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Nacional

25 de Septiembre de 2018

Alemania rechaza la prisión para Harmut Hopp, exmédico de Colonia Dignidad fugado de Chile

"Es una señal políticamente inconcebible hacia las víctimas. Continúa así la impunidad dominante desde hace décadas", indicó a Jan Stehle, politólogo del Centro de Investigación y Documentación Chile-América Latina de Berlín, en relación a la sentencia de Düsseldorf.

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La Justicia alemana no enviará a prisión al exmédico de Colonia Dignidad Harmut Hopp, huido de Chile tras ser condenado por complicidad en las violaciones de menores cometidas ahí por el exsuboficial nazi Paul Schäfer, por considerar que no existe “suficiente evidencia” de los cargos imputados.

En la Colonia Dignidad existían unas “estructuras de poder represivas y autoritarias, donde se cometieron violaciones y otros abusos sexuales a menores”, admite la Audiencia Territorial de Düsseldorf, en un comunicado emitido hoy y en que se responde al recurso contra la pena de prisión del abogado de Hopp.

El inculpado “perteneció y respaldó” el sistema establecido por Schäfer, fundador de la Colonia Dignidad en 1961, donde se cometieron violaciones de jóvenes y otros delitos sexuales, prosigue el texto.

Pero “no se ha podido comprobar ninguna acción concreta” por parte de Hopp que evidencien una “punibilidad”, concluye la Audiencia.

Con esa decisión queda revocada una anterior sentencia de la Audiencia de Krefeld, según la cual Hopp debía cumplir en Alemania la condena a cinco años de cárcel dictada por la justicia chilena en 2011 y contra la cual recurrió su abogado.

Hopp, de 74 años, ingresó en la Colonia Dignidad siendo un muchacho, periodo en que supuestamente fue víctima de abusos por parte de Schäfer.

Tras algunos años fuera del centro y secta regresó a esas instalaciones para convertirse a principios de los 70 en director de su hospital.

A partir de esa etapa se le consideró integrante del denominado “círculo de hierro” de Schäfer, muerto en 2010 en Santiago de Chile.

La Justicia chilena condenó a Hopp en 2011, en el marco de los juicios abiertos contra dieciséis miembros de esa secta.

Sin embargo, huyó de Chile antes de que esa sentencia fuera en firme y regresó a Alemania, para instalarse con su mujer en la ciudad de Krefeld (oeste de país).

Chile pidió en 2013 su extradición, pero las autoridades alemanas la denegaron ya que ese país no entrega a sus ciudadanos a otros países.

De acuerdo con la decisión adoptada ahora por la Audiencia de Düsseldorf, Hopp no cumplirá tampoco la condena a prisión dictada en Chile ya que no hay “evidencia” de que, en caso de haber sido juzgado en Alemania, esos cargos hubieran derivado en una condena de prisión.

La llamada Colonia Dignidad, o posteriormente Villa Baviera, fue fundada en 1961 por Schäfer, ocupó una superficie de 16.000 hectáreas a unos 300 kilómetros de Santiago y en ella se sometió a torturas y abusos a centenares de jóvenes, en su mayoría alemanas.

Durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) hizo las funciones de campo de concentración y tortura de la policía secreta y no fue desmantelada hasta los años 1991 por orden del presidente Patricio Aylwin (1990-1994).

Hace dos años, el Gobierno alemán reconoció su “responsabilidad moral” sobre los delitos cometidos en ese lugar, a través de una declaración de su entonces ministro de Exteriores y actual presidente del país, Frank-Walter Steinmeier.

Salió asimismo a la luz que el espionaje alemán tuvo conocimiento al menos desde los años 60 de que en ese lugar se practicaban métodos propios de campos de concentración, pero que el gobierno de entonces ignoró oficialmente lo que ocurría ahí hasta finales de los 80.

Se impulsaron así varias iniciativas para compensar a sus víctimas, cuestión que pese a contar con el respaldo mayoritario de las formaciones del Bundestag (Parlamento federal) aún no se han concretado.

“Es una señal políticamente inconcebible hacia las víctimas. Continúa así la impunidad dominante desde hace décadas”, indicó a Efe Jan Stehle, politólogo del Centro de Investigación y Documentación Chile-América Latina de Berlín, en relación a la sentencia de Düsseldorf.

A juicio de Stehle, “la justicia alemana no ha logrado en décadas de investigaciones propias presentar cargos contra un solo criminal de Colonia Dignidad” ni, tampoco, “ejecutar una sentencia chilena habría sido ahora una solución elegante para la justicia de aquí”.

“La justicia alemana ha demostrado ahora que sigue la misma línea que en los últimos 40 años, en que se consideró la Colonia un internado donde se dieron algunos abusos, no un lugar ideado específicamente para torturar y cometer tales delitos”, declaró a Efe la abogada Petra Schlagenhauf, impulsora de ese colectivo de víctimas.

La resolución de Düsseldorf es “lamentablemente inapelable”, reconoció Schlagenhauf, para quien se trata de “una bofetada” a los esfuerzos judiciales contra la impunidad de los crímenes cometidos en ese enclave alemán.

Hace un año esto es lo que informaba el Poder Judicial respecto al caso

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