terreno en ese periodo.

A otros se les permitió quedarse con el compromiso de trabajar la tierra, como a la familia de Pamela Yañez. A mediados de los 90’, CONAF, dueño del terreno, le vendió la propiedad a la Compañía General de Electricidad (CGE). Los habitantes no tuvieron problemas con los nuevos dueños. Se dedicaron a trabajarle al administrador de la hacienda o a recolectar cochayuyo en la orilla de la playa.

Sus vidas continuaron normal, hasta que en 2007 la empresa eléctrica optó por abandonar los proyectos que tenía y pusieron en venta la hacienda. Jorge Galmez, dueño de Ready Dock (muelles flotantes para la salmonicultura), Siete Veinte S.A (artículos de camping), accionista minoritario de Cencosud y ex dueño de Almacenes París, pagó la tasación.

“Llevamos años viviendo en estas tierras y sólo dos veces nos han intentado expulsar: con Ponce Lerou en Dictadura y con Jorge Galmez recientemente”, afirma Pamela Yañez.

Tras su llegada el empresario empezó a planificar sus negocios dentro de las tierras. Por el camino histórico que atraviesa la hacienda, transitaban pescadores y vecinos de Litueche que molestaban los intereses de Galmez. Por eso en 2009 el empresario mandó a cerrar el acceso principal, cortando el paso hacia la playa de Topocalma.
Fue el inicio de la batalla que duraría ocho años.

El portón

Tras el cierre del portón los pescadores de la zona reaccionaron inmediatamente. Según consta en el Recurso de Protección interpuesto ante la Corte de Apelaciones de Rancagua en 2009, Juan Yañez, pescador, familiar de Pamela, denunció que “el particular que adquirió el dominio del terreno donde se emplaza el camino decidió cerrarlo, instalando un portón de acceso con llave”.

La Corte le dio la razón a Yañez y ordenó la reapertura por ser la única ruta que llega a la playa pública. La opción que tenía Galmez para cerrar el camino histórico, era construyendo otro. “Consultamos a las autoridades y cumplimos con lo que ellos nos pidieron”, asegura Gonzalo Alvarado, abogado del empresario. A finales del 2013 ya lo tenían hecho.

Sin embargo, la nueva ruta desemboca en las dunas de Topocalma, a tres kilómetros de la punta de la playa donde los pescadores y habitantes de Litueche acostumbraban a llegar. El paso en vehículo por esas dunas está prohibido por la municipalidad de la comuna, según el decreto exento número 1026.

En noviembre de 2013, a pesar de la sentencia de la Corte de Apelaciones, la intendencia de Rancagua junto a la Seremi de Bienes Nacionales decretaron el cierre del camino histórico, argumentando alto peligro para las personas que transitaban por la vía e inminente riesgo de incendio forestal. Como Galmez había construido otro, se cumplía con la ley. Para comprobar ese peligro, según la resolución emitida en la época, se basaron en las “apreciaciones oculares en terreno” de las autoridades.

Dos meses después del cierre, una nota de El Mercurio tituló: “Punta Puertecillo, el loteo de Jorge Galmez que conquista a políticos y empresarios”. Fue la primera gran publicidad que anunció el mega proyecto del empresario: un negocio inmobiliario a la orilla de la playa de Puertecillo, dentro de la hacienda Topocalma, con exclusivos terrenos avaluados entre 6.900 y 11.000 UF (160 a 260 millones de pesos) con una vista envidiable.

A pesar de llevar un mes en el mercado, el proyecto ya había vendido el 75% de los loteos. Algunos de los flamantes compradores, según consignó la prensa de la época, fueron: Pablo Longueira (UDI), Carlos Alberto Cartoni (empresa The North Face), Raimundo Valenzuela (empresario vitivinícola), Fernando del Sol (generadora Enlasa).

Según fuentes que trabajan para Galmez, hoy está prácticamente todo vendido.

