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Mundo

16 de Octubre de 2018

Historia de un oso: En la búsqueda de Grizzly Man

En la región, Rick es una leyenda. Hay gente que lo aprecia, otros creen que es huraño y antipático, incluso agresivo. Creció en California. Tuvo varias vidas. La última, antes de aislarse en el bosque, era la de un alcohólico. Pasó décadas borracho ...

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El siguiente es un completo relato de un periodista español que se internó en la Canadá salvaje e inhóspita buscando a osos, pero se encontró con algo más complejo que eso. Una historia de seres humanos. A continuación la historia que narró el periodista del programa Salvados de España, Oriol Querol, en un hilo de Twitter.

Buscando osos grizzly en el oeste de Canadá conocí a Rick. Vive solo, en una cabaña en medio del bosque, aislado desde hace treinta años y conviviendo con los osos. Dijo que podía llevarme hasta ellos, así que le seguí.

Se llama Richard Matheson y dice que tiene sesenta y ocho años, aunque sé que hace tiempo que da la misma cifra. Tiene los ojos azules y fuma pipa.

Vive junto al río Kakweiken, en el corazón de los fiordos de la costa oeste de British Columbia. Es un laberinto de agua y de bosques gigantescos. Y es territorio grizzly.

Las únicas personas que viven en la zona son los nativos de la reserva india Kakweken, formada por miembros del pueblo Kwakwaka’wakw, una de las “first nations” (primeras naciones) de Norteamérica.

Este pueblo estuvo a punto de desaparecer por culpa de las enfermedades de los europeos tras el contacto, en 1792. Pero la tradición oral mantuvo viva su cultura ancestral, en la cual el grizzly tenía un papel importante. Se conservan estas fotos de sus ritos con la piel del oso.

Volvamos a Rick. En la región, es una leyenda. Hablé con gente que lo conoce desde hace tiempo y lo aprecia. Aunque hay quien cree que es huraño y antipático, incluso agresivo.

Creció en California. Tuvo varias vidas. La última, antes de aislarse en el bosque, era la de alcohólico. Pasó décadas borracho.

Me contó que llegó a este lugar para poner trampas con las que cazaba la marta americana, un pequeño mamífero apreciado por su piel. Ya no lo hace. Y dice que cuando lo hacía no sufrían, que morían al instante. Me hizo una demostración con una de sus antiguas trampas y un palo.

Rick habla de los osos como si fueran sus hijos. Los ha visto crecer a todos, y tienen nombre. Desde que llegó hace tres décadas, lo reconocen por el olor de la pipa. Y lo respetan.

Hace un par de años pasó algo que alteró su equilibrio. Felix, un chico británico flacucho de diecinueve años, dos metros de altura, siete dioptrías y muchas ganas de ser fotógrafo de naturaleza, llegó a la zona en busca de los osos.

Al principio, Rick le permitió quedarse en una cabaña en la orilla. Allí, rodeado de animales salvajes, pasó semanas, con frío y lluvia, durmiendo a menudo empapado, cazando y pescando su propia comida, lavándose en el río. Pura supervivencia.

Cuando demostró que era capaz de sobrevivir, Rick le permitió instalarse en la cabaña con él. Felix le ayudó a construir puentes de madera y a hacer el mantenimiento de los caminos. A cambio, Rick le enseñó todo lo que sabe de osos y del bosque, que es mucho.

Cuando oscurece, en el bosque hay poco que hacer, así que por las noches, Rick le contaba a Felix, junto al fuego, las aventuras de su vida salvaje.

Un viejo solitario, de piel castigada, ex alcohólico y ex trampero, y un fotógrafo inglés medio siglo más joven, imberbe, larguirucho y valiente. Unidos por su pasión: los osos.

Felix pasó allí meses. Con el tiempo, comenzó a fumar pipa, como Rick, para que los osos no se alejaran al olerle. Y claro, hizo fotazas. Como esta, mi favorita. Podéis ver su trabajo, seguirle, y comprar sus fotos aquí:

El futuro de Rick es incierto. Hay una empresa turística que le está jodiendo la vida para ver si consiguen que se vaya y así poder ejecutar su plan: llevar allí miles de turistas por temporada. Gentrificación en pleno territorio grizzly.

Me contaron que la empresa ha encargado a sus guías que visiten a Rick, le provoquen para ver si reacciona agresivamente, y le graben, y así denunciarlo y tener un pretexto para echarle.

Conocí a uno de estos guías. No lo van a hacer. Y además, se lo han contado todo a Rick. No se va a rendir. Sabe que el turismo masivo destruiría el equilibrio del bosque. Y a sus osos.

Tras tres semanas en Canadá, ya había visto osos negros, águilas calvas, bisontes, coyotes, ballenas, orcas… Pero ni un grizzly. Tras unas horas allí, pregunté:
-¿Qué tengo que hacer?
-No tienes que buscarlo. Tienes que esperar, esperar, esperar…y él te encontrará a ti.

Rick lo sabe todo de sus osos. Me contó que en esa zona una mutación genética hace que sus garras sean blancas, lo cual les hace parecer todavía más feroces. Joder, me moría por verlos.

De repente, me hacen callar. Me dicen que coja la cámara y me señalan una roca.

Casi no respiré durante ese tiempo. Es una madre, Emily, con sus dos cachorros de dos años. El año pasado había tres. “Qué pena, Tiny Tim no ha superado el invierno”, dice Rick. “Era demasiado pequeño. ¡Pero los otros dos han conseguido sobrevivir!”. Y las garras: ¡blancas!

Antes de despedirnos, Rick me dijo: “Eres periodista, ¿no? Pues cuando llegues a casa, busca la historia de mi apellido”. Y me guiñó un ojo. En ese momento no lo entendí. Me había olvidado de este comentario hasta hoy. Y lo he buscado.

Lo he encontrado en este libro de 1896. Matheson es un apellido de las Highlands de Escocia. Las menciones más antiguas que se conocen son del siglo XIII. Es una adaptación del gaélico Mic Mhathghamhuin. ¿Qué significa Matheson?

Flipad. Significa “Hijo del oso”.

Felix ya no vive con Rick, aunque le sigue visitando y fotografiando para un libro que hará algún día. Ahora lo que quiere es comerse el mundo.

Yo creo que lo va a petar. Lo tiene todo: mucha dedicación, talento y ambición. Y veintiún años. Habla de los grandes de la fotografía salvaje. Quiere ser como ellos. Buscar y fotografiar animales por todo el mundo. Como el lobo o el puma, sus favoritos.

Pero en realidad, yo creo que siempre será un grizzly man. Y que algún día, cuando Rick ya no esté, le tocará convertirse en el guardián del bosque de los osos de garras blancas.

Puedes ver el post inicial y el final de este gran hilo aquí abajo.

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