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Mundo

7 de Abril de 2018

Investigador español: El avance tecnológico en medicina no va en paralelo con el humanismo que se necesita

El cardiólogo e investigador español Valentín Fuster señaló hoy en Nueva York que el mismo avance tecnológico que, considera, contribuirá a la mejora del sistema sanitario estadounidense en un plazo de entre 10 y 20 años “no va en paralelo con el humanismo que necesita la esfera médica”. Antes de participar en una charla en […]

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El cardiólogo e investigador español Valentín Fuster señaló hoy en Nueva York que el mismo avance tecnológico que, considera, contribuirá a la mejora del sistema sanitario estadounidense en un plazo de entre 10 y 20 años “no va en paralelo con el humanismo que necesita la esfera médica”.

Antes de participar en una charla en la escuela IESE con el rector de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero, el director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) destacó en una llamada con Efe que la “integración técnica y humanística” es una “obligación” en el sector sanitario.

“Hoy en día, en las escuelas de medicina, con el tiempo escaso que hay, acelera mucho el aspecto de la tecnología, y creo que se está perdiendo bastante la interacción de médico y enfermo. Hay que cambiar”, explicó Fuster, que también dirige el Instituto Cardiovascular del Hospital Mount Sinai, donde es jefe médico.

Tras más de 40 años ejerciendo la medicina en Estados Unidos, Fuster aseguró que le “gusta” el sistema sanitario español y, pese a la dificultad para comparar ambos países por sus circunstancias culturales e históricas, valoró que el de EE.UU. ha evolucionado mucho.

No obstante, matizó que “necesita más tiempo”, entre 10 y 20 años, para llegar a ser “bueno”, que “lo será”, a lo que convino que contribuirán los avances en la tecnología, la formación de los profesionales o la investigación.

Dijo que hoy, en la práctica clínica, no se “distingue” en sala de espera quién acude con el programa público Medicaid o quién tiene “muchísimo dinero” y eso supone una “evolución muy importante” respecto a hace 20 años, pero el porcentaje de personas que no están aseguradas en el país sigue siendo alto.

Asimismo, descartó que sea útil comparar lo que ocurra en cuatro años entre las administraciones de Barack Obama y Donald Trump en cuanto al sistema sanitario, y apostó por evaluarlo en sus esferas rural y metropolitana, donde ve una “tendencia” positiva global sobre la que se está “construyendo”.

Invitado para dialogar sobre educación y sobre su impacto en la sociedad, el cardiólogo sostuvo que el “tema del futuro” es la niñez, ya que es la etapa “más receptiva” y supone una oportunidad para “entender lo que es la salud y prevenir la enfermedad”, especialmente cuando la tecnología está “encareciendo” la medicina.

En este sentido, desgranó que trabaja en un proyecto en Nueva York donde participarán unos 2.500 niños de los cinco distritos de la ciudad y se analizarán los sistemas socioeconómicos y la eficacia de los programas de salud y los educadores.

“Nos estamos moviendo de una tecnología en los estados avanzados de la enfermedad a una elaboración educativa que puede tener mucho impacto en que no lleguemos a tener que utilizar tal tecnología, que es muy cara, en etapas demasiado avanzadas de la vida”, sostuvo.

Por su parte, el rector Sánchez-Tabernero destacó también en llamada a Efe el impacto de la investigación y la docencia interdisciplinares en el avance de la ciencia: “Cuando ponemos ciencias que han estado separadas en común, surge la chispa”.

Un “campo claro”, afirmó, es precisamente la tecnología al servicio de la salud, y mencionó las mejoras en las operaciones de implantes cocleares, que permiten oír a quien no podía hacerlo, o la música vinculada a la terapia, como ejemplo de la “perspectiva creativa” que así se fomenta.

Entre los retos que el rector valoró para universidades del siglo XXI como la que preside, el primero fue reunir buenos maestros, pero también la obtención de una “fuente variada de recursos” para la investigación, ya que la “calidad es cara en el ámbito educativo y sanitario”.

Preguntado por la situación de la investigación en España, aceptó que es difícil tomar decisiones sobre recursos con un “país en crisis” y, si bien creyó necesaria una mayor contribución del mundo público, consideró que el privado puede recurrir a leyes de mecenazgo o disposiciones de fiscalidad para hacerlo.

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