Afuera del portón

La playa de Topocalma es especial para la pesca de orilla- principalmente cochayuyo- y la práctica del surf. El viento es tan potente que levanta constantes ráfagas de arena. Según explica a The Clinic Luis Álvarez, presidente de uno de los sindicatos de pescadores de la zona, la orilla a la que llega el camino histórico, es parte de la zona de manejo en la que ellos trabajan sacando cochayuyo. La opción que tuvieron tras el cierre, fue entrar por la ruta que construyó Jorge Galmez y que desemboca a las dunas, pero desde ese punto sólo podían llegar a su área de trabajo caminando tres kilómetros o con camionetas 4×4, infringiendo la normativa del municipio que prohíbe el paso por las dunas.

Tal como cuenta Gonzalo Alvarado, abogado del empresario, desde que se cerró el pórtico los pescadores han tenido la opción de entrar a la playa a ciertas horas, acordadas previamente. Sin embargo, Pamela Yañez, presidenta del sindicato de Topocalma, dice que dependía de la disponibilidad de los trabajadores de la hacienda. “Yo tenía llave del portón, pero a principio de 2017 me la quitaron. Luego ya no pudimos pasar libremente con nuestros autos a nuestras zonas de manejo”, afirma.

El problema en un principio fue el acceso a la playa en donde trabajan, ya que se complicó la extracción de cochayuyo, que es a lo que se han dedicado toda su vida. Pero cuando Jorge Galmez echó a andar su proyecto inmobiliario se toparon con varias sorpresas. Los terrenos que servirían para construir lujosas casas estaban demasiado cerca de la orilla de la playa. Cuando investigaron la situación, se percataron que la línea de alta marea, el último límite que establece la marina, se encontraba dentro del agua, justo frente a la zona del loteo.

En 2015 le enviaron una carta a Zvonimir Yuras Cárdenas, gobernador marítimo de San Antonio, contándole la irregularidad. El capitán respondió que la línea cumplía las normativas vigentes trazadas en 2009. Sin embargo, los pescadores dan cuenta de que esa demarcación cambió evidentemente tras el tsunami sufrido en 2010.

En la misma época, los vecinos del sector de Puertecillo, que colindan con el proyecto inmobiliario de Galmez, comenzaron a preocuparse por el impacto ambiental de la zona. Ahí descubrieron que el terreno donde se realizaron 296 loteos, fue ingresado a los organismos estatales como predio agrícola, saltándose las fiscalizaciones de impacto ambiental. En 2015, la organización vecinal de Puertecillo, ingresó una denuncia ante la superintendencia de Medio Ambiente.

Las denuncias tensaron las relaciones del empresario con vecinos y pescadores. A principios del año 2017 los trabajadores de Galmez le quitaron las llaves del portón a Pamela Yañez y luego derrumbaron la casa de Rimberto Silva. Pero las acciones continuaron.

Rodrigo González, inquilino de la hacienda Topocalma, fue contratado en 2007 con la llegada de Galmez. Fueron diez años de trabajo que terminaron de golpe. El 31 de octubre pasado, salió de su turno más temprano de lo habitual por ser feriado. Mientras se dirigía a la salida vio cómo una retroexcavadora pasaba en sentido contrario rumbo a un puente del camino histórico. Esperó un poco y se devolvió. Cuando llegó al puente la máquina ya no estaba. Se acercó un poco más y se percató de lo que estaba pasando: dos montones de barro con excremento impedían el paso de la gente. Es el puente por donde pasan las tres familias que fueron demandadas por el empresario.

González, indignado, tomó varias fotografías con su celular para divulgarlas entre la gente de Litueche. Pero cometió un error: su camioneta apareció en una de las imágenes. Nueve días después fue despedido. La administración argumentó necesidades de la empresa.

Movimiento de Litueche

En mayo de 2017, en un concejo municipal de Litueche, Gabriel Palma, concejal DC, le pidió al alcalde de la comuna René Acuña (UDI), que enviara un oficio a las autoridades pertinentes para que se pronunciaran sobre la apertura del pórtico de la hacienda Topocalma. El edil se comprometió a hacerlo.

