Secciones

The Clinic
Buscar
Entender es todo
cerrar
Cerrar publicidad
Cerrar publicidad

Nacional

4 de Agosto de 2018

Experto explica cómo hablar sobre el Alzheimer con los nietos: “Muchas veces los niños son los primeros en darse cuenta de que el abuelo actúa raro”

Cuando los casos de Alzheimer se quintuplican en el mundo moderno, un psicólogo especialista en educación emocional recuerda cuál es la principal ventaja comparativa de que gozan los niños a la hora de integrarse como parte de un problema familiar. Esto, a propósito del estreno teatral de “Teo y la Isla del Olvido” que visibiliza esta oportunidad.

Por
Compartir

Porque usamos cada vez menos el cerebro, resolvemos menos puzles o no nos esforzamos en memorizar los números de teléfono, los casos de enfermedades neurodegenerativas siguen siendo la principal causa de dependencia en las personas mayores de 60 años en Chile. Incluso, a nivel global, el aumento de estos casos se ha disparado en un 526% en las últimas dos décadas, explica el psicólogo Esteban Muñoz. En Chile, un 36% de nuestros abuelos y padres son parte de este sector, agrega.

Cree fundamental abordar junto a los niños la incidencia y aparición de enfermedades como el Alzheimer y la demencia senil. “En ese sentido conversar con los niños con el ánimo de que ellos comprendan de alguna forma la enfermedad de sus abuelos, es de suma importancia para disminuir trastornos emocionales y otros tipos de complejidades posteriores, quizás. Es recomendable también que los equipos de salud que intervengan se encuentren capacitados y puedan generar instancias lúdicas para entregar el mensaje sobre la enfermedad”, plantea.

Esto significa, señala el profesional, aprovechar características principales de niños y adolescentes de las que carecen muchas veces los adultos. “En general los niños y adolescentes son observadores y muchas veces los niños son los primeros en percatarse cuando su abuelo o abuela comienza a generar ciertas conductas raras; muchas veces también, los padres tienen temor de poder abordar el tema dado que no desean generar un daño colateral a sus hijos, sin embargo, es de suma importancia que tanto niños como adolescentes tengan pensamientos flexibles y buena capacidad de adaptación, lo que permite llevar de una buena forma esta enfermedad o sus tratamientos”, dice el Magíster en Educación Emocional formado en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

Para entender a los tatas

Entre algunas recomendaciones según el tramo etareo, Muñoz aconseja que antes de los 6 años, hay que entregar respuestas y explicaciones claras y directas sumando quizás respuestas más amables, pero objetivas en pos de un desarrollo cognitivo en el que ellos aprecian el lenguaje de los adultos. Desde los 7 años en adelante, es importante que el niño sepa que el abuelo o abuela está enfermo. “Si bien quizás no es necesario que sepa de qué se trata una enfermedad neurodegenerativa que lo agota, se le confunden o lo ponen de mal humor. Quizás utilizando ejemplos o la propia memoria de los niños. Otra consideración importante puede ser explicarles a los niños lo importante que es saber nombres y números de calles o de contactos telefónicos que, hoy, el abuelo no puede recordar haciéndolo más dependiente de la familia”, plantea Muñoz.

“Desde los 8 años y hasta entrada la adolescencia se puede contar con que los menores ya conocen y entienden este tipo de enfermedades, situándose ya en materias más específicas del funcionamiento cerebral, la importancia de las neuronas y sobre su funcionamiento. Sin embargo, se debe ser claro y enfático sobre la irreversibilidad de esta enfermedad. En cada caso, es bueno que quede de manifiesto la relevancia cognitiva de este mal, pero también la oportunidad emocional de poder involucrarlos en los cuidados de una forma moderada y que no genere impacto en otros ámbitos. El rol de un adulto significativo que entregue el mensaje de una manera que los niños y adolescentes se sientan contenidos emocionalmente, también es muy importante. Esto, como forma de confiar para poder hacer más preguntas o expresar como se sienten durante este proceso”, explica el psicólogo.

Una mirada infantil

Una buena excusa para enfrentar el tema o preparase cuando se tienen antecedentes de este tipo de enfermedades mentales, es acercarse a la alternativa que propone la compañía de teatro chilena Colectivo de Ficción, quienes plantean en “Teo y la Isla del Olvido”, una mirada seria y luminosa acerca de la relación de los niños con la llegada del Alzheimer en los adultos mayores. La obra dirigida por Javier Salamanca, fue una de las ganadoras del reciente Concurso de Teatro Infantil Famfest. El director coincide en que el lenguaje es clave para transmitir un texto creado por un equipo donde más de uno de sus integrantes tiene o ha tenido un pariente de la tercera edad víctima del Alzheimer o la demencia senil.

“La verdad nunca nos enfocamos en cómo hablar a los niños sobre el Alzheimer, creo que fue el tema el que nos encontró a nosotros cuando estábamos escribiendo esta obra de aventuras. De repente llegamos a esta situación en que un niño va donde su abuela y nota este deterioro neurodegenerativo que da pie a un mundo donde desaparecen las cosas”, señala.

Por eso la escenografía representa las piezas de un muro que se van desarmando y va dando lugar a huecos de olvido. En ese sentido los actores en escena también se van desdoblando y convirtiéndose en nuevas versiones desfiguradas de sí mismos que son –a su vez- reinterpretadas por el niño protagonista.

En este caso, Teo llega de visita a casa de su abuela y descubre que ella está empezando a perder la memoria. Preocupado y sin comprender qué puede hacer al respecto inicia un viaje mental que lo llevará a recuperar el libro que contiene las palabras que su abuela va olvidando.

“Cuando haces dramaturgia para niños creo que tenemos que intentar crear un discurso que releve valores familiares para ellos. En este caso, prevalece el amor y la contención y en ese sentido de abordar el Alzheimer, el niño puede ser una parte activa de esa situación entregando cariño y una energía distinta a la de los adultos que tienen una perspectiva racionalizada porque conocen un destino de esta enfermedad distinto al que imagina un niño. Los niños pueden entregar amor también a través de la imaginación”, explica como una forma de complementar un enfoque sanitario.

Temas relevantes

#abuelos#alzheimer#nietos

Notas relacionadas