Palma asegura que la acción nunca se realizó. En junio, ante la nula respuesta de Acuña, se reunió con Genaro Arriagada, presidente de un sindicato de pescadores, y Ricardo Lagos, presidente de Paso el Soldado, la población donde viven varios expulsados por Galmez, para trabajar en conjunto por la reapertura.

“La gente desconfiaba de todos. Del empresario, de las autoridades locales y nacionales. Tenían miedo. Se sentían abandonados”, recuerda Palma, de 24 años, uno de los concejales más jóvenes de Chile.

De la reunión con los dirigentes salió una idea: juntar firmas que apoyaran la apertura del portón para presionar al intendente de la región. “Cuando nos instalamos con los carteles afuera de un supermercado para que la gente firmara, me percaté de la desinformación que generaban concejales y el alcalde. Les decían que los que firmasen tendrían consecuencias con el dueño de la hacienda”, asegura.

De la lucha se hizo parte casi todo el pueblo. “Cómo un ricachón nos va a venir a quitar nuestra playa”, explicó a The Clinic una habitante de Litueche. La última semana de julio finalizó la recolección de firmas. Cuando el concejal y los dirigentes las contaron, no lo podían creer: habían juntado cinco mil, en un pueblo que supera por poco los seis mil habitantes.

El 17 de agosto, se reunieron con el intendente de la sexta región, Pablo Silva, para presentarlas. La autoridad en esa oportunidad se comprometió a estudiar la situación.

A principios de noviembre, en entrevista con The Clinic el intendente aseguró la reapertura del pórtico histórico. “No hay informe de carabineros ni Conaf que den cuenta de que el camino sea muy peligroso, como aseguraron las autoridades anteriores. El camino no tiene nada especial en comparación al resto de los que hay en la región”, sentenció.

El diez de noviembre la intendencia emitió la resolución exenta N° 484 que revocó la medida tomada por la intendencia anterior, permitiendo la reapertura del pórtico. Ese mismo día, 300 vecinos de Litueche se juntaron a celebrar. Desplegaron un escenario al lado de la medialuna del pueblo, y junto a diversas bandas musicales, festejaron que le habían doblado la mano a Jorge Galmez. Era el final de una lucha que a muchos incluso le costó sus casas.

*****

El dos de diciembre del año pasado, las autoridades junto a carabineros llegaron a Topocalma para abrir el pórtico. Los vecinos acudieron al lugar para ver lo que para ellos fue un momento histórico. Sin embargo, Jorge Galmez no quedó conforme.

El empresario, por intermedio de sus abogados, interpuso un Recurso de Protección ante la Corte de Apelaciones de Rancagua para revocar la decisión, argumentando ilegalidad en el proceso. Los vecinos no se amedrentaron. Hasta la fecha, han realizado tres jornadas de mejoramiento y limpieza del acceso a la plaza, con el fin de cuidar el espacio que se les prohibió por años. Instalaron letreros y señaléticas para cuidar el camino, financiado por ellos mismos.

“El hostigamiento del dueño y administradores de la hacienda ha sido bastante grande”, advierte Gabriel Palma. El concejal relata que los trabajadores de Jorge Galmez han botado los carteles que la comunidad instaló argumentando que estaban en propiedad privada. Además, hay días en los que sueltan animales en el camino para impedir el paso. “Sabemos que está el riesgo que con el gobierno de Piñera se vuelva a cerrar Topocalma. Esta vez la gente organizada no lo permitirá”, afirma Palma.

Por el momento, los vecinos de Litueche han acudido en masa a la playa histórica, reviviendo la época previa a la llegada de Jorge Galmez. Aunque, afirman, no buscaban solo tardes familiares de relajo. La apertura del pórtico la sintieron como un triunfo del pueblo. Y advierten que no se dejarán pasar a llevar nuevamente.

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